— ¡Toma otro! — gritaron en mi oreja, así que solo tome el pequeño vaso de vidrio y me lo lleve a la boca bebiendo el contenido en un segundo.
Todos gritaron cuando lo deje de golpe en la mesa.
— ¡Esa es mi chica! — Clara me tomo de los hombros y me sacudió.
Era mi cuarto trago y ya estaba mareada, la fiesta que James y Aaron me habían ayudado a organizar para la recaudación de fondos de la cual estaba siendo anfitriona estaba yendo muy bien. Los chicos del equipo invitaron al resto de la escuela entregando volantes que Kendall, Clara y yo habíamos hecho la semana pasada. Todo era por una buena causa, ellos lo sabían.
— ¡Un grito para la chica más valiente y hermosa de esta noche, nuestra querida recaudadora, Maddy! — grito James.
Todos aplaudieron y mire que Liam tomo mi mano y la levanto al aire, no hice más que cubrir mi rostro y reírme.
— ¡Abre paso! — grito una chica morena haciéndome a un lado y tomando la botella de vodka que estaba encima de la mesa.
Hizo su cabeza hacia atrás y vertió una buena cantidad en su boca todos gritaron y fue cuando me hice hacia atrás, estaba bien por mí que se divirtieran, ese era el fin de la fiesta, pero no iba a ponerme a ese nivel de alcoholismo.
—Lo hiciste estupendo— grito Liam a mi lado.
—Te has superado a ti misma— canturreo Kendall.
—Sobria— le señale— posiblemente cuando estoy casi inconsciente bebo más.
La noche siguió su curso, las cervezas y las chicas no paraban de llegar, el bote que teníamos para las donaciones estaba casi lleno, me sentí orgullosa de nosotros.
Maddy
Me giré y vi a Eliot encorvado en una esquina con su gorra cubriendo los ojos, estaba bastante retirado, estaba segura que me había hablado mentalmente.
Si lo hice.
Bien, lo había hecho y odiaba que pudiera leer mis pensamientos. Me acerque lo suficiente.
— ¿Sí?
— ¿Has hablado con él? — hablo bajo, apenas y podía escucharlo por la música a alto volumen.
— ¿Para qué quieres saberlo?
Él bufo.
—Lamento haberle dicho lo que dije— se encogió de hombros— pero estaba molesto...aun lo estoy, un poco, solo quiero que me ayude.
Me crucé de brazos.
—Así no vas a conseguir que te ayude en absoluto, tú sabes más que nadie que él está haciendo todo lo que puede para ayudarte sin que lo descubran, deberías darle méritos por descubrir que por ahora estas fuera de su radar.
Se incorporo.
— ¿Lo estoy?
Asentí.
—Me lo ha dicho hace unas semanas, pero como no habías aparecido por mi casa no podía decírtelo.
Soltó un suspiro de alivio.
—Necesito darle las gracias— me dijo.
—Pues tienes que esperar, no lo he visto en semanas y no sé cuándo vaya a volver.
Asintió.
—Entiendo...— se metió las manos en su bolsillo— yo estaré por aquí...por si me necesitas.
—Gracias— le sonreí un poco.
Acto seguido se dio la vuelta y se perdió entre la gente.
Clara vino hacia mí y me tomo de la mano para llevarme a bailar junto con mis amigos por el rabillo del ojo la veía a ella y a James besarse, fue cuando me pregunte donde podría estar Kale, tenía dos semanas sin verlo y me estaba comenzando a preocupar. No quería que nada le sucediera, no quería que los arcángeles descubrieran que él estaba de nuestro lado y no del de ellos, pero sobre todo no quería que le hicieran daño.
—Mad, hay un chico en la puerta preguntando por ti ¿Lo dejo pasar? — pregunto una chica.
—Iré a ver— le sonreí y me dirigí hacia la puerta principal.
Cuando la abrí sentí que la sangre se me congeló y repentinamente no podía respirar.
El hombre que estaba de pie frente a mí era el mismo que vi en el recuerdo de Kale, el arcángel que le había obligado a unirse a ellos. Parecía un estudiante cualquiera con ropa común, no podía ver sus alas, pero sabía que era él, mi vello se había erizado en cuanto lo reconocí.
— ¿Eres Maddy?
Parpadeé y pronto pude recuperar el aliento, él no sabía que yo lo conocía.
—Sí, soy yo— me obligué a decir con la voz más dulce que pude— ¿Vienes a la fiesta?
Vi una escalofriante sonrisa y quería retroceder, pero no podía.
—Sí, escuché a unos amigos hablar sobre ella así que decidí unirme ¿Aun puedo, cierto?
Quería gritar y buscar a Eliot, esperaba que estuviera cerca.
—Claro...pasa— me hice a un lado y él observo todo el lugar, me miro de reojo al pasar junto a mí y di un respingo.
—Mad ¡Te necesitamos en la cocina! — grito alguien a mi espalda.
Me giré y me fui tranquilamente hacia allí, sentía cada latido en mi pecho y de pronto todo comenzó a volverse borroso. ¿Qué estaba haciendo aquí?
— ¿Te sientes bien? —Scott toco mi hombro y Kendall dejo de bailar para verme con cara de preocupación.
—Estas pálida Mad— dijo ella— ¿Quieres algo de agua?
Negué mientras luchaba contra mis ganas de vomitar.
—Estoy...bien, solo necesito aire— me recargué en la barra y cerré los ojos por un momento mientras llenaba mis pulmones de aire.
Dos minutos fue lo que me costó recuperarme, había convencido a ambos de que solo era la bebida la que me había afectado pero mis sentidos estaban alertas mientras paseaba en la casa tratando de no tomarme con Miguel. Tampoco encontraba a Eliot y eso me preocupaba más.
— ¿Puedo hacerte una pregunta? — escuche en mi oído, suspire, me había encontrado.
—Si ¿Qué sucede? ¿Quieres...más cerveza? — pregunté sin girarme sentía que si lo hacía iba a degollarme allí mismo.
Sentí su aliento en mi nuca y eso me hizo querer correr.
— ¿Conoces a Kale?
Sentí una lagrima caer por mi mejilla, me gire y la limpie sin que se diera cuenta y sonreí.
— ¿Kale? No había escuchado ese nombre en mi vida ¿Qué es? ¿noruego? — me puse una mano en mi cadera.