Era martes por la mañana cundo mire por la ventana de nuestro departamento , un hombre sospechoso perseguía a un anciano seguramente quería robarle es de lo más común para ser sincera, no es la primera ves que lo presencio, en este barrio siempre pasa este tipo de cosas aun así esa escena capto mi atención me pregunto por qué, tome el palo con el cual atrancamos la puerta por las noches para que no se meta ningún invitado no deseado, baje las escaleras, no son muchas ya que vivimos en el departamento del segundo piso abrí la puerta y fui hacia el callejón en el cual había ocurrido tal escena que capto mi atención una vez ahí pude presenciar algo terrible y que marcaria mi vida para siempre, el anciano que era la presa se había vuelto el cazador, había golpeado al hombre hasta el punto de desfigurarlo y no parecer nada en absoluto , me imagino lo que una ves fue su rostro ya no lo era y mientras sus manos aún se movían y con el único ojo que aun podía ver hizo un gesto de que escapara, intente hacerlo pero el anciano era veloz y me atrapo, pude ver su rostro por unos minutos y el me dijo con una tranquilidad que perturbaría a cualquier ser humano
-Como has podido seguirnos hasta ahora, jamás creí que encontraría a alguien que pudiera tomar mi lugar
La sonrisa que desplego de su rostro era siniestra pero acogedora al mismo tiempo lo único que pude decirle fue como ocurrieron las cosas en unos minutos me dijo que lo llevara a mi casa y por alguna estúpida razón decidí hacerlo. Una ves en casa el hombre se sentó en la pequeña sala que teníamos y observo a su alrededor con un gesto de aprobación como si supiera que era el lugar correcto, no sabia que decir o que hacer por lo que de la cocina tome un cuchillo pequeño y lo guarde en mi bolsillo recogí los dos vasos de agua que había preparado y fui hacia él, estaría preparada para cualquier acontecimiento que pasara en los próximos segundos y no dejaría que aquel anciano le haga daño a mi familia.
Una vez salí de la cocina le ofrecí el vaso a nuestro visitante y en unos segundos el anciano dijo:
-Quieres hacer un trato conmigo te explicare cual es la situación una vez me digas cuál es tu respuesta
Mi único gesto fue asentir, tenía miedo, pero por un extraño sentimiento me impulso a solo querer escuchar cual era el trato. Sin pensárselo mucho el hombre tomo un sorbo del vaso y prosiguió con su relato.
Dijo el anciano nací hace mucho tiempo lejos de aquí en un pueblo llamado Arcana era un lugar a cogedor con grandes valles que la rodeaban, puedo decirte con certeza que no encontraras pasto más verde en ningún lugar de este mundo y ríos más cristalinos , los animales confían en la gente y no atacan a nadie, los frutos que salen de ahí son gigantes y de hermoso parecer, definitivamente es un lugar del que fluye leche y miel, la mayoría de la gente era amable y estaba satisfecha con su estilo de vida no se peleaba con el su vecino sino se apoyaban entre sí, si uno tropezaba el otro le ayudaría a levantarse y seguir adelante, era el lugar donde todos quisieran nacer un verdadero paraíso hasta que por desgracia un día un hombre llego, era diferente a todo lo que para ese entonces habíamos visto, aun así con la tranquilidad que se caracterizaba a la población le dieron la mano lo apoyaron y le ayudaron a seguir, lo alimentaron y el solo los traiciono aquel hombre había venido buscando una sola cosa y era el tesoro de aquel país aunque no sabría decir si realmente se podría considerar un tesoro o una maldición.
Lo interrumpí pues no entendía muy bien lo que estaba pasando y que tenia que ver esta historia con los acontecimientos los cuales había presenciado hace unos minutos, cual era el sentido de todo esto, pero a pesar de intentar plantear estas interrogantes el anciano me detuvo y prosiguió con su historia.
Continuo diciendo el tesoro de mi pueblo era un arca conde se guardaba tablas de madera con la ley que se debía seguir, una vara de el mas fino metal y polvo de oro que había caído del cielo, sabes dijo con una vos profunda como si se perdiera en sus pensamientos, los humanos son crueles siempre buscan su propio beneficio sin importarles pasar por encima de otros tu no crees esto también, la mirada que me dirigió era un poco aterradora parecía como si pudiera ver a través de mi alma, yo solo asenté con la cabeza y el prosiguió, lo que el hombre quería hacer era crear una mascara que le diera a las personas una capacidad única para estar al nivel de Dios o incluso más alto que él, el problema que surgió de tal ambición me a traído aquí y por desgracia ha acabado con mi vida, bajo la personalidad de hombre bueno y de gran sabiduría este engaño a mi pueblo los endulzo con bellas palabras y ellos cayeron como moscas a la miel, yo era muy joven para ese entonces y solo observe como la maldad que vivía en uno se extendió al resto y para cuando se dieron cuenta de las consecuencias ya era demasiado tarde, una vez fue creada esta mascara la persona que se la pusiera solo haría una cosa y eso era matar a todo aquel que su conciencia considerara una amenaza, entre más se extendía la maldad todo empezó a morir por lo que después de rogar a Dios y pedir su misericordia nos dio una sola oportunidad, dejo car un martillo el cual rompería la mascara pero no le quitaría sus poderes, cada pedazo seria entregado a un joven ya sea hombre o mujer que en su corazón no hallase maldad y así fue echo, al ser entregado el joven partiría para no volver jamás.