Ángel Ciego 9. Memorias

Alucinaciones. ¿Quién eres?

— No quiero que vayas, él decidió lo mejor para todos — la joven madre trataba de convencer a su esposo de mantenerse al margen.

— ¿Eso cree? Con Izbet encontraremos una explicación lógica a lo que pasa.

— ¿Y si no? No te has puesto a pensar que tanta maldad en él por fin le pasó la cuenta.

— Cambio mucho desde esa época, si no confías en él, confía en tu madrina, como sea en 23 horas y media como máximo sabremos quien tiene razón — y se fue a encontrarse con la mujer ciega.

En el Templo sagrado se juntaron como habían quedaron.

— ¿Qué son esas maletas que traes? — le preguntó el hombre curioso.

— Nada importante, si no logro ayudar a Piccolo te diré para que son, ahora no hay que perder el tiempo que nos queda, debemos confirmar si esto es un problema mental, aunque lo descartó totalmente, conociéndolo debe ser otra cosa, me contó como fue cada vez que aparecía N°16, se sentía un ruido extraño... vamos, ayúdame a ver lo que no puedo.

Fueron a los lugares donde ocurrieron los encuentros.

En ninguno hallaron nada extraño, fueron a la casa de Izbet y lo mismo, ya pasaron 10 horas, decidieron volver a investigar nuevamente en el Templo Sagrado, ya que fue allí donde ocurrieron la mayoría de las apariciones.

— Hemos revisado este lugar 20 veces — se quejó Gohan.

— Entonces serán 21, debe haber algo que pasamos por alto... que no sentí... — la ciega caminó alrededor de la cama — ¿En este lado hay alguna ventana?

— No.

— Siento una corriente de aire muy fría — usó su mano para seguir el flujo helado, el medio sayayin quitó los muebles que había en su camino — ¿Qué ves en esta parte del muro?

— Un agujero de un centímetro más o menos — dijo luego de fijarse con mucha atención en el sector — da la impresión que es reciente.

— Vamos a los otros lugares — no sabía que significa, pero si había más podría ser una pista.

En la mayoría de los sitios donde hubo apariciones encontraron hoyos parecidos. En la casa de la mujer ciega hicieron un gran descubrimiento.

— Hay uno igual en está pared, espera... — el medio sayayin encontró algo más — veo algo atascado ¿Tienes herramientas? Necesito unas pinzas — cuando ella le llevó una caja de herramientas sacó un pequeño dispositivo del muro — ¿Qué es esto?

— ¿Qué encontraste? Descríbemelo.

— Parece un insecto, pero metálico.

— Rápido, vamos con Bulma.

Habían pasado 14 horas. 

En la Corporación Cápsula.

— Demoraré un poco en abrirlo, debo ser cuidadosa, no quiero destruirlo.

— Esperaremos — el padre de Pan aprovechó de ir a la cocina, con el permiso de la dueña de casa, a comer algo.

— ¿Podrías prestarme el radar del dragón cuando termines con esto? — pidió Izbet a la científica cuando estuvieron solas.

— Por supuesto ¿Lo quieres para ayudar a Piccolo? Todavía faltan 5 días para que puedan usarse las esferas.

— Tiene que ver con él, pero no es urgente. Gracias.

Ahora faltaban 4 horas para que Piccolo destruyera la entrada a la Habitación del Tiempo. 

La científica los llamó.

— Es un mini proyector — explicó la del cabello azul, que con una pinza minúscula apretó un lugar del artilugio mecánico y apareció ante ellos la figura de N°16.

En ese momento se produjo una gran explosión en una de las paredes, apareció un tipo de dos metros que no tenía ki, se llevó a Izbet y al artefacto. Gohan trató de seguirlo, pero varios robot se lo impidieron, eran muy fuertes, cuando él logro destruirlos ya no sintió la presencia de la mujer ciega.

— Anda al Templo Sagrado, y que tu padre y Piccolo te ayuden.

— No, debo rescatarla primero.

— Por eso necesitas ayuda.

— Sólo debo esperar un poco para que ella me haga saber dónde está — miró angustiado a Bulma — él me pidió que la cuidará, no le fallaré a mi maestro — se fue en la dirección que tomó el desconocido.

Habían pasado 22 horas desde que Piccolo se encerró.

En un escondite en unas montañas, luego que le drenaron energía, la mujer por fin despertó, el lugar olía a aceite, había ruido de artefactos electrónicos, Izbet trató de soltarse, pero estaba atada y muy débil, así que subió su ki lo más que pudo, cuando sintió que había alguien en el lugar empezó a moverse.

— Por fin despertaste — habló el hombre de 1.80 cms. pelo y ojos oscuros, mirada fría.

— ¿Quién eres?

— Soy Synovec Gero.

— Gero... me suena.

— No creo que tuvieras el honor de conocer a mi tío, el gran Dr. Maki Gero.

— Ahora lo recuerdo, es el loco que creo a Cell.



#7103 en Fanfic

En el texto hay: sexo, aventura, sexo amor desamor

Editado: 06.03.2020

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