Sentí que alguien acariciaba mi cabello y mi rostro, para luego darme un tierno beso en los labios. Probablemente creí que estaba soñando, porque cuando al fin abrí los ojos, allí estaba Jimin mirándome fijamente con cara de divertido. Aparentemente estaba intentando despertarme delicadamente, pero en su lugar, lo que me despertó fueron los gritos de Nam desde afuera de la habitación.
— ¿Qué estabas soñando? Intenté despertarte, pero sonreías cada vez que te tocaba y no lograba que abrieras los ojos —parece desalentado, porque estaba durmiendo tan profundo que no logró despertarme.
— No lo sé, cariño. No lo recuerdo. Pero si me pareció sentir a alguien acariciándome, claramente eras tú — colocando mi brazo sobre su cintura, lo abrazo y me acurruco contra él —Lamentablemente la alarma Namjoon sonó horriblemente ruidosa y me sacó de mi dulce, dulce, sueño —digo, mientras hundo mi rostro en su pecho todavía desnudo.
Que su rostro sonriente sea lo primero que veo en la mañana, es un bálsamo. Lamentablemente los gritos de Nam no son para nada placenteros, así que estaba a punto de fastidiarme por ellos, cuando la sonrisa de Jimin me salvó de tener una cara de perro terrible toda la mañana.
— OIGAAAAN. TODO EL MUNDO LEVANTESEEEEE —la alarma Nam seguía a viva voz dando vueltas por la casa.
Jimin tapa nuestras cabezas con una almohada intentando amortiguar el estruendoso sonido de su voz. «Dios mío ¿Esto aprenden en el servicio militar?», pienso mientras mis ojos ruedan hacia el infinito.
Finalmente, el dulce Jimin se transforma en demonio, dando el grito de su vida.
— HYUNG DEJA DE GRITAAAAAAAAAAR.
Adiós a mis tímpanos. Yo, que estoy acostumbrada a despertarme sola y con música, me despierto entre los gritos de estos dos desquiciados. Me causa gracia, de todos modos. Una carcajada intensa me hace empezar el día de una manera distinta, por primera vez en mucho tiempo.
— ¿Qué te causa tanta gracia, eh? —la indignación mañanera de Jimin es notable en su voz. Supongo que no se esperaba que Namjoon saliera gritando como un loco, estando yo en la casa. Pero se equivocó.
— ¡Ustedes! Están totalmente locos —la tentación de risa es más fuerte que yo y termina contagiando al fastidiado.
— Si... Un poco — sus mejillas se sonrojan un poco, avergonzado por la situación — Pensé que se iban a comportar estando tú aquí. Disculpa por eso —su rostro apenado me causa mucha ternura. Es por eso que lo acaricio con el dorso de mi mano, dándole a entender que todo está bien.
— Se comportan, sí. Como ellos mismos, lo mismo tú y así está bien. No hace falta que finjan ser quienes no son para... —mi frase se interrumpe ante un nuevo grito, pero esta vez es Yoongi sumándose a Nam, golpeando algo metálico en el proceso.
— VAMOOOSSSS TENEMOS HAMBREEEEEEEE— corean a dúo.
— Mejor nos levantamos, antes de que se pongan peor — miro a mi querido con cara de resignación y me dispongo a levantarme.
— Espera... —tomando mi muñeca me atrae de nuevo hacia la cama, para besarme — Buen día, Noona —su sonrisa ilumina toda la habitación. Es una pena que tengamos, sí o sí, que levantarnos.
— Buen día, Jimin-Ah —le devuelvo tanto el beso como la sonrisa, para levantarme al baño a lavarme la cara y los dientes.
Una vez aseada, me visto y ato mi pelo en un rodete porque es un franco desastre que no tengo ganas de arreglar ahora. Demasiado dormida para eso. Jimin sale del baño ya vestido, peinado y hermoso como si fueran las tres de la tarde. « ¿Cómo hace para despertarse así? Le voy a tener que pedir el secreto», pienso mientras lo observo en todo su esplendor.
— ¡¡¡TORTOLOS!!! ¡¡¡ARRIBA!!!!! — ahora es Jin el que nos grita — ¡YA ESTA EL DESAYUNO!
Tomo aire profundamente y me decido por ser yo la que responda.
— ¡¡DEJEN DE GRITAR!! ¡¡NO ESTAMOS SORDOS!! ¡¡¡MAS LES VALE QUE EL DESAYUNO VALGA LA PENA PARA TENER QUE ESCUCHAR ESOS GRITOS!!!
Jimin se quedó de una pieza abriendo la boca de par en par.
— ¿Qué? ¿Acaso creías qué no puedo gritar más fuerte que ellos? — le digo, riendo, y salgo primero de la habitación.
— Das miedo, Noona... — me responde todavía sorprendido.
Cuando llegamos a la mesa, están todos mirándome fijo. Tae y Jk todavía están dormidos, aunque con los ojos abiertos. Hobi, Nam y Suga me observan entrecerrando los ojos «Cagué», pensé.
— Sí que tienes un buen par de pulmones allí, Noona — Jin es el primero en empezar a reírse de los gritos que les acabo de pegar.
— Honestamente... Nunca había escuchado terribles gritos — Nam se acopla a Jin, mientras Suga asiente con la cabeza mientras ríe.
— Herencia familiar, supongo — respondo, levantando mis hombros.
— Ah, ustedes no la escucharon cantar... De allí habrá sacado esa capacidad pulmonar —Jimin se lleva un codazo en las costillas por decir eso.
— ¿Tú cantas? —Yoongi me observa con curiosidad.
— Un poco...
— DEJA DE MENTIR —Tae y Jk parecen haber despertado de golpe
— Noona... Nosotros te oímos, nada de un poco —Jimin tiene que volver a acotar, porque no le alcanzaba con haberme delatado.
— Pues... entonces esta tarde, tendremos un concierto. ¿Qué les parece si aprovechamos el día para hacer algo de música juntos? —la propuesta de Nam es aceptada inmediatamente por todos, salvo por mí que no tengo ninguna intención de seguir siendo escuchada — ¿Noona? — se dirige a mí, pero no lo escucho. Me puse tan nerviosa que se me cerraron los oídos.
— NOONA —Jimin, como siempre, chasquea sus dedos frente a mi rostro—Suele pasarle esto —le comenta a Nam — ¿Por dónde andabas? —vuelve a dirigirse a mí.
— Oh, perdón. S-si... Hagamos eso —respondo tímidamente. No hay escapatoria «De nuevo me meten en el baile, tengo que bailar», pienso encogiéndome de hombros por dentro.
— No tienes que hacerlo si no quieres, cariño. No vamos a obligarte —acaricia mi cabello haciéndome sentir como si tuviera cinco años y necesitara consuelo de un adulto — Puedes escuchar nuestro "profesionalismo" sin necesidad de participar —me guiña un ojo, junto con las comillas aéreas bien marcadas en la palabra profesionalismo.