"Ángel de la Guarda"

7: "Invitación"

Actualidad

 

Sebastian tembló al recordar ese acuerdo que tuvieron hace dos meses y le aterró que el demonio le hiciera algo a él y más a Lucía, ya que los demonios son capaces de matar por cumplir los contratos. 

—Nuestro acuerdo era que me darías tus años de vida como ángel, ya que ustedes son eternos —dijo el demonio serio y se acercó a él para intimidarlo.

—No somos eternos, vivimos a través de la fe de los niños que cuidamos, que es muy distinto —respondió Sebastian manteniendo la compostura y tratando de no mostrar miedo.

—De una u otra manera ustedes son eternos, así que no entiendo el por qué no quieres darme un poco más de tu energía —dijo "A" con un tono sarcástico.

—Solo puedo darte lo que acordamos nada más —dijo Sebastian desesperado.

—Recuerda "Samuel" que si yo desaparezco, tú también desaparecerás y volverás a ser un ángel —respondió "A" riéndose con maldad —y hasta donde sé, eres muy buscado por otro angelito...

—Por favor, no empecemos con eso —contestó Sebastian enojado —yo soy muy consciente de mi situación.

—Te daré un tiempo para que me des una respuesta, y con intereses —dijo el demonio mientras se alejaba lentamente —hasta entonces, no vendrás por acá ¿entendido?

—Esta bien...



 

●●●●

En el edificio, Samuel (mejor dicho, Sebastian) estaba preocupado. Solo quería cuidar a Lucía y además ayudarla a recuperar la fe en Dios, pero ahora estaba en graves problemas. Los demonios son muy capaces de lo que sea, con tal de cumplir con los contratos; de no ser así, también tienen sus castigos.

—Uff estoy cansado, iré a descansar a mi cómoda cama...—decía cansado mientras  subía a su departamento.

—¿Samuel? ¿Eres tú? —preguntó Lucía que estaba sentada en las escaleras con los ojos un poco hinchados, tampoco era para menos ya que eran las dos de la mañana y estuvo llorando por un rato.

—¿Lucía? ¿Qué haces aquí en el pasillo? —preguntó preocupado.

—No puedo dormir y no quería salir a estas horas de la noche, quería hablar contigo —respondió Lucía mientras se paraba.

—¿Así? ¿De qué? —interrogó Samuel.

—Ten —y Lucía le dio un sobre blanco.

—¿Una carta? —dijo asombrado.

—Si, perdón si no te la di antes pero, no encontraba una oportunidad para hacerlo —contestó Lucía en susurros.

—Esta bien, no te preocupes —respondió Samuel sonriendo.

—Buenas noches Samuel —dijo Lucía despidiéndose —que descanses bien ¿si?

—Hasta mañana, Lucía —dijo Samuel sonriendo —cuídate.



 

●●●●

Después de alistarse para descansar, Sebastian no pudo con su propia curiosidad y decidió leer la pequeña carta que le había escrito Lucía; de solo pensar en su contenido, lo ponía muy nervioso.

—Que curioso, nunca creí que Lucía me iba a escribir una carta —decía Samuel asombrado —veremos que dice... —Samuel con muchos nervios, abrió el sobre y entonces leyó en voz alta su contenido:

 

<<"Hola Samuel, es la primera vez que escribo una carta para alguien más, intenté hablarte después de nuestra discusión; fue inútil. Solo quiero decirte...que lo siento. No debí exaltarme de esa manera, solo intentabas ayudarme a relacionarme mejor, pero en vez de escucharte, solo te grité y herí tus sentimientos. Es extraño ¿no? tú eres muy popular e intentas ser mi amigo (eres muy transparente), en cambio yo siempre intento evitarte. Tengo muchas cosas que decirte en mi cabeza, pero me es difícil escribirlo, pero creo que lo más importante ya lo dije. 

 

Otra vez, lo siento mucho por mi tonto comportamiento...Lucía".>>

Samuel volvió a leer la carta una y otra vez, sintió una alegría en su corazón y no pudo dormir por tanta emoción.

—¡¡¡Al fin me abrió su corazón, aunque parcialmente!!! —decía Sebastian en voz alta, luego saltó hacía la cama y cerró sus ojos —¡Es un buen comienzo!

 

●●●●

 

Dos días después, Lucía había recuperado el humor sarcástico de antes, además de que empezó a cambiar su seriedad, por algo más "amigable". Samuel también estaba de buen humor, pero como siempre, Sofía y Víctor no se daban cuenta de lo que pasaba.

—Lucía ¿ya estas mejor? —preguntó Sofía preocupada, aunque trataba de ser prudente al preguntar.

—Si, ya solucioné los asuntos "pendientes" que tenía —respondió Lucía sonriendo.

—Eso se nota —dijo Samuel mirándola, estaba tan feliz que no podía evitar sonreír todo el tiempo.

—¿Seguimos con el proyecto? —preguntó Víctor entusiasmado.

—¡Of course! —dijo Sofía feliz...

 

●●●●

Dos horas después, Lucía se dispuso a evitar a Samuel, algo había pasado en ella que con mirarlo se ruborizaba. Obviamente, Samuel no la dejaría ir tan fácilmente.

—¡Lucía, espera! —dijo Samuel agitado de tanto correr, ya que ella lo estaba evitando —¡quiero hablar contigo!

—Si es por la carta, no diré nada —dijo Lucía indiferente, aunque su corazón se aceleraba a medida de que Samuel se acercaba a ella.

—No es necesario que digas algo —respondió Samuel feliz —acepto tus disculpas.

—¿Eso era todo? —preguntó Lucía, quería ya ir a su casa porque sentía que sus nervios iban a traicionarla.

—Si, ahora empecemos de nuevo ¿si? —contestó Samuel y trató de lucir muy formal —en verdad quiero ser tu amigo.

—¿Por qué? —interrogó Lucía, ya que era la primera vez que en muchos años, alguien mostraba interés en conocerla o acercarse a ella.

—Tengo el presentimiento de que podemos llevarnos bien —dijo Samuel acercándose más a Lucía.

—Dudo que nos llevemos bien —contestó Lucía evitando su mirada, luego tartamudeó porque sentía la colonia de Samuel, estaba demasiado cerca de ella —y...respeta mi...espacio personal...




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