Anahí

Capítulo 1

Hace mucho tiempo yo asesiné a ciertas personas que eran muy importantes para mí, lo significaban todo, ellos suavizaron la luz del intenso sol que pegaba en mi rostro, es lo que recuerdo. Cuando crecí comencé a odiar de poco en poco mi vida, todo era muy difícil, apenas teníamos para comer pese a que trabajábamos arduamente… desde tan temprana edad, no la tuve para nada fácil, por eso comencé a odiar haber nacido en esa familia, hasta que ahí fue donde me enteré por la boca molesta de mi padre, que yo no era su verdadera hija, me derrumbé, sin embargo, me dijeron algo que me quedaría grabado para siempre, “No importa de donde vengas, decidimos amarte y eso no va a cambiar aunque no seas de nuestra sangre”, yo…

Me sentí muy feliz.

No obstante, esa felicidad no duró muchos años más… luego de aquel incidente, me quedé sola.

Luego de haber conseguido el dinero suficiente y matricularme con éxito en el colegio al que iba a ir, hicimos una pequeña fiesta entre los tres, compramos un pastel para celebrarlo, me sentía emocionada, nunca antes había probado uno, tenia una sonrisa que desbordaba felicidad, pero justo ese día después de la fiesta, ocurriría lo impensable, un hombre con una habilidad muy fuerte, entraría a nuestra casa a robar pensando que éramos quienes más teníamos dinero en esa ciudad tan pobre. Fue aquí, donde lo perdería todo.

“No eres ninguna asesina, eres mi hija, aquella que amo tanto”

—Dime madre, padre… si en ese entonces no hubiéramos celebrado ese pequeño logro, ustedes… ¿Seguirían vivos?, yo… ¿No los hubiera asesinado?

“Vive, vive sin arrepentimientos, haz que nos sintamos orgullosos de ti”

—Ahora mismo, estoy en mi último año de colegiatura, díganme… ¿Lo estoy haciendo bien?

“No hagas que tu madre se vuelva a sentir triste ¿Sí?, promételo… promételo mi pequeña, dime que saldrás adelante”

—Mamá… papá…

“Se feliz… aun sin nosotros, vive la vida que desees, sin que nadie te diga que hacer, tu padre y yo… te amamos”

—¡¡Mamá!!

Me desperté con mucho sudor en el cuerpo, me sentía agitada y con un ligero dolor de cabeza.

—Solo… fue un sueño.

Luego de ver que me encontraba en mi mismo hogar de siempre, solté un fuerte suspiro, me pegué ligeramente mis mejillas y con una sonrisa procedí a levantarme para poder empezar otro día más.

—Debo darme prisa o llegaré tarde al colegio, justo hoy empiezan nuevamente las clases.

Procedí a darme un rápido baño para luego colocarme mi uniforme y comenzar a prepararme el desayuno, no tenia mucha cosa, apenas unos huevos con un poco de arroz y fideos que me sobraron del día anterior, pero supongo que servirán para llenar el estomago de momento.

—Bien, aquí vamos.

Freí los huevos y enseguida lo mezclé con el arroz junto a un poco de aceite para que coja temperatura más rápido, un par de minutos después le eché los fideos que me habían sobrado y lo revolví todo para finalmente emplatarlo y servirme con un poco de jugo.

—¡¡Que aprovechen!! — Dije mientras me preparaba para devorar mi plato.

A medida que iba comiendo, ciertos recuerdos invadían mi mente, recuerdos de cuando mis padres y yo comíamos juntos, no obstante, ya no lloraba como en los primeros días, ahora mismo, me esforzaba un montón para poder sobrellevar mis días con una sonrisa, para poder hacer que se sientan orgullosos de mí, para que no se preocupen por mi de donde quiera que estén.

—¡¡Terminé!!, ¡¡Muchas gracias por la comida!!

Lavé rápidamente mi plato y lo dejé en su respectivo lugar.

—¡¡Me voy yendo!! — Dije a la vez que abría la puerta.

En ese instante regresé la mirada hacia el interior de la casa, sonreí y con mucha emoción dije, “Los amo”, acto seguido cerré la puerta con seguro y salí corriendo hacia la parada de bus mas cercana para que me lleve al terminal de la ciudad de “Campel”, la ciudad donde se encuentra ahora mismo el colegio mas importante del mundo y, además, la ciudad con mayor estatus social del mundo y creo que a su vez, la que mayores prejuicios tiene con la gente que viene de afuera.

Para mi esto era un día más, una rutina que completar en mi vida, ya e vivido 5 años enteros de mi vida de esta forma y quizás este año sea el ultimo, una vez me gradué de este colegio, mi vida laboral será mejor, podré finalmente mudarme y vivir la vida tranquila que tanto e querido.

Llegando al colegio me topé con lo mismo de siempre, gente que me mirada por encima del hombro, creyéndose superior solo por haber nacido en una familia adinerada con estatus social, pero hace tiempo que dejó de importarme ya que gracias a lo que ocurrió aquel primer día de clases, muchos de los alumnos evitan hablarme o si quiera tocarme un pelo, solo me desprecian desde la distancia, sin embargo, hay 2 alumnos en este colegio que resultaron ser distintos de los demás.

—¡Por fin llegas mocosa!

—¡Exclamó el niño mimado de papi!

—¡Ya te dije que mi padre no tiene nada que ver aquí!

—¿Ah sí?, ¿Y qué me dices de la vez que te gané ese día?, ¿Acaso no viniste llorando con tu papi diciendo que te pegué?

—¡¡Eso fue cuando tenía 13 años al final del año!!, ¡No me lo recuerdes todo el tiempo, éramos apenas unos mocosos, ahora tengo 18!

—¡¿A quién le importa tu edad?!, ¡Sigues siendo el niño mimado de papi!

—¡¿Acaso quieres volver a pelear?!

—¿Acaso quieres volver a perder?

—¡¿Perder?!, para tu información te he ganado 17 veces.

—Y yo te he ganado 33 veces para tu información.

Ambos nos continuamos mirando desafiantemente, pero en eso, llegó la misma chica que siempre interrumpe nuestras peleas, Luna.

—¡Damián!, ¡Ya te dije que no te juntes con la mocosa de clase baja!



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En el texto hay: estudiantes, magia, muertes y drama

Editado: 04.07.2023

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