Ángel Ciego 5. Izbet y Eliot. La Boda

La verdad

— Una diadema.

— Eso debe ser, en alguna parte debe tener los contactos que entran en su cerebro — Bulma pensó rápido que hacer — debemos llamar a los demás para rescatarla, y ver como volverla a la normalidad.

— No, si vamos todos la puede matar, debo ir solo.

— Pero si pasa eso podemos revivirla con las esferas del dragón — cuando vio la mirada del otro se preocupó — ya anularon los deseos pedidos el año pasado ¿Verdad?

— Como necesitaban pedir otros, con Izbet decidimos esperar para la próxima vez.

— Más razón para que te acompañen.

— Si no sabes nada de mí a las 9 de la mañana entonces avísales — deberá encontrar la manera de rescatarla solo se dijo.

— No sería mejor... — insistió preocupada la científica.

— No, esto es algo que debo hacer yo solamente.

— Ya que no puedo hacerte cambiar de opinión, espera un momento — entró a su taller, cuando ya el guerrero aburrido estaba por irse salió con un extraño casco.

— Si logras llegar con ella, pónselo y tráela rápido, con esto se bloqueará la señal y no podrá destruirle la mente.

— Gracias.

 

Se fue rápido a la casa del científico, cuando llegó sintió el ki de alguien conocido.

 

— Jenny ¿Qué haces acá? Es peligroso — ella estaba oculta atrás de un árbol.

— ¿Tiene un plan para rescatarla? ¿Verdad? — dijo esperanzada al verle el casco en las manos.

— Sí — le contó su conversación con la científica.

— Entonces debemos encontrar la forma de quitarle esas cosas del cerebro.

— Lo primero es sacarla de allí — fue a tomar a Jenny en sus brazos — pero antes te llevaré a tu casa.

— NO — respondió con firmeza — iré con usted.

— Es mejor que entre solo, es muy peligroso.

— Ella es más que una jefa, o una simple amiga, no puedo quedarme sin hacer nada para ayudarla — en su cara vio la misma determinación de Izbet cuando quería salvar a Videl, cuando recién la conoció.

— Esta bien, pero harás lo que yo diga ¿Entendido? — decidió llevarla, sino ella podría hacer algo por su cuenta y sería peor.

— Por supuesto ¿Qué haremos?

— Entrar, ponerle esto en la cabeza y salir lo más rápido posible a la Corporación Cápsula, entendido.

— No sé volar, pero tengo mi auto cerca.

— Perfecto, si yo no puedo salir con ustedes, tú la llevarás, será tu prioridad — la joven afirmó sin miedo ni duda en su mirada, por su altura, 1.75 y complexión perfectamente podría tomar a la medio demonio en sus brazos.

 

Forzaron una puerta en la azotea, Piccolo fue quemando las cámaras de seguridad con sus ojos, sin problemas lograron llegar rápido al dormitorio donde tenían a Izbet, iban a ponerle el casco, pero Ariel, que estaba en el cuarto de seguridad supuso lo que estaba pasando, aviso a su hermano, y llegaron ambos con varios guardaespaldas.

 

— Que tenemos acá — dijo irónico Eliot — otra versión de la Bella y la Bestia jajajaja.

— Sabemos que tienes controlada su mente — Piccolo lo miró fijamente.

— Que inteligente, quien lo diría viéndote, muchachos a él.

 

Ariel miró a la mujer que trataba de salvar a su "jefa" y entre ambas comenzó el combate, pero no duró ni cinco minutos, la hermana del científico no fue rival para la asistente y amiga de Izbet.

 

Piccolo rápidamente logró dejar inconsciente a sus atacantes y se dio vuelta para tratar de llegar donde la medio demonio, Eliot aprovechó esa distracción y lanzó uno de los aguijones controladores contra el namek, que se le enterró en la pantorrilla, Jenny le ayudó, cuando lo retiraron salió mucha sangre, la mujer controlada escuchó todo, en ella crecía la inquietud por su amado, lloraba en silencio, la diadema estaba color rojo esmeralda.

 

— Vaya — dijo el científico loco — la bella se preocupa por su bestia, lamentablemente cariño no podrás soltarte de mí control, antes caerás desmayada, ninguna mente humana es lo suficientemente fuerte para liberarse.



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En el texto hay: engano, piccolo, izbet

Editado: 02.12.2019

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