Un día, caminando en la plaza lo note demasiado nervioso, se limpiaba las manos a cada rato, sudaba y no hacia contacto visual.
Le pregunte varias veces que le pasaba, él contestaba “nada, nada”.
Luego llegamos a una fuente y ambos nos sentamos a mirar las palomas las cueles revoloteaban encima del agua.
Yo les tiraba miguitas de pan para que se acercaran.
Y ahí paso.
Paso lo que tanto esperaba.
Me pidió ser su novia….
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Editado: 01.12.2020