Capitulo 4
El humor de Sofia el día de la convivencia escolar era otro, Sara se animó a hablar con ella, habían pasado varios días desde el altercado por culpa de Nicolas y no había tenido el valor, ya a punto de salir a tomar el autobús para irse Sara la abordo
- Sofía, tenemos que hablar
- Ahora no Sara
- Tiene que ser ahora, vamos a tener un día muy intenso y no quiero que sigamos enojadas
- Sabes que todo es por tu culpa
- Quiero que arreglemos las cosas, no que peleemos otra vez
- Para arreglar las cosas debes admitir que te equivocaste al recibir al tipo ese
- Solo quería saber lo que quería, no puedes juzgarme por eso
- Lo que no te perdono es que sabiendo que era él el que te estaba molestando, no te alejaste
- Debes dejar ese rencor
- Nunca Sara, jamás en mi vida, escúchame bien, nunca en mi vida dejare de odiar a Nicolás
La dejo con la respuesta en la boca, tomo su morral y salió echando humo, Sara solo rogo al cielo, esto iba a ser muy difícil, debía tener mucha paciencia para poder arreglar las cosas.
El viaje fue un poco relajante al lado de Leonardo y el resto de sus compañeros, fueron bromeando durante todo el trayecto, Sofia se ubicó con Alejandro bastante alejada de ella; llegaron a la hacienda Alcantara, propiedad de la rectora del colegio y madre de Karla, una de sus compañeras; la hacienda era un sueño, una casa colonial rodeada de mucha vegetación, constaba de un solo piso construida con madera rustica, el colorido de las flores era extasiante, se sentía una paz y tranquilidad en el lugar que Sofia y Sara se olvidaron por un momento de todas sus diferencias hasta que vieron la llegada de la persona menos esperada, Nicolas Montero.
Todos quedaron sorprendidos, Sofia miro enojada a su hermana quien se encogió de hombros igualmente asombrada que sus compañeros
- ¿Qué hace ese tipo aquí? – le pregunto en voz baja
- No tengo ni idea
- Fuiste tu quien lo invito, estoy segura
- ¿Cómo puedes pensar algo así? Sabes que no es cierto, la rabia te está cegando, no podíamos traer a nadie, la rectora lo dejo muy claro
- ¿Y como es que esa aquí? Si el no estudia en nuestra escuela
- No lo sé, ya te lo dije
- Por el amor de Dios Sara -dijo cambiando el tono – no estés cerca de él, te lo suplico, no lo soporto
Sara la abrazo, no era capricho de su hermana, ella simplemente no toleraba a Nicolas y no podía ayudarla si insistía en que lo perdonara, debía apoyarla, no presionarla.
Durante las actividades que realizaron en la hacienda evitaron en todo momento cruzarse con Nicolas, jugaron, hicieron bromas y hasta lograron meterse en la piscina, en un episodio bastante bochornoso el hermano de una de sus compañeras le había propinado un severo golpe a su compañero Sebastián, de eso precisamente están hablando en el borde de la piscina con sus respectivos novios
- Que golpe tan bárbaro le dieron a Sebastián – decía Leonardo entre risas
- Se lo merecía por bocón – agrego Sofia con el humor un poco mejor
- El que le pego es el hermano de Paty ¿verdad? ¿Por qué le pegaría? – Pregunto Alejandro un poco más serio
- Si, se llama Diego – Anoto Sara - No lo se muy bien, pero al parecer es porque Sebastián anda echándole los perros a Paty
- ¿Y cuál es el problema? – pregunto Alejandro, Sara y Sofia voltearon los ojos indicándole a los chicos que era mas que obvia la respuesta, a su vez los dos jóvenes se encogieron de hombros
- Pues obvio – respondió finalmente Sofia - Sebastián es un bandidazo y el hermano de Paty lo sabe, nadie quiere que su hermana ande con un hombre que no respeta a las mujeres y que anda con una y otra – Leonardo y Alejandro se miraron, en ese instante llego Nicolas
- Hola chicos ¿Cómo están? – saludo alegremente este. El ambiente se puso tenso, el rostro de las hermanas Campoverde cambio al instante, los gemelos ni sospechaban lo que estaba sucediendo
- Muy bien hasta que tu llegaste – escupió Sofia
- Sofia por Dios – la reprimió Alejandro - Bien Nicolás – le dijo sonriente al recién llegado - gracias, me alegro mucho que estés nuevamente con nosotros
- No mas que a mi – respondió Nicolas sin quitarle los ojos de encima a Sara - los extrañaba muchísimo, siempre quise regresar y las cosas no se dieron, solo hasta este momento
- ¿quieres nadar un rato Sofia? – pregunto rápidamente Sara, tratando de evitar lo que podía avecinarse, no quería un enfrentamiento de su hermana y Nicolas delante de los gemelos
- Si, vamos – Sofia se levanto al igual que Sara
- ¿Las puedo acompañar? – dijo Nicolas esperanzado
- ¿Ya aprendiste a nadar? – Sofia interrogo a Nicolas
- Aun no – dijo Nicolas algo triste
- Si te quieres ahogar, bienvenido, yo encantada – termino Sofia la frase con una sonrisa maquiavélica
- Nicolás, lo mejor es que te quedes – aconsejo Sara - ¿Alguien más quiere acompañarnos?
- Vamos, las acompaño – dijo finalmente Leonardo, los tres se alejaron, Alejandro se quedo con Nicolas, estaba extrañado por el comportamiento de las hermanas, no se le había escapado la hostilidad de Sofia y el afán de Sara por alejarse
- Y cuéntame, Nicolas ¿alguna novedad? – Alejandro sentía curiosidad por su compañero que había pasado tanto tiempo fuera, era algo extraño en su vestimenta y forma de ser, siempre fue un chico callado, pero muy inteligente, al parecer seguía igual
- A parte de estar nuevamente en mi ciudad, no, al parecer todo sigue igual
- ¿Sofia sigue culpándote por lo de sus padres?
- Así parece
- Pensé que ya se le había pasado el enojo – casi nunca tocaba el tema con Sofia, al principio por que sabía que ella se ponía susceptible cuando se hablaba de ello, ya después lo olvido y no le dio mucha importancia, pero al ver como se había comportado con Nicolas comprendió que la herida aun seguía abierta, continuó hablando con Nicolas de cosas banales sin quitarse de la cabeza lo que podía estar sufriendo Sofia en ese momento.