Ángeles y Demonios

El primer ataque


 

Akira

 

 

Sentiré el castigo más duro. He fallado en esta misión. Debieron enviar a alguien más. Alguien con mayor grado de experiencia.


 

— Deja ya de atormentarte angel.


 

— ¿A qué has venido demonio?


 

— Es obvio ¿no?


 

— Tu tiempo en la tierra ha terminado.


 

Sigo sin entender porque no puedo callar. Él dijo no hablar. Era una simple regla. Pero algo no me lo permite. La voz de este demonio me incita y quiero hablar. Debo saber más. Incluso mi promesa quedó reducida a nada. Es como si nunca la hubiera hecho. Michael bajará y me castigará.


 

— ¿Conoces la historia del infierno? ¿Cómo se formó? ¿De dónde venimos? ¿Quién nos creo?


 

— Eso es relevante ahora. Solo se lo único que debo saber. Perteneces al infierno, y es allí donde debes volver.


 

— Vaya, interesante.


 

El cielo, el infierno, la tierra, en fin. Solo sé que en los cielos reina el rey, y en el infierno Luzbel. Regiones de demonios lo siguen. Incluso se asemejan a nosotros en muchas cosas.


 

Conozco de la rebelión. No sé exactamente como pasó. Solo sé que muchos de nosotros fueron condenados. Fueron exiliados y enviados a la tierra a morir. Ya no queda nada de ellos. Solo su recuerdo.

 

Recuerdos que yo no poseo, porque no había sido creada. Y además, está prohibido hablar de ello. Hablar de lo que lastimó, solo hará mas daño. Pues muchos hermanos fueron condenados. Muchos compañeros arriba aún sufren esas pérdidas.

 

El demonio se levanta de la banca y se voltea. Este “duque” del infierno es diferente a lo que pensé. Pero eso hacen ellos. Tratan de engañar. Afortunadamente soy un ángel. Conozco muy bien a mi enemigo. No nos dejamos tentar por ellos tan fácil.


 

Cuando el demonio se voltea por completo, me doy cuenta de que esa es mi oportunidad. Se lo que debo hacer. Atacar con mi Luz directo a su pecho vacío. ¿Porqué vacío? Porque allí no hubo, no hay y nunca habrá un corazón.


 

— ¿Qué crees que estás haciendo?


 

— Lo que los demonios hacemos, tormento.


 

— No eres tan peligroso como dijeron. ¿Por qué no hacemos esto fácil para ambos y regresas a tu cueva?


 

Para no poder escuchar y no hablar, no he sido para nada buena. Siento un llamado. Ese debe ser Michael. Me indica que cierre la boca. Más palabras no deben salir de ella. ¿Por qué desobedezco la orden suprema? Esto no está bien.

 

Debo estar siendo engañada por este demonio. Tal vez a eso se refería Michael al decirme que no escuché ni hablé. Tal vez es un demonio controlador que puede doblegarme. Si lo sigo permitiendo, lo conseguirá.


 

El demonio camina lentamente hacia mi. Quiere luchar contra mi poder. Quiere escapar de mi. Puedo sentirlo. Pero no sé lo puedo permitir.


 

Doy el primer ataque antes de que se acerque más. Extiendo mi luz, la cual debe ir a dar directo a su pecho. Normalmente los demonios que he desterrado dan mayor batalla. Pero este no. Este está tranquilo y sereno. Eso no debe ser bueno.


 

Sin embargo, cuando la luz va directo a su pecho, es interceptada por una luz aún mayor y completamente cegadora. Una luz que deja en completa obscuridad la mía y rebota en mis alas.


 

Mi cuerpo se estremece y es impulsado contra el muro más cercano. Mi cabeza revienta y por primera vez en toda mi existencia, experimento algo a lo que los humanos llaman dolor.


 

¿Qué es lo que ha pasado? ¿Cómo es posible que ese demonio haya hecho algo como eso? ¿Quién eres demonio y a qué has venido?

 

Veo como el demonio corre en sentido contrario. Está aprovechando la oportunidad para escapar de mi. Sabe que puede ser quien es, pero cuando se trata de ángeles, no tienen oportunidad. No tienen escapatoria alguna y al final no habrá escondite suficiente.


 

No, no puedo permitir que escape. Extiendo mis alas para ir tras él sin importar cuán dolor pueda tener, pero un grito muy fuerte sale de lo más profundo de mi garganta.

 

 

— Ahhhhh


 

¿Qué es esto? ¿Qué estoy sintiendo? Volteo hacia mi ala derecha para ver su estado. ¡No puede ser! Está rota. ¿Cómo es esto posible? Entonces si es muy peligroso este demonio.


 

Solo el propio Luzbel pudiera lograr hacer algo como esto, y aún así sería difícil. Pero este demonio no es él. ¿Entonces cómo lo consiguió?

 

Intento incorporarme nuevamente, pero es imposible. Lo he perdido. He fallado en mi misión. Lo siento Michael. Debí escucharte.


 

— Se recuperará


 

Alzo la vista cuando escucho su voz. ¿Qué? No lo comprendo. Lo vi voltearse y extender eso a lo que llama alas. Estaba huyendo de mi. ¿Por qué volvió?


 

— ¿Tú?


 

El demonio está más cerca de mi ahora. Puedo observar su rostro perfectamente. Este demonio tiene el cabello castaño claro con destellos dorados. Su piel es blanca y parece esculpida en mármol. Sus ojos son de un azul parecido casi al turquesa. Sus dos cuernos se extienden curvadamente hacia sus orejas. Y tiene una complexión alta y un cuerpo bastante fuerte.


 

— Parece que necesitas un poco de ayuda, pequeño ángel.


 

— ¿Quién eres tú?


 

— Pensé que me conocías. ¿No has venido por mi?


 

— ¿Cómo hiciste eso?


 

El demonio ignora todas mis palabras y se agacha. Ahora sus ojos están más cerca de los míos. ¿Qué extraño? Este demonio es demasiado hermoso. Incluso para ser un demonio. Así que es así como engañas, utilizas tu belleza.


 

No puedo permitir que se apodere de mi. Cuando me levanta en sus brazos, vuelvo a extender mi luz para atacarlo y enviarlo al infierno de una buena vez.




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