Un frío agradable sobre mi cabeza me hizo despertar lentamente. Estaba mareado, y los recuerdos de lo que pasó en la habitación pasaron de manera fugaz y como un disparo por mis ojos. Acto seguido, me levanté de golpe, exaltado y temblando.
— Tranquilo. —Jerry y Sara estaban conmigo en una habitación— No te muevas, te harás daño. —Me sugirió Jerry tras ver mi violenta sacudida a causa de la desorientación.
La cabeza me dolía mucho, estaba mareado y aun preguntándome que sucedió. Sara, al levantarse de su asiento, de inmediato me reacomodó el trapo remojado sobre mi frente.
Estaba hirviendo en calentura por la buena paliza que me dieron en la cara y la cabeza. Le pequeña herida en mi mejilla aún me dolía, pero lo que más me lastimó fue la traición. Fui entregado a mi enemigo por alguien a quien, de manera equívoca, comenzaba a admirar.
— ¿Qué es esté lugar? —Pregunté sin más.
— Estamos en una clínica particular, propiedad de Will. —Contestó Sara angustiada, pero a la vez un poco aliviada luego de mi despertar.
— ¿Qué pasó?... Yo… ¡Ah! Mi cabeza. —Nauseas aparecieron de golpe y me obligué a cerrar los ojos y calmarme para no vomitar.
— Alguien intentó asesinarte… a ti y a Will. Por muy poco y por fortuna están vivos. —Esta vez respondió Jerry.
Comencé a llenarme de ira, pero no era momento de actuar de manera estúpida. Debía recuperarme y luego pensar con la cabeza fría.
— ¿Qué pasó con John Warren? —Pregunté tras recordarlo.
— Escapó por muy poco. —Jerry se mostró indignado y molesto a la vez— Pero esto no se quedará así, pues una vez que Will se recupere, será su fin.
— ¿Pero qué sucedió?
— Will me contó que te llevaría a su despacho para que te encontrarás con Hawkins, pero olvidó su maletera con su ropa y algunas otras cosas; incluyendo armas. El jamás la olvida, así que decidí llevársela yo mismo hasta el despacho. Solo tardé unos minutos en salir, y cuando llegué hasta el lugar de los hechos, ya había pasado lo peor. Un par de hombres estaban subiéndote a ti a una camioneta mientras Will se desangraba frente al volante. De inmediato, saqué un arma del maletero y le disparé a uno de los sujetos en una pierna. Comenzaron los disparos. John se metió a la camioneta en breve, y luego de que yo abatiera a uno de ellos, arrancó y tu cuerpo cayó al asfalto.
Tenía sentido, pues me dolía toda la espalda y las piernas, como si me hubiera arrollado un autobús. John ya tenía planeado raptarme, por eso la camioneta debió estar cerca. Por otro lado, las cosas tampoco resultaron bien para Will.
Maldito traidor.
<< Los planes de ambos fueron frustrados, pero cometieron el error de dejarme vivo. Ahora lo van a pagar caro. >> Pensé con malicia mientras miraba hacia la nada.
— ¿Y Will? ¿Dónde está? —Pregunté con cierto recelo.
— También está aquí, en la habitación de al lado. —Contestó Sara tristemente— Pero aun esta algo delicado. No ha despertado desde que le dispararon.
— Por fortuna, ninguno de los tres disparos en el pecho dio en algún órgano vital. Es un milagro que esté vivo. —Añadió Jerry con resentimiento.
— ¿Vuelve a dormir, quieres? Aun debes descansar. —Sara sugirió con ternura y accedí a ya no moverme ni hablar.
— Yo estaré cuidando en el pasillo. No quiero que ningún matón terminé lo que John Warren comenzó.
Dicho eso, sacó un arma de su chaqueta, la cargó y luego salió de la habitación.
Por mi parte, me relajé y volví tomar una larga siesta. Esperaba que Will despertara pronto, pues quería que atestiguara su muerte ante mis manos. Iba a pagar por entregarme a una de las personas que más aborrecía en esté mundo.
Editado: 24.06.2019