Esta va dedicada a mi mejor amiga desde hace algunos años.
Esta historia ocurrió este año, hace unos meses durante la última clase de mi horario casi a las 9 de la noche, por si alguien se lo preguntaba estudio en el turno vespertino que inicia en la tarde y termina en la noche.
En fin, estábamos mis compañeros y yo tomando la clase de biología con el profesor en el laboratorio, era de noche ya todos estábamos bastante cansados y muy distraídos, unos incluso se empezaban a quedar dormidos en las mesas, ya que era una clase teórica.
Mientras el profesor nos hablaba y yo estaba tomando apuntes tire por accidente una de mis plumas al piso y como cualquier alumna cansada y sin ganas de moverse de su banco, decidí no levantarme e intenté patear la pluma hacia a mi, pero no pude hacerlo.
Por un momento consideré la idea de levantarme del banco y recoger mi pluma, pero desistí de hacerlo y decidí hacer caso a la segunda idea que se me paso por la cabeza, que obviamente no fue una buena idea pero sigamos con esta historia.
Mi excelente idea fue reclinarme hacia atrás en el banco sin levantarme mientras tenía los pies atorados en la base del banco, inevitablemente sentí que la tragedia se acercaba en cuanto comencé a levantar la pluma del piso y sentí que las patas delanteras del banco se empezaban a alzar, como cualquier persona lo haría comencé a entrar en pánico con la diferencia de que solo ocurrió en mi mente, mientras trataba de analizar y solucionar la situación de la mejor manera posible.
Mientras estaba en pánico y empezaba a sentir lo que sucedía en cámara lenta, subí rápido mis manos al borde de mi mesa y dejé ahí mi pluma, luego saque mis pies de la base de mi banco, los puse en el piso y empecé a hacer fuerza para no irme con el banco, de forma que termine parada pero no alcance a rescatar al banco de su caída al piso.
Así que cuando el banco se impactó en el piso todos se asustaron y voltearon a ver hacía mi lugar, alguien gritó y eso me asustó, haciendo que diera un pequeño brinco por lo que mi amiga y prima que se sentaba a mi lado me agarró del brazo pensando que yo me iba a caer, yo los tranquilice diciendo que estaba bien y que solo se había caído el banco, aunque mi profesor no me creía al inicio y me pregunto antes de quedar convencido que estaba bien.
De esa forma logre despertar a mi salon y darles un pequeño susto del que salí ilesa. Bueno con eso en mente les recuerdo un famoso y casi siempre cierto refrán "El flojo trabaja doble" y les recuerdo que deben de pensar mejor las cosas antes de hacerlas.