Hoy desperté sin ganas de vivir apenas puedo moverme para levantarme, y arreglarme para ir al colegio ojalá nunca fuera despertado, quiero quedarme en casa durmiendo, pero tengo que ir al colegio, aunque sinceramente desearía no ir más.
Eso a lo que mis padres llaman colegio eso para mí seria más bien un sufrimiento escolar, allí no parece un colegio el cual te enseñan lo correcto allí te juzgan, si no te lo dicen por palabras te lo dicen por miradas, que incomodan cada vez que miran como si su mirada revelaría toda la rabia que tienen hacia mí, o algo así, de verdad no los entiendo, yo siempre me hago a lo último del salón soy esas clases de personas que hablan poco y que se expresan poco aunque la verdad de esto, es que no me gusta llamar la atención de nadie, me sonrojo de los nervios cada vez que pasan lista y tengo que levantarme y decir ¡presente! todo se me quedan viendo. Esos son los pequeños detalles que odio.
Que triste saber que no eres nadie para nadie, pero bueno así es siempre creo que me iré acostumbrando a vivir con este maldito sentimiento que me mata cada día. Quisiera no tenerlo, así todo sería más sencillo.
Creó que hoy me tocara ir sola para el colegio mis padres llegarón cansado a la casa por estar trabajando todo el día, como quisiera que las cosas entre mis padres y yo se arreglaran... pero lo dijo en el sentido de que quiero que las cosas sean como antes.
Estoy harta de toda esta porquería día tras día, ya ellos ni si quieran me miran a la cara yo podría estar muerta y nunca nadie notaría mi ausencia estoy sola en este mundo. A veces me pregunto ¿porqué cambie tanto? yo no solía ser así, ni yo misma sé que me cambio realmente, ya no se ni que pensar de mí.
Como quisiera saber la opinión de otras personas sobre mí, aunque me duela como en el infierno, pero me eh dado de cuenta que las palabras solo duelen cuando las dicen quien más te importan, siempre me lo decía mi abuelita.
Cuando por fin logro levantarme, me tropiezo con una cajeta en el suelo, y una nota colgando, de aquella caja para mí era misteriosa, decía: ‘’Feliz cumpleaños hija mía, de parte de tus padres que te quieren mucho, perdón por no decírtelo en persona te amamos mucho.’’ Me quede observando la caja con un gran misterio cuando de repente me inclino al suelo pasa saber que contiene la misteriosa caja.
Aquella caja contenía fotos de cuando era pequeña fotos antiguas, fotos hasta incluso de ¡mi abuelita! me emocioné cuando las ví porque siempre se la estaba pidiendo a mi mamá y ella me decía que ‘’no las tenías’’ siempre quise tener esas fotos como recuerdo. De repente entra mi mamá en mí habitación y yo con la caja en la mano, la miro fijamente y me dice:
—¡Buenos días! Espero que te guste tu regaló de cumpleaños, ¡Feliz cumpleaños! Se que ayer llegamos tarde a la casa. Es parte de los dos espero que te guste.
—Natasha: ¡Gracias! aunque me hubiera justado pasar todo un día con ustedes, como familia pero al parecer no se va a poder. Lo dije con cara de decepción y tristeza.
— Se que para ti, es difícil todo este cambio pero hija, para mi y tu padre se nos hace difícil convivir contigo ya que, el tiempo no nos alcanza ni para nosotros mismo, yo y tu padre te amamos mucho nunca lo dudes hija mía.
—Natasha: Pero esas cosas se pueden arreglar solo tienes que renunciar a tu trabajo y que papá se haga cargo de la casa y todo sería ¡genial! sería feliz como lo era antes.
—¿Renunciar a mi trabajo? Y dejar a tu padre que cargara todas las deudas de la casa nunca haría eso. Creo que ya se te hace tarde para el colegio tienes que ir a comer.
—Natasha: Sabes porque siempre ¿voy al colegio? no porque me gusta estudiar si no, porque en esta casa nunca hay nadie, sabes ¿cuántos días llevo sin comer? Porque nunca nadie entiende mis sentimientos, estoy sola en este mundo y en esta maldita casa encerrada en cuatros paredes, deseando dormir para nunca jamás de mi maldita vida despertarme sabes ¿porque te dijo todo esto? Porque ya no puedo más, estoy harta de que mi vida se vuelva más difícil día tras días, y tu bien sabes como me siento respecto a eso y nunca hiciste nada para cambiarlo, siempre trato de cambiar mi vida, pero todo al principio va yendo mejor pero cuando menos me lo esperó todo mi esfuerzo se va, me jode saber eso de mí, no sabes cuánto me odio—lo dije entre lágrimas.
— Se como te sientes, pero solo ten paciencia se fuerte hija, no te preocupes te juro que encontraremos una forma de poder estar contigo más tiempo.
Natasha se queda en silencio unos segundos mientras abraza a su mamá, sabiendo que lo que ella promete nunca lo cumple.
Ese día me sentí la persona más inútil del mundo por decir como me sentía, ya no sabía que hacer ya no podía más solo sentía que me estaba cayendo al vacío, extrañaba ser feliz.
Cuando tenía 10 años me molestaban en el colegio diciéndome palabras que me dolían mas que sus golpes, entre mas me golpeaba mas me tenía rabia a mi misma, porque no podía entender por qué me odiaban tanto, cinco chicas más altas que yo y de unos 13 años me golpeaban siempre a fuera de la salida del colegio, me escupían en la cara, me quitaban el único dinero que tenía para irme a mi casa, y con una vergüenza enorme le pedía a las personas que pasaban por ahí, dinero para ir a casa, mucha gente me empujaba diciéndome estorbo.
Era un completo desastre yo solo quería que alguien acabara con este sufrimiento, nunca pensé que esta sería mi forma de vida, hasta incluso llegaba a casa y nunca nadie se dio cuenta de lo que me pasaba, mis padres nunca notarón los moretones en la espalda y las cortadas en los brazos que me hacia día tras día, por esas cosas nunca nadie me hablaba en el salón. Esas cinco chicas se encargaron de hacer mi vida un desastre total.