Sabrina hala ligeramente a su amiga para que continúe con su paso mientras se adentran en el lugar, Alma la sigue sin muchos ánimos mientras observa su alrededor y, a pesar de que no es fanática de las discotecas, debe admitir que la decoración es muy buena, candelabros elegantes, una bar merecedor del lugar al estilo hotel de 5 estrellas, decoración lujosa, brillante y elegante. La rubia le dirige una mirada a la morena al ver al dueño del club acercándose a ellas, pero Alma aún se encontraba ensimismada en observar el cómo le habían dado más vida a su creación. El trigueño toma del brazo libre a Alma separándola de Sabrina y hace que camine al frente, la morena mira al dueño confundida mientras este detiene su paso y le entrega una botella llena de lo que parece champagne.
- ¿Qué haces Andrew? –Alma cuestiona entre dientes mirando al trigueño con enojo.
–Solo disfruta del show. –Contesta con simpleza Andrew guiñando el ojo en su dirección. Alma resiste el impulso de rodar los ojos y decide mirar al frente en donde todos los invitados están reunidos esperando las palabras del dueño. – Y con ustedes la persona que materializó todas mis ideas creando todo como se lo pedí y hasta mil veces mejor –Exclama el hombre levantando una copa en dirección a la morena. -Gracias a la arquitecta Alma que, por cierto, luce hermosísima. –Varios silbidos se escuchan por todo el lugar haciendo que las mejillas de la nombrada se ruboricen, Alma aún no estaba segura si su sonrojo se debía a la vergüenza o al enojo que estaba enfrentando. – ¡Bienvenidos al Antro elegante Regium! – Todos elevan sus copas brindando junto a él, para luego tomar de ellas. – Ahora, ¡Que comience la fiesta!
Los gritos resuenan por todo el lugar mientras lo música suena con estruendo haciendo que muchos de los invitados se dirijan a la pista de baile. Andrew se acerca hacia Alma con una sonrisa arrogante sobre sus labios, cuanto deseaba borrarle la sonrisa de un puñetazo.
- ¿¡Por qué hiciste eso!? –Exclama la castaña con enojo una vez que el hombre se encuentra frente a ella.
- Porque me provoco –Responde con un encogimiento de hombros- Disfruta del lugar que creaste, ya avisé que todos tus tragos son gratis cariño. –Agrega dándole otro guiño para luego alejarse de ella sin darle oportunidad de responder.
La arquitecta respira profundo para mantener su temperamento y mira hacia los lados en busca de su rubia amiga, al no ver rastros de Sabrina se toma el contenido de la copa a fondo blanco.
–Sabía que esto era una mala idea. –Murmura dándole la copa vacía a uno de los meseros que iba pasando por su lado y dirigiendo sus pasos a la barra. - Dame algo fuerte, debo aguantar la noche –Dice al llegar a su destino, el bartender asiente mientras procede a preparar su trago.
Alma mantiene los ojos fijos en los movimientos del bartender para comprobar que no altere su bebida, ya había presenciado como muchos imbéciles ordenaban eso mientras pedían las bebidas de sus acompañantes y no iba a tomar ese riesgo. El hombre le entrega el trago en un vaso con forma de corona y la morena agradece dándole un sorbo. La castaña decide caminar por el lugar en busca de su amiga pero en su lugar encuentra a personas besándose, bailando pegados, grupos de hombres mirando a todas las mujeres, grupos de mujeres criticando a otras y demás cosas, pero ningún rastro de Sabrina.
La morena bufa una vez más, este tipo de antro para gente con dinero no le gustaba. Se prohíben las fotografías porque podrían crear muchos rumores que destruyan grandes empresas, como si esto se tratara de la gala del met y no una simple discoteca en crowntow Alma se resigna de encontrar a Sabrina mientras se dirige a unos asientos vacíos, eventualmente la rubia la encontrará a ella cuando se haya fastidiado de estar aquí y le dirán que se vayan a su casa. Un toque sobre su hombro detiene el caminar de la castaña quien se voltea esperanzada de ver los azules orbes de su amiga, pero la vista es completamente diferente.
Cuando se voltea evita no mostrarse tan impresionada por el hombre frente a ella. Debe medir aproximadamente 1.80cm, puede que incluso más, su cabello negro azabache cae sobre su frente algo descuidado mientras su piel blanca resalta con sus ojos grises, tiene una nariz perfecta y labios carnosos que lo hacen ver hermoso. Lleva un traje azul marino bastante lindo sin corbata acentuando los músculos de sus brazos y la camisa blanca debajo del blazer tiene los primeros tres botones desabotonados dando una vista hacia un pecho bastante trabajado.
- ¿Quieres bailar? –Pregunta el pelinegro logrando que Alma deje de comérselo con la mirada.
- Claro –La morena acepta sin titubear y, luego de dejar su vaso vacío sobre una mesa, ambos se dirigen a la pista de baile.
Por los parlantes suena un reggaetón así que decide demostrar su agilidad al bailar heredada por su ascendencia latina. El hombre siente como se le va el aliento por la manera en la que la mujer ante él mueve sus caderas en un vaivén lento pero acorde al ritmo de la música, él hace su mayor esfuerzo para seguirle el paso pero es muy difícil. Alma suelta una risita al ver los movimientos torpes de su pareja y coloca sus manos sobre las caderas del hombre enseñándole a cómo hacer el movimiento. El pelinegro poco a poco va agarrando el ritmo y, cuando lo logra, quita las manos de Alma de sus caderas y las coloca por detrás de su cuello para luego bajar las suyas hacia la cintura de la mujer atrayéndola más hacia su cuerpo. La morena agradece internamente el estar usando tacones bastante altos porque así puede alcanzarlo.