Amor Verdadero ¿real o ilusión?

Capítulo 10.

Amanda.

 La noche no se me hizo tan larga como esperaba. Tuve que controlar el consumo de alcohol de Leonardo, hablamos gran parte de la noche y lamento que este deprimido por lo de Julieta, pero en fin estoy segura de que conseguirá una mejor chica.

 Tom pasó la noche más alegre de lo normal y me dijo que Damian quería celebrar con él porque ahora podrán pasar más tiempo juntos. Me alegro por ellos así que mañana le daré la noticia a Max de que va a tener a los mejores trabajadores en su compañía.

 Termino de limpiar la barra y veo a Tom entrar a buscar nuestras mochilas en el cuarto de descanso. Cuando sale ya he terminado y me reuno con él en la entrada.

— Pronto dejarás de llevarme Tom.— Una sonrisa se asoma en mis labios.

— ¿Hablas en serio? Ya me estaba acostumbrando nena.— Responde mientras termina de cerrar el la puerta principal del bar.

— Hablo muy en serio, pienso ir a comprar la motocicleta la semana que viene. Que por cierto hay que hablar con Bill lo antes posible porque no sé cuando nos quiera Max en su compañía.

— Demonios muñeca, todavía me parece irreal. ¡Nunca pensé en trabajar para el bizcocho de Max!. —Exclama con una emoción contagiosa.

 No puedo evitar soltar una carcajada, Tom también cree que Max es un bizcocho. Empujo a Tom hasta su motocicleta y me coloco el casco mientras él se sube y hace lo mismo.

 Cuando llego a casa voy directo al cuarto de baño. Me doy una ducha rápida, me pongo un pijama y me acomodo en mi cama. Miro mi teléfono sin dejar de sonreír. Max me mandó una foto de él sin camisa y abrazando a Nico, se ve perfectamente su torso desnudo y bien definido. Cuando la vi por primera vez casi babeo, me tomó unos minutos recobrar la cordura para seguir trabajando.

 Decido enviarle un mensaje a Max para decirle que ya llegué y así aprovecho de desarle un buen día dado que ya son las 3:41 am.

Para Max.

¡Hola bizcocho! Ya estoy sana y salva en la comodidad de mi cama. Solo quería desearte un feliz día. Dale un abrazo a Nico de mi parte.

 Pulso enviar y dejo mi teléfono en la mesita de noche.

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 Me despierto por el sonido del timbre. ¿Qué hora es? La verdad quiero seguir durmiendo. Salgo de la cama y abro la puerta mientras froto mis ojos para despertarme por completo. Ni siquiera he visto quién es pero espero que se hayan equivocado.

 Lentamente retiro las manos de mi rostro y veo a un sonriente Max en la entrada.

— Buenos días dormilona.— Dice mientras me escanea con la mirada. Hace una mueca para intentar no reír pero falla soltando una carcajada que me hace ruborizar. —¿Estas usando un pijama polar de pingüino?.

 —Bonitos y gorditos muchachos.— Siento la cara roja pero Max ríe con más fuerza y me envuelve en sus brazos.

— Debo admitir que te ves adorable con ese pijama.— Besa mi frente y cierra la puerta tras de sí. —Pioja yo que tú muevo ese lindo culito.

— ¿A qué te refieres?.

— Vine a buscarte para ir a almorzar y pasar la tarde contigo.— Una sonrisa sale de sus labios y no deja de mirarme de arriba abajo.

— ¿Qué hora es?.— No espero su respuesta y salgo disparada al cuarto para ver mi teléfono. ¡SON LAS 11:33 AM! Mierda. Dormí demasiado. Leo el mensaje de Max.

Max.

Buen día pioja. Pasaré por ti a medio día. Nico te extraña y yo también.

Recibido 7:03 am.

 No puedo evitar poner una sonrisa estúpida en mi cara. ¡Dijo que me extrañaba! Giro y lo encuentro en el umbral de la puerta, hasta entonces es que noto lo que trae puesto. No lleva un traje. Dios. Está usando ropa deportiva. Esa sudadera gris resalta sus ojos azules y ese short deportivo negro deja ver sus largas piernas.

— No es medio día todavía.— Lo acuso cruzandome de brazos.

— Cierto. Todavía tienes tiempo para arreglarte, porque si no soy capaz de llevarte así.— Señala mi atuendo. Su tono jueguetón hace que me sonroje más de lo que ya estaba.

 Sin decir más entro en el cuarto de baño y me meto en la ducha. Al salir me lavo los dientes y salgo al cuarto para buscar la ropa que me voy a poner. Opto por ropa deportiva igual que él, me pongo la ropa interior seguido de un leggin y un top deportivo. El conjunto es de color negro y me coloco mis zapatos deportivos. Regreso al baño y peino mi cabello para recogerlo en una cola de caballo. Estoy lista. No pienso usar maquillaje.

 Tiendo mi cama antes de salir a la sala y me encuentro a Max en mi pequeña cocina. Tiene el teléfono en sus manos y me está dando la espalda. Me acerco con cuidado y le doy un azote en sus nalgas.

— ¡Amanda!.— Suelto una carcajada, se gira y me mira con detenimiento. Tiene los labios lijeramente abiertos mientras me debora con la mirada.

— Vamos, si me sigues mirando así no saldremos de aquí.— Tomo su mano y me dirijo a la puerta. — Espera, dejé mi teléfono en el cuarto.— Regreso al cuarto lo agarro y también mi monedero.




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