Ángel de la muerte.

Capítulo 9: ¿Luzbel?

<<Nadie puede cambiar el destino, solo debes vivirlo y aprovecharlo, ya que no sabrás cuando te tocara partir>>

—Gabriel🖤

Capítulo 9: ¿Luzbel?

Capitulo dedicado a Estefania gracias por tu comentario.

Gabriel.

Observo enojado a Miguel.

—¿¡Qué te pasa idiota!?

Chille horrorizado, al ver como golpeo en la cabeza a nuestra sobrina.

Sonríe burlón al ver el cuerpo en el piso.

—De adrede te enojas, ni que fuera algo para nosotros.

Lo miro furioso y confundido.

—¿Cómo puedes decir eso de nuestra sobrina?

—Yo que recuerde los chicos o tú, no han tenido hijos — pone su mano en su mentón y me mira — O recuerdo, que nosotros no podemos tener hijos, está prohibido.

Me acerco al cuerpo de Amaia, verifico que no le salga sangre de su cabeza.

A los segundos percibo como se acerca Hades, Ares y miran horrorizado el cuerpo de su mejor amiga en el piso.

Azrael se arrodillada a mi lado, verifica la cabeza de ella, para saber si botan sangre de algún lado.

Deja un beso en la frente de Amaia y la abraza.

Miro asustado la escena.

Él no puede recordarla — pienso —Seria el final para nosotros.

Miguel lo agarra de la camisa y lo levanta enojado.

—¿Por qué tanto cariño por la humana? — le pregunta, lo miro fijamente, hasta que Azrael se suelta furioso.

—¡Cállate Miguel! Eres… —Hades no lo deja terminar.

—Debemos hablar en otro lugar, aquí nos verán.

Todos lo miramos y asentimos.

Aquí algún humano nos vera, puedo percibir que habrá pelea y verán nuestras formas.

Lo mejor es irnos a un lugar desolado.

—El bosque que queda cerca de aquí — propone Ares —Podremos conversar.

**

—Eres un maldito idiota! — le grita Azrael.

Ni bien pisamos tierra, Azrael con Miguel discutieron.

Se carcajea varias veces Miguel —¿Por qué? — se acerca a Azrael —¿Por qué golpee a la maldita humana?

Ares y Hades al escuchar lo que dijo Miguel de Amaia, se enfurecieron.

Tuve que retenerlos para que no haya problemas.

Enojado observo a Miguel.

—¡Ya cállense los dos! — grito — Puede ser que Amaia se levante y nos vea en nuestra forma.

Azrael, Miguel y yo estábamos en nuestra forma de arcángeles.

Ares y Hades se encontraban en su forma demoniaca.

Todos vuelvan a su forma humana, incluyéndome.

Al ver sus rostros calmados, decido que es hora que hablemos de todo esto.

—Hablaremos como personas civilizadas — propongo.

Todos me miran por lo que he dicho.

—No soy humano — habla Ares —Puedo golpear al idiota.

Se acerca a Miguel para golearlo y lo retengo.

—Hagamos esto por Amaia, si nos ve peleando se enojará.

—Eres un maldito cabron Miguel — dice Hades.

Sonríe de forma maliciosa — Lo soy, soy un maldito, pero no como ustedes.

Tuerzo mis ojos al verlos a todos pelear.

¡Me rindo! — pienso.

Uno quiere paz y todo se quieren caer a golpes.

Bufo al verlos pelear, pero uno de ellos no está peleando.

Azrael.

Mira fijamente a Amaia, la tiene abrazada y besa varias veces su cabeza.

No puede estar pasando esto — pienso.

Si él y ella se recuerdan habrá un caos en todo este lugar.

Meneo mi cabeza para ya no pensar en eso.

Lo que dice Miguel hace que Azrael suelte a Amaia y se levante furioso.

—Me tengo que llevar a la humana — todos lo miramos —Ya es hora que la humana se vaya conmigo.

Intenta acercarse, pero Azrael se interpone.

—No te la llevaras.

—Claro que no se la llevara — habla una voz a nuestras espaldas.

Recuerdo esa voz.

La recuerdo perfectamente.

Doy la vuelta para comprobar que es esa persona.

Y lo veo.

Veo a Luzbel, mi querido hermano.

—Luzbel — sale un susurro en mis labios.

Observa a todos, se acerca donde me encuentro y me abraza.

—Mi pequeño hermano — murmura.

Siento que en cualquier momento llorare.

Tiempos que no lo veo, siglos, a decir verdad.

Siglos en donde no me dejaron ver a mi hermano.

Nos prohibieron poder hablarle y verlo.

Él es mayor a todos nosotros, fui el menor de todos.

Él siempre fue ese hermano ejemplar y protector.

Nunca nos dejó solos, él estuvo siempre para nosotros.

Pero el día en que fue su juicio y lo condenaran, vivir en la tierra con los humanos.

No lo hemos visto.

Lo abrazo fuertemente.

Me separa un momento y con sus manos coge mi cara.

—Estas grande, ya no eres ese simple arcángel llorón que conocí.

Sonrió por las tonterías que dice.

—Eres un idiota ¿lo sabes?

Sonríe — Claro que lo sé.

Se separa y mira a su hija tirada en el piso.

Se acerca y detalla su cara.

Sucedieron muchas cosas, para que el la deje.

Para que deje a su ángel.

Sonríe y besa su cabeza.

Se levanta y mira de forma amenazante a Miguel.

—Vaya, creo que sigues con ese odio a mi persona — comenta — Pero ten cuidado con lo que haces Miguel, ten cuidado a quienes le quieres hacer daño.

—¡Cállate traidor!

La mirada de Luzbel se oscureció por lo que dijo.

—Deberías tú de callarte, no sabes cómo fue la historia, no la conoces, es mejor que guardes silencio.

Suelta una risita.

—Se mucho Luzbel, para que padre te bote del Edén.

Cierra fuertemente sus puños del enojo.

—Claro, estas feliz porque me botaron — da vueltas alrededor de Miguel — Estas feliz ya que, al botarme, crees que Dios te hará su favorito.




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