A Dios, por brindarme las palabras para
plasmar está bella historia y traerla
al mundo.
A ti lector, que acompañaste a Anne desde
el primer párrafo hasta el último,
que lloraste con sus pesares
y reíste con sus ocurrencias, que estuviste
conmigo, esperando actualización tras
actualización y aún así no desististe de la
historia.
Gracias por cada voto, cada comentario,
y cada lectura.
Gracias.