Días atrás...
Un hombre de estatura promedio caminaba por los pasillos de la empresa Park. Mientras que un detective buscaba un par de gafetes en una de los cajones del famoso despacho.
Namjoon bufó subiendo rápidamente por el ascensor no sin antes mostrar su placa a Jane en la recepción. Con ayuda de sus manos limpió la migraña que quedaba en sus ojos, se acomodó el saco e ingresó en el lugar con un par de guantes negros a juego con su saco.
— Me cae que hoy has dormido peor que un cristiano en sepultura... —Bromeó Hoseok y Namjoon bufó con molestia comenzando a analizar el panorama.
— ¿Nadie ha entrado aquí?
— YoonGi dijo que cerró el acceso desde la muerte del señor Park, todo está tan idéntico como el día de su asesinato. —Hoseok removió los gafetes encontrando finalmente el del jefe. —Choi Fang.
— ¿Que es eso? —Namjoon observó el gafete.
— Fang es el inversionista que murió hace un año, en realidad no tiene nada que ver, simplemente estoy leyendo al azar.. —Mostró una sonrisa que hizo a Namjoon rodar los ojos—. Pienso que la única forma en la que alguien pudo entrar aquí es por el medio de contratación: empleado.
— La verdad, creí que dirías algo sobre pasar por el conducto de ventilación. —Fue el turno del moreno para bromear.
— Lo raro es que el señor Park no muestra ningún rasguño o forcejeo, tal parece que ésta persona solo vino a cometer el asesinato sin más.
— O muy por el contrario fue un poco más diciplinado y diálogo sabiendo ya desde un principio de su muerte. —Hoseok contempló a su compañero. —Si así fuera, el ya debió haber sabido quien era esa persona.
— No nos desviemos Kim. Generaré otra hipótesis, la tuya es buena, pero puede ser otra. —Ambos asintieron y continuaron analizando el despacho.
Namjoon revisaba el piso mientras su dupla removía con cuidado los papeles del despacho. Algo debían encontrar, algo que les dijera con exactitud quien era el culpable.
[...]
La chica corría por el pasillo a todo lo que sus pies se lo permitían mientras detrás de ella una figura siniestra casi terrorífica lo seguía como una sombra hambrienta por la sed de su vida, susurrando un «tú eres, tú me mataste, tu mataste a SeulGi Kim, ¡¡Asesina!!», y justo cuando iba a ser devorada... Despertó.
Su cuerpo estaba empapado en sudor y a su lado descansaba el pequeño Tanyeon junto a Yoon-Eun. TN tocó su pecho con algo de dolor en el ¿Todo había sido un sueño? Entonces, ¿Porqué dolía tanto? ¿Por qué el dolor se sentía aún a pesar de ya haber despertado de tal pesadilla?
— SeulGi. —Susurró para si misma y fue hacia uno de los cajones de su pequeña mesa de noche.
— TN, de verdad si no quieres verla no hagas un sacrificio enorme solo por lástima o por Yoon-Eun... —YoonGi frenó sus palabras al ver a la pelinegra sujetar una foto de su fallecida hermana. — ¿Pasó Algo? —Ella negó.
— No pienses que voy a ir para atrás... Iré aver a Ji-Eun a la cárcel... No te estoy pidiendo permiso... Tampoco lo hago por compasión, simplemente creo que ella merece saber que Yoon-Eun puede estar en peligro, todos lo estamos.
YoonGi sonrió, ¿Porqué amaba a esta mujer? No era ya suficiente tal acto de bondad para saber la respuesta! Era una gran mujer. Le dió un leve asentimiento, miró al hijo de Taehyung en la cama y sonrió nuevamente al ver a su propio hijo junto a este.
— Iremos entonces. Te esperaré en el auto. —Comunicó antes de salir de ahí y depositar un ligero beso en los labios de su aún prometida.
Minutos después, tras haberle colocado un conjunto a cada uno de los pequeños, Tanyeon el mayor por solo un mes salió corriendo de la habitación en busca del tío Namjoon. Bajó lo más rápido que pudo las escaleras hasta llegar a la sala y posteriormente ingresar en la cocina que fue a dónde su pequeño y sencible estómago lo guío.
El tío SeokJin se encontraba ahí, cocinando un pequeño estofado de kimchi que posteriormente llevaría a su restaurante debido a que según sus palabras, “Este era mejor que el original” ¿Quién no caería ante la comida del dios Kim SeokJin? ¡Hasta Tanyeon lo había hecho! y eso que tenía un estómago estricto, en eso extrañamente se parecía a Jeon. No cualquier platillo conquistaba su paladar tan fácilmente.
— Oh, pero si es la bendición de TN y Taehyung. —Una amplia sonrisa malévola apareció en el rostro de Kim tras aquellas palabras suyas.
— ¿Tío Namjoon? —Preguntó el pequeño que aún no sabía de su cruel destino.
— No bebé, Namjoon salió tempranito a trabajar con Tío Hobi y papá Taehyung. Pero tú... Vas a probar mi estofado y a decirme que tal está ¡¡Bien!! —Seokjin alzó un cucharón provocando que el niño casi se le saliera el corazón del susto. —Te voy a servir.
— Hola a todos... —La pelinegra bajó por las escaleras junto a Yoon-Eun, él pequeño Tanyeon se puso de pie y bajó de la silla en la que tan solo minutos atrás SeokJin lo había sentado. —Perdón JinJin, pero tengo que irme ahora, nos vemos.
Y dicho eso salió de la cocina dejando al chef con un plato a medio servir paralizado como si se hubiera quedado tieso a pesar de mantenerse en pie.
— Amm, y dice Tanyeon... —TN se asomó por la puerta. —Que el kimchi sabe a popo.
SeokJin hizo una rabieta y lanzó el plato al contenedor de basura.
«Eso me pasa por pedirle opinión a un niño » pensó el mayor.
Por su parte, YoonGi esperaba pacientemente en el vehículo que después encendió cuando la pelinegra ingresó en el junto a Tanyeon y Yoon-Eun.
Después de horas de tráfico el auto aparcó en el estacionamiento de aquella carcel. YoonGi suspiró y bajó de ahí junto a su hijo.
— ¿A quien visita? —Preguntó un oficial tan gordo que de rodearlo sería imposible, algo así como “Misión Imposible” pero sin final feliz.
— Kim Ji-Eun. —Fue la respuesta de TN y de inmediato el oficial la guío a la sala de visitas.
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Editado: 21.03.2022