Por eso estoy veinte minutos antes en la puerta del apartamento esperando que llegue Keith, la situación está demasiado tensa como para querer quedarme allí arriba, es como si el aire no corriera y me ahogara.
¿Por qué las cosas se torcieron así? Hasta ayer todo estaba bien.
¿Cuál es en realidad el problema? Será que mi tía no quiere ver a su hija que es una asesina en serie o que mi madrina tiene vergüenza de lo que es. Tal vez tenga temor por la forma en que ella cree que la juzgaremos y cómo cambiará nuestra forma de tratarla por ser una roja o simplemente cree que no queremos verla.
También está la posibilidad de que ella no nos quiera ver a nosotras, digo, ahora que sabemos lo que es tal vez ya no quiera interactuar con nosotras. Es decir, quizás estaba intentando empezar de nuevo, fingir que todo lo que hizo no pasó y por eso volvió, porque con nosotros puede hacerlo, o podía hasta que su madre la descubrió.
No, eso seguro que no es, ella es muy fuerte e inteligente para intentar una tontería así, seguro es totalmente consiente de lo que es y no intenta ocultarlo, probablemente el problema radica en que no quiere que los demás la veamos con el mismo desprecio que seguramente se tiene por ser lo que es, o más bien por lo que hizo, porque a pesar de todo yo sé que ella es buena.
La verdad es que desconozco lo que pasó, simplemente deduzco que hizo cosas atroces por lo que ha comentado, pero sé que ella se odia por lo que tuvo que hacer y eso la ciega para ver todo lo que hay más allá de esa parte oscura, en su ser hay mucho más luz que eso.
Suspiro y sacudo la cabeza, intentando quitarme todo eso de la mente.
Aquí abajo es todo lo contrario al interior del apartamento, corre un viento frío que casi me congela, aun así, vale la pena estar aquí, viendo las estrellas y la gente pasar, no es que desde la ventana de mi cuarto no pueda ver las estrellas, sin embargo, aquí, con el ruido ambiental, es distinto.
¿Qué cambia? En realidad, nada, sólo es distinto.
Además está el hecho de que veo a los autos pasar, la mayoría son simples, es decir, nosotros somos un país chiquitísimo, aquí no hay Bugattis, o Lamborghini, o cualquier gran marca de ese estilo. Creo que la mejor marca que he visto, aparte de Mercedes y BMW, la mayoría viejos, es Audi, he visto más modelos nuevos de éste último. Esas son todas las grandes máquinas que he visto, ojo, no ando en los barrios con más poder adquisitivo, no obstante, los autos que circulan por mi zona son así.
En la noche es particularmente cuando se ven menos, al menos eso creo hasta que frente a mí se estaciona una moto ¡¿Qué?! ¿Sólo una moto? Parece una nave espacial o Dios sabe qué, sólo sé que es hermosa.
Antes que nada, veo el logo de la BMW, aparte de que la moto es de los colores que representan a esta marca, los cuales, como es de esperarse, están muy bien combinados, el blanco platinado brilla como si contuviera miles de estrellas en su interior y el celeste le da un aire elegante y casual a la vez.
Una se imaginaría ver a un super actor, con una típica campera de cuero negra, la verdad yo tengo la fe de que alguno de mis actores favoritos se haya perdido y quiera pedirme referencias.
No obstante, quien la conduce no tiene el aire de glamour que una podría esperar en cualquier famoso, sí trae campera de cuero, aunque no es de las típicas, ésta tiene listones blancos, los cuales reflejan la luz, como lo hacen los chalecos, es muy útil para que te vean en la oscuridad y hasta le da más estilo.
No puedo reconocerlo hasta que se quita el casco, el cual combina con la moto, cuando su rostro queda totalmente al descubierto, debo taparme la boca para ahogar un grito, es Keith, él me mira sonriente.
—¿A quién le robaste esa moto? —Lo miro como si fuera un crimen o algo así.
—Es mía —ríe—, sé que aún no tengo la edad legal para tenerla, sin embargo, como en Italia tenía el permiso, alegué que como cazador solitario debo tener un medio de transporte y me permitieron usar éste.
Lo sigo mirando pasmada, quiero ser una cazadora solitaria, es más, ahora me siento feliz de que Ema no quiera ir conmigo de cacería, tal vez algún día pueda comprarme una moto como ésta.
—Ven, sube, vamos a casa —Parece ansioso—, anda que se hace tarde.
Extiende la mano hacia mí, luego de que me subo, me pasa el casco y se coloca el otro que traía.
Tengo que agarrarme fuerte de él porque va rápido, es muy cuidadoso y respeta todas las otras leyes de tránsito, todas menos la de velocidad, claro está, lo cual es entendible, es tan maravilloso sentir el ronroneo del motor cuando acelera, ir lento sería como ponerle una traba a algo tan maravilloso como la máquina en la que estoy sentada.
Cuando me bajo acaricio con la yema de los dedos dónde está grabado el modelo, es una S1000R ¿Eso significa algo para mí? Por supuesto que no, no sé nada de motos ni de los modelos, sólo sé que es hermosa y las letras brillan estupendamente.