Amor misterioso

¡Chase¡

Septiembre del 24.

Era verano y como siempre mis padres decidían ir a visitar a mi abuela, aunque la verdad a mí no me gustaba mucho la idea ya que prácticamente teníamos que ir a un pueblo muy pero muy alejado de la ciudad. En ese entonces tenía una amiga llamada Mely, la cual me enseñó a hacer cosas muy divertidas, como: ir a la laguna por las tardes para ver el atardecer tan bonito del cielo que se formaba o tomar fotos con mi cámara a cada cosa maravillosa que encontrábamos. Mely era una chica muy alegre, de ojos color marrón muy brillantes y de piel morena, pero aunque ella siempre se mantenía feliz y hacía todo para alegrarme, la realidad es que ella estaba muy enferma y cuando regresé a la ciudad con mis padres, ella empeoró más, no podía comunicarme con ella ya que no tenía ninguna red social o algún número para poder escribirle.

 

Agosto del 25

Ya habían pasado 3 años que no sabía nada de Mely y quería ir a verla pero mis padres no querían que vaya sola y tampoco podían llevarme, así que les tuve que mentir y decir que con unos amigos iríamos de viaje por las vacaciones del instituto y así puse en marcha mi plan de ir a ver a Mely.

Al llegar al pueblo, primero me dirigí a la casa de mi abuela para visitarla y saber cómo estaba.

- Abuela de Karis.

Hola, hija que haces por acá tus padres no me comentaron que vendrías a visitarme.

—Karis.

Hola, abuela estoy de vacaciones y decidí venir a verte ya que mis padres están trabajando y tenemos como 3 años sin visitarte.

- Abuela de Karis.

Me da gusto, hija, que vengas a verme y ver que te has puesto bien hermosa como toda una señorita.

—Karis.

Sí, abuela, muchas gracias... Abuela, voy a ir a recorrer el pueblo y ver que tanto ha cambiado.

- Abuela de Karis.

Está bien, hija, pero ten cuidado, se acaba de mudar una familia adinerada y muy sospechosa, por lo que me contaron los pueblerinos.

—Karis.

Está bien, abuela, tendré cuidado.

¿Me quedé pensando en lo que dijo la abuela: una familia adinerada en el pueblo me parece una locura, pero quién se vendría a vivir aquí? .... Bueno, a lo que venimos a ver a Mely.

En el transcurso del camino y por ir distraída en mi teléfono, me tropecé… aúch...exclamé. Fíjate por dónde vas, pueblerina, escuché la voz del tipo con el que me topece.

Yo, bien enfadada por lo que me dijo, le respondí: —¿Qué te pasa, imbécil?.

- Desconocido

Por si no lo sabes, las chicas de este pueblo mueren por mí, así que deberías estar agradecida de que por lo menos tropezaste conmigo.

—Karis.

Uy, sí, gran cosa, a lo mejor eres de esa familia adinerada que comentó mi abuela y no te han enseñado modales.

- Desconocido

Así que ya lo sabes… ¡Woh!... Qué rápido se esparcen los rumores aquí.

—Karis.

Bueno, permiso que tengo cosas que hacer.

- Desconocido

Espera, todavía no me has dicho cómo te llamas.

—Karis.

Tampoco lo haré, piérdete idiota.

Y así me fui muy molesta por tanta arrogancia de ese tipo. Se nota que no tiene modales y que es un mal educado y ni siquiera se disculpó conmigo.

Llegué hasta la casa de Mely y me abrió su mamá, pasé y pregunté:

¿Buenas tardes, se encuentra Mely?

—Mamá de Mely.

¿Buenas, quién la busca, disculpe?

—Karis.

Hola, mucho gusto soy Karis, amiga de Mely. Sé que usted no me conoce, pero yo solía pasar tiempo con ella cuando venía aquí de visita con mis padres.

—Mamá de Mely.

Ah, Karis. Si ya me acuerdo de ti, mi hija no paraba de contarme todas las travesuras que hacían de pequeñas y los bonitos recuerdos que formaron juntas, pero lamento decirte que ella ya no vive aquí, se mudó a otra ciudad y nose cuando regrese.

—Karis.

¿Pero ella no estaba enferma?

—Mamá de Mely.

Sí, pero ella con el tiempo se fue recuperando y logró vencer su enfermedad.

—Karis.

Oh, entiendo, bueno señora muchas gracias. Si llega a saber algo de ella, no dudé en decírmelo. Aquí le dejo mi número.

—Mamá de Mely.

Está bien, toma este pequeño recuerdo que ella dejó para ti para si algún día venías. Es un collar con un coral bien bonito que ella diseñó.

—Karis.

¡Qué precioso!—exclamé—. Muchas gracias, señora. Que tenga buena tarde.

Al saber que Mely ya no se encontraba en el pueblo, me puse muy triste, pero el collar que me dejó me hace recordar todo lo bonito que vivi con ella y me pone muy contenta.

Decidí ir a la laguna donde veía el atardecer con Mely y pasé por la casa que mi abuela había mencionado. Me sorprendí la seguridad que tenían, aunque no tanto, ya que por ser gente con dinero es obvio que iban a tener demasiada seguridad. Al llegar al lago escuché un canto tan hermoso que hasta me dio escalofríos, así que decidí ir en silencio y observe a un chico de pelo café tocando muy bonito la guitarra y con un canto suave, me quedé contemplándolo por un tiempo, ya que era tan hermoso, así que para no interrumpirlo decidí retroceder, pero fue muy tarde, ya que él había notado mi presencia.

- Desconocido

¿Hola, porque no te acercas y me dices cómo te llamas?

—Karis.

Emm… ¿Me conoces?

- Desconocido

Ah, veo que te olvidas tan rápido de la gente.

—Karis.

La verdad es que si no me dieras la espalda, pues tal vez podría saber si al menos te conozco.



#9991 en Novela romántica

En el texto hay: amor, amor misterio

Editado: 16.03.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.