Amor inesperado /pjm

18.

El tiempo vuela cuando uno se divierte, dicen. No diré que estaba súper divertida, pero con el trabajo que me dio ese bendito video, tuve para pasar el tiempo. Estos últimos días Jimin y yo nos mantuvimos en contacto mediante mensajes y video llamadas ya que los dos estuvimos lo suficientemente ocupados como para no poder vernos. Eso está bien, de todos modos, quizás estar tan pegados resulte contraproducente y desgaste la situación.

Ahora sí, con mi trabajo ya completo y entregado, puedo planificar lo que necesito para el fin de semana con total tranquilidad. Mañana es el gran día, le dije a Jimin que iba a llevar otro postre, para calmar la obsesión de Jin con esa tarta bendita, así que voy a optar por una Carrot Cake con glaseado de queso crema.

«Necesito música que me inspire en la cocina», pienso. Conecto, como siempre, mi teléfono a los parlantes mientras lo dejo en el cargador y elijo una lista de rock & roll repleta de oldies clásicos.

«Que no se diga que no tengo versatilidad musical» pienso ,en voz alta.

Mientras suena Chuck Berry, voy bailando por la cocina buscando los ingredientes, que había comprado previamente durante la tarde y me pongo en acción. Mis pies se bambolean en el suelo al ritmo del rock. «Dos tazas de harina... Hecho. Rallar zanahorias...», repito la receta en mi mente mientras todo el proceso se lleva a cabo cantando como si estuviera en un estadio, usando la cuchara de madera cómo micrófono.

 

Hay algo más que Jimin no sabe sobre mí y es que yo también estuve involucrada en la música. Más precisamente, solía ser cantante. Me he presentado en público más de una vez, pero de nuevo, mis inseguridades hicieron que no quisiera volver a pisar un escenario. Cada vez que tenía que subir a uno, mi estómago se hacía un nudo que, sólo desaparecía cuando tenía las cegadoras luces delante de mí y ya no podía ver lo que tenía enfrente. Nunca disfruté realmente la experiencia, por lo que decidí dejarla de lado. Ahora sólo me dedico a cantar en la ducha... Y en la cocina.

Un mensaje interrumpe mi recital improvisado.

JM: Buenas noches, mi cielo. Recuerda que mañana a las nueve paso a buscarte. ¡No veo la hora de estar contigo!

Vic: Buenas noches mi amor, estaré lista no te preocupes. Estoy tan ansiosa como tú :D

JM: Lleva ropa cómoda y por las dudas, lleva dos mudas porque siempre hay algo terminando en desastre.

Vic: ¿En desastre? Mejor me llevo una armadura :')

JM: Tampoco estaría mal :P Nos vemos mañana, cariño. Descansa bien. TE AMO 

Vic: TE AMO PRECIOSO :*

Dicho esto, vuelvo a mi receta y también a mi concierto. Dejo la torta en el horno, en lo que está lista dejo preparada la cobertura y una vez que la masa está a punto, la dejo en la mesada para que se enfríe. Mientras tanto, me dirijo a mi habitación en busca de un bolso y elijo la ropa que voy a llevarme. Soy fanática de la ropa deportiva, así que eso de llevar ropa cómoda es pan comido. También agrego un par de Hoodies, por si refresca y un par de zapatillas deportivas extra. No puedo olvidarme del pijama, elijo uno de dos piezas manga larga de satén negro con mi inicial bordada en el bolsillo del frente de la camisa. Un regalo de mi madre que sabe que amo ese tipo de cosas.

En mi mochila, coloco mis artículos de higiene personal y un perfume que sólo utilizo en ocasiones especiales, porque estoy segura de que Jimin tiene planes perversos para cuando nos quedemos solos. «Eso sería todo» pienso, una vez que termino de acomodar mis cosas.

Regreso a la cocina y al ritmo de Chubby Checker, desmoldo mi Carrot cake para glasearla con la crema. La envuelvo de manera que el glaseado no ensucie el papel y la dejo en el refrigerador ya lista para llevar. Una ducha refrescante y sólo resta esperar.

 

A las ocho de la mañana, suena mi despertador. No dormí casi nada por culpa de la ansiedad, pero no me interesa. Por primera vez, me levanto temprano con todo el gusto del mundo. Me pongo un pantalón deportivo de color azul con una línea blanca a los costados, que lleva botones en ella de principio a fin. Para la parte de arriba, elijo un hoodie tricolor negro, gris y blanco. Mis zapatillas deportivas negras con líneas blancas completan el look. Me recojo el cabello en una cola de caballo alta y ya estoy lista.

Como siempre, sin fallar en la puntualidad, a las nueve recibo el mensaje de Jimin pidiéndome que baje. Cuelgo mi mochila sobre mí espalda, tomo mi bolso, la torta que estaba sobre mesada, me pongo las zapatillas que había dejado previamente en la entrada y bajo a su encuentro.

Vaya sorpresa cuándo, dentro del auto, encuentro sentados a Jungkook y a Tae en el asiento trasero, tan de incógnito como Jimin.

— Buenos días chicos, que alegría verlos —saludo, al tiempo que me subo al auto en el asiento del acompañante.

— ¡Buenos días Noona! —contestan al unísono, con visible alegría —Dejamos el asiento del acompañante reservado para ti.

— ¡Gracias! ¿Todos me van a decir Noona ahora? 

— Oye... —Jimin interrumpe — ¿No te estás olvidando de algo?

— ¿De qué? —pregunto desconcertada.

— De saludarme...

— Dije HOLA CHICOS. ¿Acaso cambiaste de género durante la noche y no me avistaste? 

— Eso en mi barrio es pelea... —Tae está muy divertido con nuestra pequeña discusión.

— Pues yo no soy sólo un chico, así que no me hago cargo de tu saludo —dice, haciéndome sentir su fastidio por no haberle dado exclusividad.

— Dios mío, Park Jimin... Buenos días para ti, pequeño fastidioso.

— Sigues sin convencerme, hasta que no me saludes como corresponde no voy a arrancar el auto —baja su barbijo sólo para sacarme la lengua y se lo vuelve a subir inmediatamente.

— Ya dile lo que quiere oír Victoria. Así se calla de una vez y nos podemos ir. —Tae interrumpe y Jk asiente acompañándolo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.