2
3 años después
Camino por Londres, a punto de llegar a mi apartamento después de una exhaustiva mañana de ejercicio.
Justo hace dos años que me habitué a hacerlo. Lo necesitaba para aclarar un poco las ideas… y los sentimientos.
Entro a mi apartamento, cierro la puerta y dejo las llaves sobre la mesa. Entro a mi habitación para darme una ducha rápida puesto que debo vestirme rápido para dirigirme al despacho donde trabajo.
Justo antes de que agarre mi taza de café mi teléfono suena, en el identificador se ilumina el nombre de Marco, mi hermano.
- ¿Qué sucede? – Digo con el ceño fruncido
- Tranquilo hermano, ninguna tragedia, de hecho, todo lo contrario – Habla con una alegría tan inmensa que incluso me extraña que el del teléfono sea mi hermano. Es mayor que yo y desde chico fue el más serio y centrado. Con el paso del tiempo eso cambió, yo me convertí en el hermano serio.
- ¿Ah sí? ¿Qué se celebra? – Nunca imaginé que esa pregunta sarcástica sería la que volcaría todo en mí.
- ¡Pues mi boda, que me han atrapado! – Que me quedé atónito es poco decir.
- ¿Quién es la afortunada? – Remarco con ironía
- Su nombre es Oli, la conocí hace un año, pero ya la amo más que a nada. En fin hermano, además de pedirte que seas mi padrino – Volteo los ojos – Y para que te des un fin de semana y vengas a la fiesta que haremos por el compromiso ¿Qué dices?
- Supongo que puedo hacerlo, lo veré hoy. Además ya quería visitar a mamá, hace tiempo que no voy. Te aviso cualquier cosa, no aseguro nada – Cuelgo y salgo directo al trabajo.
Dos años es mucho tiempo, dos años desde que no visito a mis padres, dos años desde que me rompieron el corazón y me volví la persona que soy ahora.