Pasó una semana de ese incidente y mi padrastro me llevó a la empresa para que conozca a los inversionistas -aunque no me los presentó formalmente- y luego fuimos a un restaurante para que él me dijera cómo era el funcionamiento de la empresa, a decir verdad estaba muy aburrida la explicación, ya me iba a dormir cuando entonces vi a una pareja muy tierna sentarse detrás de nuestra mesa, era nada más y nada menos que el señor White con la señorita Sonia.
—¿Hija? ¿Me estás escuchando? —esas preguntas me volvieron a la realidad y mire a mi padre aturdida.
—¿Eh? Si, si, claro —él me miró seriamente y obviamente no estaba convencido con la respuesta que le di.
—Dime las principales razones por las cuales una empresa puede progresar.
—¡Papá!
—Sonia, debes estar atenta a lo que te digo; no puedes darte el lujo de distraerse por cualquier...—entonces al voltear comprendió el motivo de mi distracción —¿acaso no es el señor White?
—Así es, por eso me distraje y...—pero él me interrumpió mientras miraba hacía la pareja.
—Ssssh, silencio que quiero escuchar—si, era más chismoso que mi madrastra.
Ellos se les veía muy felices juntos, ella jugaba con su cabello mientras lo miraba y él simplemente cogía su mano muy suavemente; definitivamente estaban en una cita, mi padrastro y yo nos miramos y yo solo sonreí al ver esa escena tan tierna entre ellos.
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Después de casi dos horas ellos se retiraron tomados de la mano, mi padrastro y yo los seguimos pero al notar nuestra presencia ambos se separaron por diferentes caminos.
—Definitivamente están saliendo, que tiernos—me decía mientras sonreía.
—Esto simplemente no me lo esperaba, no lo creo —decía él muy serio, yo lo miré muy confundida porque no veía nada extraño en ellos, después de todo era solo una cita.
—Papá, ¿hay algo malo? —él me miró serio y me respondió muy estricto.
—Ella es pobre, eso pasa —yo seguía sin entender su actitud y seguía preguntando.
—No lo entiendo ¿tiene algo que ver? —él asintió y miró al frente mientras caminábamos.
—Recuerda mis palabras, un pobre jamás debe estar con alguien de nuestro estatus —dejé de caminar a su lado y me detuve, esas palabras resonaron en mis oídos mientras intentaba hallar una lógica a lo que me decía.
—¿Me estás diciendo que por no tener dinero debemos menospreciar a otros que no lo son? —pregunté molesta, ese pensamiento sonaba tan racista que hasta me había dado asco.
—No es menosprecio, es simplemente que ellos jamás dejaran de ser pobres.
—No entiendo —él paró de caminar y me señaló a varias personas que barrían las veredas para explicarme su punto de vista.
—Pongámoslo de esta manera, mientras que nosotros generamos dinero para ser más ricos, ellos cuando tienen el dinero en su mano, solo despilfarran y vuelven a ser pobres, ¿ahora entiendes?
—No estoy de acuerdo con esa idea, aunque sea cierto lo que dices, no es excusa para considerarlos inferiores—me acerqué a él y lo miré directo a los ojos para "intimidarlo" —y, ¿recuerdas que yo fui pobre también?
—En tu caso es distinto, porque tu familia era millonaria cuando vimos tus antecedentes, por eso te adoptamos, porque vimos que tienes sangre de un rico corriendo por tus venas...
Regresamos al auto y ya no seguí hablando con él, mi rostro reflejaba furia y asco; además de millonarios y presumidos también eran clasistas. Ahora mi mundo había cambiado por completo, pero igual decidí no hacerles frente a esos dos porque, si ponemos peso de quien le debía a quien, yo salía perdiendo...les debía todo a ellos, me dieron un apellido, una casa, ropa, prestigio y si renunciaba a todo ello, tal vez yo no iba a sobrevivir en un mundo tan cruel como este.
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Luego en siguientes reuniones, el señor White y la señorita Sonia aparecían juntos; supuestamente ella era su secretaria y por ello tenía que llevarla a todos lados, -obviamente eso era mentira pero no quería arruinarles el romance-.
Todos los miraban con desprecio, algunas damas se reían de la señorita Sonia y cuando ella se alejaba de él, otras chicas aprovechaban y le coqueteaban. Poco a poco el señor White dejó de ir con la señorita Sonia, pero él mantenía la distancia con las damas que intentaban acercarse a él y yo solo miraba a la distancia; que no hubiera dado por saber que pasaba en esa pareja, pero lo que si sabia era que había problemas entre ellos.
Así pasó un año y medio, ya no me metí en asuntos ajenos a los míos durante ese tiempo, hasta que mi padrastro me inscribió en la universidad.
El primer día de clases ingresé super confiada y entonces vi a la señorita Sonia entrar en la oficina del decano, hasta entonces no sabía que el decano era el señor White hasta que se presentó frente a clases; yo sonreí y me alegre que ellos trabajen juntos y a la vez vivan su historia de amor, y lo curioso es que ese mismo día conocí al hermano menor de la maestra.
No fue tan difícil ganarme su confianza y luego él me mantenía informada sobre lo que pasaba entre ellos dos, me dijo que ellos efectivamente habían tenido una pelea que duró seis meses ¿la causa? Los prejuicios de la gente, ella estaba cansada de que recibiera menosprecio por otros porque la recordaban como la indigente de la reunión de "Los Brown" y no como la maestra de teología que tenía cuatro títulos en diferentes países; él dijo que no le importaba y esa fue la razón de su separación, pero después ellos tuvieron una linda reconciliación -con ayuda de su hermano de Sonia-.