En la biblioteca de la ciudad principal de Grecia, si bajas en el sótano se esconden los libros más antiguos y con lenguajes misteriosos que aún no fueron traducidos. Cada tomo contiene información variada e incluso secreta en donde aquel que lo decifre, puede ser silenciado por su importante contenido que pondría fin a la paz mundial. Sin embargo, quien se encuentra leyendo varios libros de distintos grosores de hojas y varios a la vez de aquel sector mencionado, es un joven pecoso y pelirrojo. Viste una simple camisa amarilla con pantalones cuadrados y zapatos de charol, algo que estaba fuera de moda y no combinaban para nada. Aquel joven sacaba un libro tras otro y seguía sin poder encontrar lo que buscaba.
—¿Puedo ayudarlo joven? —preguntó una anciana que llevaba un abrigo morado y ropa verde casi tejida a mano.
—No gracias, puedo solo —respondió sin mirarla, pero la anciana esbozó una sonrisa y se le acercó al oído.
—Solo diré que encontrarás información de demonios en la fila B de la columna seis, por el pasillo de la izquierda —el joven al escuchar aquellas palabras, volteó a ver de quien se trataba, pero había desaparecido. Rápidamente siguió las instrucciones de la anciana y encontró la información que buscaba, empezó a buscar detalles sobre demonios y una biografía le resultó familiar…
—Los demonios de alto rango, normalmente no tienen nombre como los ángeles, algunos se hacen llamar por letras del abecedario humano para identificarse, uno de los más temidos es el demonio “A”, quien fue…—al seguir leyendo en su mente, en su mirada podía verse horror y de su frente brotó sudor, él cerró el libro y cambió su apariencia a un ángel guardián, y con su mente pudo abrir un portal que lo conducía a “El Santuario”. Sin darse cuenta, quien lo había observado todo era la anciana, pero ella se quitó su abrigó y mostró quien realmente era, un ángel.
—Espero que puedas hacer algo joven, o será muy tarde para todos…—dijo ella mientras se marchaba del lugar con mucha preocupación…
Mientras tanto, el demonio “A” se encontraba sentado en el rascacielos Burj Khalifa, era de noche y el viento era muy frío para él. Miró la luna y observó que se encontraba en su fase de luna llena, algo que estaba anhelando por cien años, mostrando su sonrisa malévola y exhalando azufre se dejó caer hacia el vacío. Él cerró los ojos y recordó aquel día en que todo lo que conocía y creía cambió por completo. De pronto, casi llegando al suelo, extendió sus alas negras gigantes y emprendió el vuelo para empezar a ejecutar su plan de venganza…
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Después de pensarlo mucho, Samuel decidió escoger un estilo que vio que se usaba en los años 90. Decidió llevar una chaqueta jeans de manga larga con desgastes, un polo blanco con cuello redondo, un pantalón color beige plisado con cinturón negro y tenis canvas beige. Por primera vez, sentía que iba a ser incapaz de contener su tristeza e iba a terminar confesando la verdad a Lucía…pero luego respiró hondo y se mentalizó a sí mismo que eso no debía pasarle por la mente en el momento que esté con ella.
—Bien, debes pensar que solo es una reunión de despedida, nada más —dijo en voz alta y salió de su casa para dirigirse a la puerta del edificio. Ni bien salió a la calle, notó a una chica que tenía el cabello marrón con cabello ondulado en las puntas y usaba un vestido negro con casaca jeans y botines color beige. Aquella chica volteó a verlo y Samuel se quedó boquiabierto al notar que era Lucía…
—Veo que no te demoraste —dijo Lucía mirándolo de pies a cabeza, lo cual puso un poco nervioso a Samuel.
—Si no te hubieras volteado, no te habría reconocido —respondió él con mucha picardía, ya que quería ocultar sus nervios y ver la reacción de Lucía ante el cumplido, pero lo que vio en ella fue confianza en sí misma e incluso sonrió de forma coqueta.
—Pero, ¿tan mal me queda el vestido?
—Al contrario, te queda muy bien —contestó de forma apresurada, tampoco quería dar a entender que se veía fea, sino todo lo contrario —es solo que…no es tu estilo usar vestidos.
—Decidí arriesgarme a usar otro tipo de ropa y colores, y al menos no me veo tan mal.
—Pues…te ves hermosa —ella solo movió los ojos y tomó el brazo de Samuel con mucho apuro.
—Después me puedes hacer cumplidos, ¡debemos irnos rápido! Que nos esperan Sofía y Victor.
—¿Qué? ¿Para qué?
—Ayer me dijeron que nos tienen una sorpresa, por eso vamos a tomar un atajo que es por el bosque “The deep Forest” —Samuel al escuchar ese nombre, recordaba que en ese lugar era fácil perderse, pero también sabía que era una oportunidad para estar un poco más con Lucía.
—Conozco ese sitio, puedo guiarte fácilmente —dijo Samuel con mucha confianza.
—¿Estás seguro? En ese lugar es fácil perderse —respondió Lucía que no se mostraba convencida que Samuel conociera de verdad el lugar.
—Conozco ese lugar como la palma de mi mano, así que yo seré el guía —ella seguía sin estar convencida, pero accedió a que él la guiara.
—De acuerdo, te sigo…