Anne

•Capítulo Once•

Hemos estado esperando más de una hora en este pasillo de hospital a que le toque el turno a papá, mientras tanto, me he ocupado de memorizar cada mínimo espacio de este lugar, empezando por los azulejos amarillentos de las paredes por la falta de higiene, siguiendo por los asientos con respalderas rotas que dejan a la vista el viejo y desgastado colchón en su interior y terminado por el techo que lleva con sigo ventiladores oxidados y fluorescentes que solo dejan escapar una tuene luz, todo esto deja un ambiente desolado, desesperanzador y a la vez siniestro, propios de esos lugares a los que no quisieras acudir en una noche de tormenta y menos si no hay luz. 

De vez en cuando miro las manos entrelazadas de mis padres, ellos se encuentran sumidos en los pensamientos que ocupan a sus mentes y no puedo evitar pensar que hay, aunque sea la mínima, posibilidad de que ya no puedan hacerlo y mis ojos se llenan de lágrimas, por lo que me apresuro a borrarlas con las mangas de mi abrigo púrpura. 

Salimos muy temprano para asistir a la cita con el doctor al que había recurrido la otra vez mi padre, pero aún así nos tocó un turno bastante elevado. 

Sara también vino a pesar de las protestas de mamá, ahora se encuentra hablado con una joven de su edad que llegó minutos antes que nosotros junto a su madre, que por lo que escuché, también sufre de problemas en el riñón, solo que ella tiene piedras en él, tengo entendido que ya han desaparecido la mayoría gracias al tratamiento que ha llevado durante todos estos meses. 

Minutos después la señora y su hija entran al consultorio.

 Sara fija su mirada en mí tratando de lanzarme un mensaje que no logro entender, luego de unos instantes la veo teclear en su celular antes de que el mío suene en señal de que tengo un mensaje en bandeja. 

¿Cuándo crees que nos tocará?

Luego de unos segundos contesto tratando de tranquilizarla. 

Creo que somos después de ellas

La veo asentir y vuelvo a mirar a mi padre, él tiene la mirada perdida en algún lugar de este pasillo con olor a lavandina mezclado con alcohol rectificado .

Nunca me gustó acudir al doctor, y esta era la razón, no tener que recibir este aroma horrendo. Pero mi madre siempre me obligaba a venir aún así sea por chantajes o por amenaza directa, pero al verla ahora creo que tampoco ella quiere estar aquí. 

—Número 27 —llama de manera monótona una enfermera desde el umbral de la puerta del consultorio. 

Nos levantamos los cuatro al mismo tiempo y ella nos deja un hueco en la puerta para poder pasar en fila india. Una vez dentro, mis padres se sientan frente a una mesa, un hombre que no debe de tener más de treinta años se sienta del otro lado y nos regala una sonrisa de bienvenida. 
Sara y yo nos quedamos paradas atrás de nuestros padres. La enfermera se sienta junto al doctor y revisa algo en sus papeles, ignorando completamente la presencia de otros seres vivos en la habitación. 

—Señor Briss ¿no es así? —Pregunta el doctor unos momentos después, revisa algo en la PC de su mesa y luego mira a papá.

—Así es —responde papá, aclarándose la garganta— Vine para poder hablar sobre mis riñones.

—Claro —dice el doctor dejando de hacer lo que hacía con unos papeles y nos recorre a cada uno con la vista—, según los análisis que usted se hizo hace unos días, podemos constatar que sufre de insuficiencia renal. 

—Papá nos explico algo —menciono—, pero quisiera saber cuáles son las causas que podrían generar que él haya contraído la enfermedad.

Los ojos del doctor ahora se fijan en mí. Asiente con la cabeza y se pasa la mano por el cabello para después hablar.

—Como verán —empieza—, la insuficiencia renal ocurre cuando los riñones no pueden realizar su función regular de filtrar los desechos de la sangre y de mantener el equilibrio ácido del base y mineral en el cuerpo. 
》Son muchas las causas de la enfermedad renal crónica. Las dos causas más comunes, la diabetes y la hipertensión arterial, es decir, presión arterial alta, son responsables de dos tercios de los casos de ERC.  En el caso de señor Briss es por la presión extremadamente alta y el antecedente de alcoholismo lo que lo llevó a sufrir esta enfermedad —escucho atenta para poder entender lo que nos dice, aunque es realmente difícil por que  utiliza términos médicos no comunes a mis oídos pero aún así capto el significado de sus palabras. 

—¿Y qué más, aparte de un transplante, podemos hacer por mi padre? —Aventura a preguntar Sara.

—Le hemos recetado medicinas, pero su consumo solo hará que el señor Briss tenga un poco más de tiempo —informa—. El avance del ERC en su padre es muy rápido, y la tardía en sus consultas ha hecho que no haya otra posible solución.

—Entonces ¿Qué debemos hacer para...? —Intenta preguntar mamá pero se corta.

—Su esposo ya está en la lista de espera —dice el doctor captando lo que pretendía preguntar mamá—. Pero puede llevar mucho tiempo hasta hallar un donante para él, lamento decirlo, pero hay más personas en la lista. Aunque, en todo caso, si el señor Briss llegara a ser uno de los primeros, el problema sería  que el donante que cumpla con los requisitos necesarios. 

—Es muy difícil conseguir donante, ¿verdad? —Inquiere mi padre. 

—No quisiera mentirle señor, pero sí.

La sala se queda sumida en un silencio desbastador. Miro a papá y veo la resignación en sus ojos, mamá, en cambio, se seca una lágrima traicionera.

—¿Cuáles son los requisitos para ser donante vivo? —Pregunto y todos me miran sorprendidos— Según la información que tengo, un paciente puede recibir la donación de una persona que este dispuesta a donar, y puede ser un pariente.

—También existe esa posibilidad —concuerda el hombre.

—Entonces dígame: ¿cuáles son los requisitos? —Vuelvo a preguntar. 

—Un donante vivo pueden ser padres, madres, hermanos, hijos, cónyuges u otros familiares —explica— aunque también pueden serlo personas con vínculos afectivos con el receptor, tal vez amigos, pero éstas deben ser compatibles con el paciente, como por ejemplo con la sangre y también debe tener el peso adecuado, no sufrir ningún tipo de enfermedad y lo más importante, debe ser mayor de edad y la donación debe ser voluntaria.




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