Se había lanzado una alerta Amber debido a la desaparición de un niño pequeño. La última vez que se le vio fue en el parque infantil, la madre afirmaba haberse distraído solo un momento, dijo que no vio a nadie sospechoso por el lugar antes de que su pequeño fuera secuestrado.
Un testigo afirmó haber visto al menor de edad acompañado de alguien más, dijo que no le dio importancia pues el niño parecía ir por voluntad propia.
Doll sabía que aquel niño era el que ella, junto con Elizabeth, habían matado en la casa abandonada y que ahora su cuerpo estaba encerrado en un baúl en el sótano de la casa. La descripción y su desaparición encajaban. La alerta había sido lanzada un día después de su desaparición, pero Doll apenas se iba enterando pues había permanecido en casa la mayoría del tiempo y su familia no tocaba el tema de asesinatos o desapariciones.
Ambas socias se escondían en un callejón lejano, lugar donde ahora era su punto de reunión. Doll miraba a todos lados con nerviosismo, ignoraba el por que sentía aquello.
—¿Que te pasa?—cuestionó la nueva al verla un poco apocada.
—No lo sé... Siento algo extraño en el pecho, es como si... Necesitará una sensación de alivio, no se por qué. No puedo encontrar paz en ningún lado, no puedo tener esa sensación de alivio que me hace falta. No importa lo que haga, me falta algo—balbuceo poniendo una mano en su pecho.
Elizabeth la miro extrañada. Doll dio un respingón y la miro sonriendo.
—No es nada. No me hagas caso—contestó a duras penas—. En fin, dime los sospechosos que pueden ser el tercer asesino.
Su socia se encogió de hombros.
—En realidad, son solo ideas: el tercer asesino es alguien inteligente, hábil y un poco torpe. Pareciera que quisiera ocultar su crimen... Pero a tu padre lo deje a simple vista, ¿pueden ser dos?
—Muy improbable—admitió Doll—. Hubiera habido más muertes. Debe ser alguien que actúe sospechoso, su familia debió haberlo notado: sale de noche, cambio de comportamiento, se nota nervioso, entre otras cosas.
—Tal vez viva solo.
—La mayoría de personas por aquí están casadas o tienen hijos, es un pueblo familiar.
—Tal vez ni siquiera tiene importancia para él. Tal vez solo fue una cosa de una vez, un accidente desafortunado y un suicidio.
—No lo es—gruño Doll.
Elizabeth bufo.
—¡Entonces nada tiene sentido! ¿Como los tres crímenes pueden ser tan diferentes? Tu padre y la señora Kohar, madre de Julieta y Jonathan, ¡no se parecen en nada! Dos fueron brutalmente asesinados con un arma blanca y la otra pretendió que pareciera suicidio. No tiene sentido. Los tres son diferentes, no comparten similitudes.
—¿Tres?—preguntó enarcando una ceja.
—¿Recuerdas a esa niña? Creo que su nombre era Isabel Aragón, fue atacada en la feria y la encontraron media muerta. Puede ser que también haya sido obra del mismo asesino. Aunque ella sea sido una niña y los otros dos adultos, su crimen se parece más al de tu padre: brutal y sangriento. Pero no se parecen en nada a la de la señora Kohar.
Doll asintió, Isabel Aragón, la niña que había molestado a Emily y Doll se había encargado de ajusticiar. Tal vez los tres casos estaban conectados.
—¿Tal vez estaba probando nuevos estilos?—se preguntó Doll—. No sabemos si es un asesino en serie que acabe de llegar al pueblo.
—Aclararé esa duda por ti: no lo es. Estuve investigando, las últimas personas que han venido a vivir al pueblo es mi familia—admitió poniendo una mano en su pecho, Doll abrió la boca—. Como digas que es solo un viajero, te mato.
Esta vez fue Doll quien se encogió de hombros.
—Tenemos un asesinato brutal, la víctima fue un hombre adulto que acababa de llegar al pueblo. El segundo fue un asesinato que se intentó hacer pasar como suicidio, la víctima fue una mujer adulta, al igual que la anterior víctima, tenía hijos. Y la tercera, aunque no fue asesinada, fue una niña de unos doce o trece años la cual fue golpeada brutalmente, no tiene relación con los otros dos... Tienes razón, es absurdo: no hay relación entre ellos.
Su socia asintió levemente pérdida en sus pensamientos. Parecía que quería decir algo, pero sacudió la cabeza como si intentara ahuyentar aquella idea que tuvo.
—Seguiré investigando—murmuro.
Doll asintió en respuesta. No se sentía bien pero pudo jurar ver a alguien acechándola en la oscuridad.
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El piso estaba frío y aún así se había negado a ponerse calzado, pasaba la media noche y Doll solo necesitaba un poco de agua así que no había necesidad de ponerse calzado o una bata.
Estaba a mitad de las escaleras cuando vio como la puerta principal se abría con lentitud, abrió los ojos sorprendida al ver a su hermano entrando de puntillas a la casa.