Amor Inconcluso

CAPITULO XVI

Intento disimular mi asombro por el aspecto de su casa, ya que a mi casi no me gusta llevar gente a la mía a veces por el que dirán, aunque mi hogar ni es para nada feo todo lo contrario es una casa muy bonita y grande, pero no sé porque me importa lo que digan los otros, bueno volviendo a la casa de Ían es una muy sencilla y humilde, algo rústica, lo observo a él y su orgullo por mostrarme su hogar.

-Bienvenida a mi casa- Me regala una sonrisa plena y yo sólo lo miro

-Eh, gracias bonita

-Y eso que no la has visto por dentro, te vas a sorprender de cómo está construida

Acto seguido entramos y yo sólo puedo observar todo de firma minuciosa, parezco una niña cuando va por primera vez al médico y mira todo con asombro.

-Viste que es diferente a como se ve por fuera

-sí, totalmente- les explico por fuera la casa se ve que fuera de una planta, pero por dentro es de dos plantas, además que es hecha de madera rústica, todo muy humilde

-Ahora te mostraré mi cuarto y verás la mística- cuando termina de decir eso sonríe de una forma tierna y a la vez orgullosa.

Lo que me pregunto es que no veo por donde pueda quedar el cuarto, ya que donde estamos sólo hay una puerta y las escaleras que conducen a la segunda planta, y allá no pienso subir por que la mamá está allí y me observa de forma rara.

-Ven vamos es por acá- me toma la mano y efectivamente me conduce a la puerta que había visto desde que entré.

-Bienvenida a mi cuarto- sólo observo todo de forma detenida, tiene unos dibujos hechos de sólo grafito en las paredes, una guitarra sobre su cama la cual no es ni muy pequeña ni muy grande, también tiene muchos libros los cuales tomo algunos son filosóficos, de ultratumba, de música y de poesía, se me olvida decir que el cuarto es una especie de subterráneo lo cual me hace entender la mística de la que hablaba Ían, ya que me siento muy cómoda en el lugar.

-¿Qué tal te pareció mi mundo?

-La verdad me gustó, y pues no me esperaba que un sitio así

-Eso pude notar en tú mirada, y lo que más me gustó fue que no vi una mirada de desagrado sino de asombro, como si hubieras descubierto algo nuevo para ti- Cómo es que se dió cuenta de todo lo que sentí

-Sí, nunca he estado es un lugar así, además me siento cómoda y me fascinó muchas de las cosas que tienes acá

-Enserio, ¿y cómo cuáles te gustó?

- Te hablo de forma sincera como siempre lo he hecho contigo, me gustó los dibujos, la guitarra y me fascinaron los libros, ¿Tú hiciste los dibujos?

-Sí, aunque el del lobo no lo tengo terminado del todo, los libros los tienes para cuando quieras leer, me dices cuál te gusta y te lo presto- me sonríe de forma tímida- ¿Te enseño a tocar la guitarra?

-Me gustaría, pero soy medio torpe para eso, mejor hagamos un trato hoy tú la tocas y la próxima me enseñas a mi ¿te parece?

-Trato hecho, no me vayas a incumplir- Toma su guitarra y empieza a tocar mujer amante de Rata Blanca, yo solo lo veía tocar y me deje llevar por sus acordes y si le sumamos que no me a dejado de ver a los ojos, a pesar de que termina la canción, nos seguimos sosteniendo la mirada y siento como nos vamos acercando el uno al otro, me va a besar y quiero que lo haga.




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