Ángel [vancouver #1]

Capítulo 40. Osmosis

SÍ, SÍ... ¡HE HECHO MUCHAS ACTUALIZACIONES! ¡WUUUU! MAÑANA VOY A SUBIR 10 CAPÍTULOS Y PASADOS MAÑANA OTROS 10... ESO SIGNIFICA QUE EL 10/10/2020 ESTAREMOS TERMINANDO ESTA NOVELA :)

DE UNA VEZ LES ANUNCIO, EL 11 DE OCTUBRE VOY A SUBIR LA SEGUNDA PARTE (PROLOGO + CUATRO CAPÍTULOS) Y VOY A DAR FECHAS DE ACTU, PROMETO QUE SERÁN VARIAS, ESTOY ANSIOSA POR TERMINARLA. :D

LES DEJO ESTE CHIQUITIN.

MUCHO AMOR ♥

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Elena.

El pecho vuelve a oprimirme y pese a todo sigo tratando de levantarme de la cama me es imposible. Dejo caer la cabeza sobre la almohada y con la poca luz filtrándose en la ventana me permito observar la pintura rupestre que coloqué hace siete años en la pared de mi habitación. Es bonita. La miro con detalle y me encuentro a la sintonía de colores morados, azules y naranjas tratando de crear una puesta de sol: me creía bastante buena y era un asco.

Las montañas pintadas con oleos café y un poco de blanco al igual que un poquito de azul para los cielos, siento un poco de añoranza de tan sólo recordar mi días de "artista".

Maúllo como un gatito enfermo en la cama y me giro sobre mí misma para ocultar mis ojos de la luz y las pinturas. No quiero recordar absolutamente nada que tenga que ver con esos años.

Suena mi teléfono.

Reniego en particular a nadie y dando un perezoso giro extiendo mi brazo y lo dejo caer de golpe en el buró. Mi teléfono toca apenas mis dedos. Lo halo hacía mí y me lo llevo a la oreja después de haber aceptado la llamada.

— ¿Hola? — pregunto, llevo mi mano libre a mi frente y llevo mi cabello hacía atrás con el fin de alejar éstos de mi cara.

— ¿Elena? — una voz irremediablemente familiar invade la línea. Alejo el teléfono de mi oído y parpadeo ante la pantalla que señala "número desconocido".

— Perdón, ¿Quién habla? — por primera vez en el día me siento en la cama con la piernas cruzadas, la colcha cae sobre mi regazo y deja al descubierto mi blusa gris de escote de rombo que uso de pijama.

— Soy Vince — aquella familiaridad que irradiaba queda al descubierto. Abro la boca sorprendida y como acto reflejo miro la pantalla del teléfono. El cronómetro sigue corriendo y el icono de número desconocido sigue inscrito.

— ¿Cómo conseguiste mi número? — me sorprende el que mi voz no suene enojada, incluso con un deje de molestia, en cambio, estoy un tanto aturdida. Hombre, estoy casi segura de que Gwendolyne o Ángel tuvieron que ver con esto, ya me las arreglaré con ellos.

— Larga historia.

Bufo y como consecuencia mi flequillo sale volando por los aires, vuelve a caer en mi rostro. Lo coloco tras mi oreja.

— Bueno, eso no importa — tomo el despertador der buró y miro la hora, ciertamente es demasiado tarde pero no puedo culparme, estoy bastante decaída como para levantarme con la mejor sonrisa que tengo. El mirar la foto de mis padres no ayuda, mucho menos ver el calendario, faltan tan sólo cinco días y aún no me siento apta para afrontarlo —. ¿Qué necesitas?

— Sonará estúpido, Helena — comenta él un tanto receloso y a la vez con cierto deje de vergüenza, sin embargo, estoy demasiado distraída con su voz diciendo "Helena" que con todo lo que gira a mi alrededor —, pero tenía la necesidad de saber cómo estabas, eso es todo.

— Oh...

Parpadeo repetidas veces y por primera vez me siento un tanto mareada. Alejo las sabanas de mis piernas enfundadas en diminutos shorts y por primera vez en el día me levanto de la cama. Escucho mis piernas y brazos quejarse, siento como las vertebras de mi espaldas hacen un horrible estruendo de huesos tronados.

Camino hacia la ventana tratando de meditar mis siguientes palabras porque, hombre, hace menos de unas cuantas semanas ambos éramos un par de némesis dispuestos a atacar el uno al otro. Yo, por mi parte, estaba conforme con mi papel en la historia pero al parecer Vince Samuels no lo estaba y ahora quiere sustituir el papel por el del chico bueno que se queda con la chica tonta y triste. Yo no estoy dispuesta a dejarlo cruzar.

Suelto todo el aire contenido y miro con tristeza la luz que se filtra por los cristales, nunca antes había intentado alejar a alguien intencionalmente, normalmente todos aquellos que venían se iban por su cuenta nunca supe si ellos se alejaron por mi culpa o si yo les obligué a hacerlo.

Tomo la cortina entre mis dedos y trato todo lo posible por olvidar el "Helena" por una sola vez. Me es casi imposible.

— Estoy perfectamente, gracias — mi voz es agria y me sabe amarga. Trato de eludir mi sentido de culpa lo cual me es posible, sin embargo, las palabras "plástica y falsa" me perturban la mente, me estoy comportando tal y como él me describió ese día.

— No tienes por qué comportarte así.

— No me estoy comportando de ninguna manera.

— Sólo trato de ser amable...

— ¡Dios! Por favor no lo hagas — le interrumpo antes de que él termine la oración.

La línea se queda en silencio a lo cual me muerdo el labio, nerviosa. Estoy ansiosa y fatigada, de igual manera con un severo dolor de cabeza que sólo se dedica a darme fuertes golpes en las sienes como si quiera rompérmelas. Está a punto de transformarse en una jaqueca.

El silencio se vuelve insoportable pero no pienso ceder ante ello, ya vi el juego al que se quiere meter Vince Samuels pero yo no estoy dispuesta a dejarlo jugar. Ángel y Gwren han tratado año con año de meterse en lo más hondo de mi mente por estas fechas tratando de arreglar algo sin sutura, tratando de justificar algo que fue mi culpa. No lo han logrado porque todos sus intentos son inservibles, el querer meter a Vince Samuels en la partida lo vuelve aún más entretenido y molesto desde cierto punto.



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En el texto hay: amigos, drama, amor

Editado: 11.10.2020

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