— ¡¿Qué pasó?!
Se acerca a mí, haciendo mucho ruido al caminar sobre los vidrios rotos que están desparramados por el suelo.
—No lo sé —Mi voz suena aterrada y sigo temblando—. De repente todo explotó —Por supuesto no le comento que el aparato me dio una descarga, no hay forma de que eso pace, el suelo es de madera y está cubierto por una capa de goma, no hay forma de que algo le dé estática.
Él me cree, probablemente es por lo histérica que suena mi voz.
Nora me hace un breve interrogatorio camino a casa de Laura, aunque no le presto mucha atención, estoy muy preocupada. Zavier asegura que lo sucedido se deba a un golpe de tensión en el tendido eléctrico, lo que me parece la cosa más absurda del mundo, primero porque dudo que una central eléctrica mande tanta energía, segundo porque no creo que los cables de la calle lo soporten y tercero porque de ser así primero hubiera explotado toda la casa y finalmente tal vez llegue algo del exceso al galpón... todo eso sin tener en cuenta lo que debería pasar en la casa de los vecinos.
De todos modos no puedo confiarme, aun no sé cuáles son mis poderes, sin embargo, estoy casi segura de que ya descubrí uno y no quiero que ellos lo hagan conmigo.
—Tranquila, Ema entenderá que necesitas estar sola, fue una sorpresa muy grande para todos —Nora me abraza y luego se marcha.
Entro corriendo al apartamento que ha alquilado Laura, generalmente subo al quinto piso en ascensor, en cambio hoy lo hago a pie y me toma menos de lo que me toma en el ascensor.
Cuando entro ella no está, aunque mi madrina sí, se ve ansiosa, al verme viene a mí y me abraza.
—Sentí el cambio en ti ¿Estás bien? ¿Qué fue lo que pasó?
—Me alteré, un aparato me dio una descarga y todas las luces a mi alrededor explotaron.
— ¿Eres Electrokinética? —Me aparta un poco, sonríe orgullosa, luego lo piensa mejor y se ve preocupada— ¿Te descubrieron?
—Creo que no, me alteré tanto que no lo asociaron a algo hecho por mí.
—Bien, así que no hay riesgo y ya no pagaremos luz.
No puedo evitarlo, pese a la tensión del momento, debo reír por su mal chiste, es inevitable.
Cuando Laura llega se pone nerviosa también, aunque rápidamente se le pasa, le basta con saber que aún estamos todas vivas y no encerradas en lo más profundo de alguna base de cazadores, lugar donde, según ella, nos iban a torturar y finalmente matar.
También les cuento lo que dijo Zavier acerca de lo que pasaría si fuera una bruja, ambas intentan consolarme, aunque no lo consiguen mucho, entiendo su preocupación y la agradezco, lamentablemente sé que no tengo un futuro muy prometedor en esa familia.
A última hora del día recibo una llamada de Ema, está super preocupado, lo calmo lo más que puedo y consigo hacerle creer que estoy más tranquila de cómo realmente me siento.
—Creo que deberíamos intentar enseñarte cómo controlar tus poderes, ya perdimos mucho tiempo y es bueno que tengamos una idea de por dónde comenzar —Laura sonríe mientras levanta la mesa.
—Sí, yo aprendí a controlar los poderes de tu madre, esos te los puedo dar y enseñarte enseguida cómo manejarlos, aunque eso será luego, ahora debemos centrarnos en los tuyos —Mi madrina también sonríe y se frota el mentón pensativa—. Bueno, en realidad no sé si puedo enseñarte, no recuerdo cómo aprendí, aun así puedo intentarlo.
— ¿Cómo es que tienes los poderes de mi madre?
—La bruja que la mató lo hizo para robárselos y yo los recuperé luego de matarla.
— ¿Le robaste los poderes a ella?
—No, no me interesaba en lo más mínimo.
— ¿Cuáles son sus poderes? —Las miro a ambas, deteniéndome un segundo en cada una de ellas.
—Primero tienes que saber que hay dos niveles de poderes, el primero, casi imposible de tener, es el absoluto, donde tienes poder sobre todo lo relacionado con algo, por ejemplo, la Pyrokinesis, que te da el total control del fuego. Eso quiere decir que no sólo puedes dominarlo, además puedes generarlo y extinguirlo, hay quienes sólo pueden dominarlo o extinguirlo.
—Raramente— Interviene Laura— la gente tiene los absolutos, la mayoría tiene los parciales, se necesita ser muy poderosa para tener un absoluto.
—Tu madre, por ejemplo, tenía los tres absolutos, ella podía sanar a su antojo y hacer casi cualquier cosa con el cuerpo humano, también tenía poder sobre el futuro y sobre el fuego, podía manipular todo lo relacionado con esas tres cosas.
Me divierte mucho ver cómo madre e hija se complementan.
— ¿Tú ahora tienes sus poderes? ¿Puedes hacer todo eso? —Sin querer dirijo mi mirada a su hombro, si puede hacer lo que sea con el cuerpo humano ¿Por qué no se hace desaparecer las cicatrices que tiene en los hombros y espalda?