Bernard.
Deseaba ver a Hemit y por eso decidí ir a su casa con mi hermana.
Pero no me detuve a pensar en la posibilidad de que sus hermanos estuvieran allí… y admito que no me esperaba el golpe de Andy.
Por suerte Dany y Harry no sabían, pero ellos no se enteraron de la mejor forma.
En compañía de los trillizos, nos acercamos al cuarto de ella porque allí se encontraba, junto a mi hermana y sus otras dos amigas, haciendo confesiones.
Definitivamente ellas tenían secretos interesantes, pero por culpa de Dhina y debido a las curiosidad de la chica a la que Harry había visto desnuda, los trillizos casi me asesinan y entonces fuimos descubiertos.
¿Y qué hizo ella?
Me dejó en manos de sus hermanos y nuevamente se encerró junto a sus amigas.
Andy fue quien primero me soltó.
— Suéltenlo —ordenó Andy.
— ¿Qué? —preguntó Dany.
— ¿Por qué? —preguntó Harry.
— Porque necesitamos hablar —respondió.
Ellos me soltaron.
— Necesitamos hablar —expresó el mayor mirándome.
— Ahora síguenos —dijo Dany.
— Y no preguntes —comentó el menor.
¿Acaso querían llevarme a un sótano y asesinarme a escondidas?
— ¿Qué esperas? —preguntaron los tres y siguieron caminando.
Los seguí hasta que llegamos a la sala. Ellos me indicaron uno de los sofás y yo me senté.
Entonces se sentaron frente a mí, pero casi al instante, Andy se levantó y se dirigió a la cocina.
¿Estaría buscando un cuchillo?
Lo vi aparecer con un par de botellas y reconocí que era vodka.
¿Acaso planeaban asesinarme estando ebrio?
— Muy bien, aquí estoy ¿Ustedes no planean asesinarme y esconder mi cuerpo, verdad?
— No, solo queremos hablar —dijo Andy.
— Frente a frente —comentó Dany.
— De hombre a hombre —expresó Harry.
— Bien, pero no hablen así porque es extraño y asusta —dije.
— Está bien ¿Una copa? —preguntó Andy quien abrió una botella y sirvió en una de las dos copas que tenía en la mano.
¿De dónde había sacado las copas?
— Tú no tenías ninguna copa en la mano ¿De dónde las sacaste? —pregunté.
— Yo se las pasé —respondió Dany.
— Tú no te has levantado de ahí.
— Tranquilo Bernard —miró a Harry—. Muéstrale.
Harry tocó la tela que cubría la parte inferior del sofá donde estaba sentado y pude ver un gran orificio, entonces él sacó una caja de madera y cuando la abrió, pude ver más copas parecidas a las que Andy tenía.
¿Acaso ellos hicieron una abertura en su sofá?
Seguro que sí porque de lo contrario, necesitaba pedirles que me dijeran dónde lo consiguieron para adquirir uno igual.
— Estás algo paranoico Bernard —comentó Harry.
— Debe ser por sus pecados —dijo Dany.
— ¿Una copa? —preguntó Andy nuevamente.
Recibí la copa.
— ¿Y de qué quieren hablar?
— De Hemit. Debes casarte con ella —expresó Harry.
Yo empecé a reír como demente.
— Con el tiempo, quizá ella llegue a quererte —comentó Andy y mi risa aumentó.
— Si te niegas, entonces te asesinaremos y esconderemos tu cuerpo en nuestro sótano —dijo Dany.
Inmediatamente me torné serio.
— Sabía que tenían un sótano —expresé.
— ¿Quieres conocerlo? —preguntó Andy.
Los miré y vi seriedad en sus rostros.
— ¿Es de verdad? ¿De verdad pretenden que yo me case con su hermana? —pregunté.
— ¿Crees que bromeamos? —cuestionó Andy.
— No pueden estar hablando en verdad. Su hermana es complicada.
— ¿Hemit complicada? Tú hermana sí que lo es ¿Acaso no la escuchaste? Me odia y dice que soy quien mejor la ha besado —comentó Andy.
Dany y Harry desviaron sus miradas hacia su hermano mayor.
— ¿Besaste a Luisa? —preguntó Dany.
— Eh… yo… no —él desvió la mirada.
— Adelante Andy, dile a tus hermanos que tuviste una cita con Luisa y que, para que ella no supiera tu identidad, usaste un antifaz —dije.