Percephone miro detrás de ella como si presintiese lo que pasaba.
—¿Señora Percephone ocurre algo? —preguntó Valentine.
Ella le hizo una señal de que hiciera silencio.
Percephone cerró los ojos. Y espero unos segundos. Como un destello de unas imágenes vinieron en su cabeza.
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—¡Quédate quieto! —le gritó aquel hombre.
Jacob dio un paso más atrás.
—¡HE DICHO QUE TE QUEDARAS QUIETO!
Se detuvo.
«Jacob... ¿Qué haces...? Por favor no..»
Jacob agacho la cabeza.
—Yo no se que demonios son ustedes... Solo bebía unos tragos..
—¿En medio de la nada?. —pregunto uno de ellos que al acercarse. Jacob pudo notar que se trataban de cinco. Todos lo rodearon formando un círculo.
«No hagas un movimiento en falso... Actúa como un humano»
Uno se le acercó, con una daga lo rasguño en la mejilla.
—Auch...
Jacob los miro extrañado. A la vez que se fijaban en su amuletos que llevaban en el cuello. A través de los ojos de su nieto ella también podía ver.
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—Chicos sé a donde está Jacob.
Todos la miraron impactados.
—¡En donde! —dijo Jake.
—En el bosque, al sur de Buenos Aires. Tengan cuidado unos cazadores lo tienen.
—¡¿Unos cazadores?! —dijo Valentine con una exaltación.
—Tranquilo, yo se como liderar esto. Jacob me esta escuchando.
Mientras tanto, Jacob Williams era vigilado por los cazadores.
—¿Pueden dejarme ir o acaso son policías?
Entre ellos solo murmuraban.
«Pff... Genial, lo que me faltaba»
Jacob seguía insistiendo hasta que unos de ellos se canso.
—¡Puedes dejar de hablar de una maldita vez! —le gritó en el rostro de Jacob.
—¿Qué?. Apenas empiezo. ¿Cuándo me soltarán ?
—Cuando sea necesario.
—¿Necesario?, ¿A que te refieres?...
—Si sigues hablando... Lo haré yo mismo.
—Ohh... Que miedo —dijo en tono irónico —¿Qué acaso me clavaras unas de esas estacas de juegues. ¡JA!
Empezó a preparar una navaja.
—¿Me violaras con eso? ,¡ Pff por favor!
—¿Estas de broma? —ya se le notaba una vena en la cabeza.
Jacob hacia un gesto infantil con el rostro. Como si estuviera triste.
—¡YA ME CANSASTE! —alzó su brazo para clavarle.
Pero alguien lo detuvo.
—Fred... No lo vale. Deja que este sabelotodo hable solo...
Jacob se apoyo mejor contra el árbol.
—Si, hazle caso.—dice Jacob en tono burlón.
Fred se aguantaba las ganas de matar. Su compañero le bajo el brazo y lo retiro .
—Más te vale no seguir, por que mi amigo es capaz de destrozarte. —le susurro a Jacob.
—Primero que nada, ¿Quiénes son ustedes y por que me tienen atado? —lo miro con desconfianza.
—Sólo estamos buscando a seres que quizás te parezcan irreales.
—Te refieres... ¿A seres sobrenaturales?
—Si.
—Ah eso... Pff no creo en ello. ¿Ya me pueden soltar?
—No.
—¿Por qué no?
—Por qué estamos debatiendo. Ya hay uno que te quiere aniquilar.
—Imagino que es el Señor pacifista.
—Sigue bromeando —volteo y se fue con el grupo.
—Si tuviera mis poderes en un abrir de cerrar de ojos acabaría con sus vidas...
«Jacob, si me escuchas... Deja de provocarlos»
Él miro sorprendido.
«¿Percephone?...»
«Recuerda que si eres humano eres un brujo. Puedes tener aún el poder. Solo has lo que te digo»
«¿Y si no me sueltan... Y si soy lo que buscan?»
«Jacob, invoca las almas oscuras. Ellas están ligadas a tu alma. Di :Crostein vocarum bedyop»
—Crostein vocarum bedyop...
De repente Jacob empezó a sentir que unas manos invisibles lo rodearon. Estas empezaron a desatar las cuerdas que lo mantenían atado al árbol. Él miro hacia ellos, empezó a retroceder mientras los entes de la oscuridad se dirigían hacia los cazadores.
Emprendió una huida sin detenerse. Se encontraba mejor que cuando estaba ebrio. Alcanzó a estar lo suficientemente lejos, pero no lo logro. Una bala atravesó su hombro. Cayó rendido al suelo, se tocó la herida. Gruñó por la frustración que sentía.
—Con que al final eras un brujo. Ja,ja,ja ... Como me divertiré contigo... —le apunto con un arma en la cabeza. Pero otra voz lo detuvo.
—Y yo te mandaré al infierno si no te apartas de él...
Cuando Fred volteo recibió un puñetazo en la nariz.
—¿Michelle, que haces aquí?
—Hola, mi amor —sonrió ella con su típica sonrisa y cabellos azules. Le ofreció su mano y Jacob no tuvo más de otra que aceptar.
—Adivino... Me rastreast-
Michelle le robó un beso. Jacob se alejó de ella.
—Michelle, sabes muy bien que yo no gus-
Lo volvió a hacer.
—¡Michelle!
—¿Qué? —sonrió con picardía.
—Ya que... Vayámonos de aquí.. —se limpio los labios, caminaron hasta que Michelle lo condujo a su auto.
Y fue ella quien la guio hasta la mansión de Percephone.
—De nada mi amor, mi cielo, mi bello príncipe. —dijo ella mientras le sonría enamorada.
Jacob resoplo haciendo que su flequillo se moviera a un lado.
—Gracias... Michelle.. —murmuró esquivando su mirada.
Ella grito con una voz muy desafinada .
—Di que me quieres Jacob —sonrió como un gatito.
—¿En serio... Es necesario?
—Di que me amas, y te dejo ir —lo sostuvo de la muñeca.
Jacob miro cansando.
—Michelle...
—Jacob... —lo imitó.
—Ash... Esta bien —se rasco la nuca —Te amo, ¿ya me sueltas?
Michelle pego otro grito más desafinado que el anterior. Antes de que Jacob lo escuchara se había ido del auto.
Cuando llegó recibió un sermón más largo de su vida. Tanto amigos como su familia le retaron por varios minutos.