Capítulo especial — Escrito por JV Fuentes
“Una lectora frecuente de esta historia”
Una promesa…
¿Cuándo fue que pude relajarme tanto?, que pudiera observar aquel cielo de tonalidad azul celeste con una sonrisa la cual se instalaba en mi rostro mientras me encontraba sentada en la arena, observé hacia al frente viendo como mis dos mejores amigos jugaban en el mar, sonreían y reían, eso hizo que sintiera una calma enorme, en donde solo había tranquilidad.
—Te veo muy alegre— Habló mi maestra Mónica con una sonrisa.
—Siendo honesta lo estoy— Admití sin apartar la mirada de ellos —Puede que al inicio no nos habíamos llevado bien, pero ahora puedo disfrutar de su compañía sin peleas o discusiones de por medio.
—Oh…— Sonríe levemente —Ya veo, se ve que se han unido más.
—Así es— Asentí y me quedé callada bajando un poco la mirada.
—¿Sucede algo? — Preguntó ante mi silencio.
—La verdad quisiera agradecerle— Mencioné de repente.
—……— Observa atenta.
—Desde que la conozco siempre ha buscado la manera de que esté bien… me ha dado su cariño, su amor— Observé con una pequeña sonrisa —Me ha cuidado y protegido como a una hija, incluso me ha hecho sentir que tengo una pequeña esperanza en mi vida— Regresé mi mirada al mar.
—Y la tienes— Mencionó haciendo que la mirara —Tienes un gran futuro por delante, tienes la fuerza para lograr lo que te propongas— Toma su mano observándola con una sonrisa —No dudes en que, si sientes que estás en aprietos, tanto tus amigos como yo estaremos para ti.
—……— Sonreí con pequeñas lágrimas acumulándose en mis ojos —No sé qué hice para merecerla, tampoco para merecer a Damián y a Luna— Cerré los ojos dejando que aquellas lágrimas salieran momentáneamente —Pero realmente agradezco que estén ahora conmigo — Abrí mis ojos y le sonreí.
—Te quiero Anahí y quiero que lo recuerdes siempre.
Asentí mientras seguía llorando, ella con sus brazos me rodeó y yo la abracé con fuerza, realmente quería mucho a mi maestra, a la que ahora es mi madre.
En medio de eso, a la lejura, alguien nos interrumpe.
—¡Hey Anahí! ¿No vienes a jugar un rato? ¡Ya es vergonzoso tener que jugar con Luna! — Gritó Damián a lo lejos.
Me separé de mi maestra y me quité las lágrimas que tenía en mi rostro, sonreí y miré a mi mejor amigo quien se acercaba a toda velocidad junto con Luna siguiéndolo detrás.
—¿¡Vergonzoso conmigo?! ¡Si tú eres un mal perdedor! — Se quejó Luna.
—¿¡Yo?! — Colocó una mano en su pecho dramatizando la situación —-¡Tu eres la que me golpea con el balón de voleibol! — La miró mal.
—Calma chicos— Los miré con una leve risa —Veamos que tan buenos son para este deporte— Me levanté de la arena.
—Oh, acabas de retar al Dios del deporte— Sonrió Damián arrogante.
—Y tu arrogancia será lo que hará que pierdas— Mencionó Luna divertida.
—……— Observa con una mirada asesina a Luna.
—¿No quiere unirse maestra? — Preguntó Luna —Sería bueno tener una cuarta miembro para que seamos parejos.
—Uhmmm— Se quedó pensativa por unos momentos —Se que será divertido— Se levantó de la arena.
—¿Entonces que esperamos? ¡Vamos a jugar! — Habló Damián con emoción.
Nosotras nos miramos y reímos ante el emocionado Damián, sin duda había sido una tarde linda en la playa, lleno de risas y diversión, éramos como una familia… donde nada más importaba más que nosotros.
Con ello las horas pasaron y la noche había caído, ahora me encontraba en la playa, pero esta vez sin la compañía de alguno de los chicos o de mi maestra. Observaba ahora el cielo estrellado, varias estrellas cubrían mi campo de visión, era hermoso, me gustaría que este día no acabara nunca.
—“A veces quisiera que el tiempo se detuviera para poder seguir disfrutando de esta calma y de este silencio” — Pensé mientras cerraba los ojos y sentía como la brisa golpeaba suavemente mi cara.
Estar escuchando las olas del mar hacia que me tranquilizara, el viento me saludaba y me refrescaba, sonreí levemente disfrutando el momento.
—Así que aquí estabas.
—¿Uh? — Abrí mis ojos y miré hacia un lado encontrándome con Damián —Se supone que deberías estar dormido— Arqueé una ceja —¿Qué te trae por aquí a esta hora?
—Lo mismo te pregunto a ti— Respondió observándome —Es tarde y deberías descansar ya que en la mañana regresamos.
—Todavía me sorprende que te preocupes por mí— Admití observándolo.
—¿Quién dice que me preocupo por ti?, yo solo decía…— Desvía la mirada con una profunda vergüenza.
—No tienes que ser así aquí— Sonreí leve —No estamos en la escuela, puedes decir lo que quieras libremente aquí y ahora.
—Lo dices como si quisiera decirte algo— Me miró.
—¿Y no es así? — Cuestioné divertida.
—Quizás…— Observó hacia el mar
—¿Sabes?... estar aquí me hace sentir realmente viva…
—¿Por qué lo dices?
—Pues… porque no es sencillo estar en la escuela y tener que ver como todos te miran con desprecio— Suspira —Es como si para todos fueras su presa, un objetivo fácil de dar en el blanco.
—Ya veo… entonces podemos decir que este sitio es tu lugar ideal eh
—Puede ser…— Asentí —Pero bueno… intento no pensar mucho en eso, mi realidad es que debo regresar, y debo volver a la costumbre, aunque tampoco es que me afecte demasiado la opinión de todos esos idiotas— Sonreí.
—……— Observa fijamente.
—No tienes que mirarme así… ¿Por qué te preocupas tanto?
—No es que estuviera demasiado preocupado…— Desvía nuevamente la mirada —Solo que hay algo que quiero decirte desde hace tiempo…
—……— Observé con una expresión confusa.
—Bueno, la verdad es que no sé cómo empezar… yo…
—¿Tú?
—……— Se sonroja con una mirada decidida —Anahí yo te-