Amor Prohibido

Capítulo 12

                                                                    Prohibido celar      

12 octubre.

Gia Paris

Empiezo a reírme a carcajadas falsas delante de él, casi rozando nuestros labios, aun así bastante nerviosa.

__ Celosa, ¿yo? __ digo yo mirándolo a los ojos __ ni en tus sueños __ digo yo intentando excusarme.

__ ¿Entonces porque te importa? __ dice él alejándose y poniéndose de pie delante de mí.

__ Bueno, según mi padre y tu padre debemos hacer un proyecto bastante largo y tú estás paseándote por la empresa sin preocuparte __ digo yo intentando que cuele esta enorme mentira.

__ Y tú estabas tomándote tu tiempo mientras comías tan lentamente y sin preocupaciones __ dice él sentándose en su asiento delante de mí.

__ Prosigamos con nuestro trabajo __ digo yo desviando el tema.

Un silencio incómodo se produce mientras aquel tipo se sentaba en su asiento para seguir trabajando. Minutos después, él rompe el silencio, hablando de trabajo.

__ Con respecto a los Davis, efectivamente ellos negociaron con nuestra empresa, un acuerdo que firmaron los Ferrari y los Paris con los Davis __ dice él.

__ ¿Y el acuerdo? __ digo yo.

__ Bueno, simplemente un acuerdo de siete años manejando su economía, esto nos subió a esta empresa la fama gracias a que nos recomendaron y la familia Chester, nuestros enemigos __ dice él resaltando la palabra de enemigos __ cayeron en picado como empresa hasta el año 1983 donde los Davis empezaron a trabajar con otra empresa y nuestra fama volvió a caer __ dice el totalmente convencido de lo que dice.

__ Apunta ese dato como subida de fama y caída, yo investigaré por el año 1990 donde nuestra empresa seguía sin conseguir fama __ digo yo poniendo los papeles de 1990 en frente de mí.

Mi cabeza iba a explotar de manera tan abrumadora que sería capaz de dormirme delante de esos aburridos papeles, son aproximadamente más de las once de la noche, solamente he salido de aquella oficina para tomarme un café, la verdad no tengo idea hasta que hora quiere quedarse este hombre trabajando, no hay nadie en la oficina salvo un guardia y nosotros dos, Sarah me había escrito hace rato para qué me pasará por su apartamento, pero yo me he negado rotundamente por mi estúpido dolor de cabeza. Estas últimas horas no han servido de nada, porque no he descubierto nada y me podría haber leído perfectamente en todo el día seiscientas páginas sin hallar nada interesante.

__ Christian __ digo yo llamando su atención. El alza su cabeza y me mira directo a los ojos.

__ ¿Qué? __ dice él.

__ Yo me voy a ir ya, creo que hemos trabajado suficiente por hoy __ digo yo.

__ Vale, vete, si quieres, yo me voy a quedar un poco más __ dice él. No entiendo como va a poder seguir y permanecer sin sueño.

__ ¡Nos vemos mañana! __ digo yo despidiéndome _ Mañana seguiremos __ digo yo moviendo mi mano para decirle adiós.

Salgo por la puerta y me dirijo a mi coche, llegó a mi casa después de un largo día y lo primero que quiero hacer es tomarme una pastilla y darme una ducha cálida.

13 octubre.

El sonido de la maldita alarma me despierta de mal humor como siempre, quisiera que se parara el tiempo, no quiero aparecer en la empresa hasta que el proyecto haya finalizado, pero eso no podrá ser posible.

Después de arreglarme y vestirme para ir al infierno, conduzco mi coche escuchando música a todo volumen. Charles me abre la puerta del coche y yo le entrego las llaves para que lo aparque en el parking subterráneo de la empresa. Entro por las inmensas puertas y me dirijo al despacho de Christian. Abro la puerta y me lo encuentro sentado en su silla trabajando, sí que ha llegado puntual.

__ Buenos días __ digo yo en seco. Que conste que solo lo digo por ser educada.

__ ¡Siéntate hay mucho por hacer! __ dice él gruñendo.  La próxima vez no le saludo porque para que si para él solo existe el trabajo y más trabajo.

__ ¡Ya voy! __ digo yo alzando la voz.

Sacó los documentos de 1990 y empiezo a leer por donde me quedé.

Después de tres horas seguidas trabajando encerrada en el mismo, despachó decido salir y tomar el aire sin antes preguntar, solamente abrí la puerta y no le comenté que iba a salir, no creo que tenga que comentárselo.

Tomó el aire y relajo mis pensamientos. Aproximadamente estuve un cuarto de hora allí afuera, era notable el frío que recorría todo mi cuerpo, así que decidí volver al despacho y seguir con la pesadilla.

__ ¿Dónde has estado? __ dice Christian gruñendo otra vez, lo que tengo claro es que no me va a faltar el respeto.

__ ¡No te importa! __ digo yo alzando la voz.

__ Parece que no te preocupa el trabajo __ dice él desviando la mirada a su computadora.

__ ¿Tanto te interesa saber a donde he ido? __ digo yo enarcando una ceja, pero aun así sigo enfadada que ese arrogante e insensible humano __ Pues he ido a tomar el aire, porque aquí no se puede respirar __ digo yo haciendo que me vuelva a mirar.

__ ¿Tanto te molesta estar trabajando tres horas seguidas? __ dice él enarcando una ceja.

__ ¡No! Me molesta estar trabajando en espacios tan cerrados __ digo yo enfadada.

__ ¿Entonces? ¿Dónde piensas ir a trabajar? __ dice él preguntando.

__ Bueno, pues en la cafetería, porque aquí en estas cuatro paredes no aguanto más __ digo yo.

__ No pienso trabajar en la cafetería, allí no puedes concentrarte __ digo yo.

__ Pues iré yo __ digo dirigiéndome a la mesa para recoger mi ordenador y mis papeles junto a mi bolso.




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