Estoy sentado cerca de las maletas. El aeropuerto de Western Hazel es grande y el segundo más importante de Kyoukinia. Viajaré a Honjagon con mi mejor amigo Nigel. Iremos al partido de la semifinal de los colegios, y el equipo de Miguel clasificó para este torneo.
Fue después de haberlo hecho en el sofá cuando me enteré de eso.
-Felicidades, Miguel. Estoy muy contento con tus logros.
-Gracias, Lucas. Me gustaría que fueras a verme jugar.
-Iré con mucho gusto. ¿En dónde será?
-En Honjagon.
-¿Tan lejos?
-Sé que es lejos, pero quisiera que hicieras ese esfuerzo por mí.
-Bueno, yo...
-Por favor, amor.
Me besó en la boca.
-Miguel...
-No te puedes resistir si te beso.
-Eso es cierto. Iré con Nigel, si es que no te molesta.
-Claro que no. Si él quiere ir, no hay problema.
-¿No te pondrás celoso?
-¡No! Yo estoy muy seguro de lo que te causo.
-Nigel es como mi hermano, y él está dispuesto a acompañarme y protegerme.
-Sí, bueno, yo te amo y espero que vayas allá.
-Ya te dije que sí voy a ir.
-Tú y yo compartiremos un dormitorio.
-¿Alguien sabe que tienes pareja?
-Sí, solamente Rafael. Él es alguien de mucha confianza.
-Si tú lo dices....
Así fue como empezó esta locura de viajar a Honjagon.
*****
Nigel se acercó con los boletos en la mano. Me preguntó:
-¿Ya estás listo para salir?
-Sí. ¿A qué hora sale nuestro vuelo?
-En quince minutos. Debemos ir allá ahora.
-¿Puedes cargar tu maleta?
-Eso haré, Lucas. No quiero que te canses antes de ir al partido.
-Gracias por entenderlo.
Nos fuimos con las maletas hasta la salida. Subimos al avión y nos sentamos juntos.
-Si tienes frío, me avisas. Tengo una manta.
-No será necesario. Con mi abrigo será más que suficiente.
Este abrigo me lo regaló Miguel en un día común. No era nuestro aniversario, así que me sorprendí bastante.
-Cuando lo uses, recuerda esto como una muestra de mi amor por ti y mi interés sincero por tu bienestar-recuerdo que dijo esto cuando estaba un poco resfriado. Miguel me cuida mucho y me agrada.
En el aeropuerto de Honjagon nos recibió Miguel.
-Hola, Lucas.
-Hola. ¿No te han dicho nada por estar aquí?
-No. ¿Cómo estuvo el viaje?
-Muy cansado.
-Lucas pudo dormir bien. Yo no.
-Así es él.
-Es como un niño.
-Oigan, no digan eso.
-Bueno.
-Vamos, amor.
-Está bien.
Miguel me miraba muy seguido. Lo notaba ansioso por besarme y abrazarme para después susurrar palabras bonitas en mi oído. Su amor por mí no siempre lo expresaba con palabras, y eran esos gestos los que nos unían más.
Fuimos a un hostal bonito aunque un poco sencillo.
-Tu amigo tendrá que convivir con Rafael.
-Sobre eso...Nigel no se siente cómodo con desconocidos.
-¿Quieres tú estar con él?
-Bueno, yo...
-¿Ya no te acuerdas de lo último que hablamos?
-Nigel es mi mejor amigo, y no quisiera que se sienta mal. Después se molestará conmigo y contigo.
-Bueno, te comprendo. Yo respeto tu decisión.
-Gracias, Miguel.
-Te amo, Lucas.
-Y yo a ti.
-Ahora descansa, amor. El partido será mañana a las diez.
-Estaré puntual.
Miguel nos guió a la habitación. Nigel se acostó en una de las camas.
-Descansa, Lucas.
-Igualmente, Miguel.
No pudimos reprimir más esas ganas de besarnos. Miguel me besó mientras sujetaba mi cintura.
-Te estuve esperando demasiado. Creí que no vendrías.
-Ya estoy aquí, Miguel. Eso es lo que importa.
-Que alegría me da poder tocarte y sentirte.
-No te calientes ahora, por favor.
-Descuida. Eso me pasa si estamos solos.
-¿Quieres que estemos solos?
-No, amor. Ahora quiero que descanses.
-Bueno.
Miguel me besó antes de salir de la habitación.
-Hasta mañana, Lucas.
-Hasta mañana, Miguel.
Cerré la puerta.
Me dormí con la alegría de poder sentir sus labios en los míos. Miguel está muy contento si yo estoy bien.
#42920 en Novela romántica
misterios mentiras y verdades, amor y erotismo gay, romance y drama juvenil
Editado: 01.01.2024