Anomia: pequeñas asesinas

Capítulo 9- Caramelos

El cielo estaba nublado sin rastros del sol, las pequeñas gotas de lluvia caían de las nubes hasta los paraguas de la gente precavida que pasaban por la calle. Ese día hacía mucho frío y viento. Un día perfecto para ir a visitar un cementerio.

La tumba de Victoria yacía enterrada bajo esa lápida y esa tierra la cual estaba siendo mojada por la lluvia. Delante de ella se encontraba su familia y una visitante extra. Las personas sollozaban recordando los últimos momentos en los que vieron a aquella niña.

Isaac y Amanda eran los padres de Victoria, los cuales se encontraban delante de la tumba de su hija mayor. La familia Alexander eran conocidos por ser una familia amorosa pero ocupada, el padre casi nunca estaba en casa debido a su trabajo, su esposa en cambio se quedaba en casa para cuidar a su hija restante.

Emily también estaba ahí, la hija menor del matrimonio. Ella, al igual que todos, vestía de negro sujetando un paraguas del mismo color, en su otra mano llevaba un ramo de crisantemos azules. Doll también estaba ahí, fue llevada por la fuerza ante el llanto e insistencia por parte de Emily, igualmente sujetaba otro ramo de flores, pero ella sostenía un ramo de claveles amarillos.

Amanda no paraba de llorar al recordar que ese mismo día su hija había desaparecido años atrás.

Aunque la verdad es que no sabían nada del paradero de Victoria y hasta hace poco todos la daban por desaparecida. Sin embargo, construyeron esa tumba para tener una especie de altar donde rezar por la seguridad de Victoria esperando que en realidad no estuviera muerta y esta tumba se quedará vacía.

—Ahora mismo estaría en secundaria—dijo entre llanto también el padre.

Emily se adelantó y depósito sobre la húmeda tierra el ramo de flores.

—Lo siento hermana, que daría por qué estuvieras aquí de nuevo—dijo tragándose las lágrimas—. Algún día nos encontraremos, lo se. Espero el día en que eso suceda.

Fue turno de Doll, se acercó a la tumba, se arrodilló y depósito las flores frente a la lápida. 

—Nunca nos llevamos del todo bien, pero como me gustaría volver a pelear contigo— murmuró Doll ganándose la simpatía de la madre.

Así estuvieron por un rato, la familia de la difunta no paraba de recordar los momentos de su hermana e hija esperando el día en que la volvieran a ver. Por otro lado, Doll no dejaba de recordar el momento en el que el morado rostro de Victoria había dejado de respirar. Sin notarlo sonrío al recordarlo.

Pasó la lluvia, y los padres de Emily decidieron que era hora de volver a su casa.

—Es tarde y parece que seguirá lloviendo. Vamos, Doll. Te llevaremos a tu casa—dijo Isaac sonriendo.

—Gracias, señor, pero quiero estar un momento más con Victoria.

Los padres asintieron y salieron de ahí esperando a que Emily los siguiera.

—Pensé que no se llevaban bien—dijo Emily al notar su raro comportamiento.

—Lo sé, pero nunca le desee que algo malo le pasara, me gustaría hacer las paces con ella, mientras me ve desde el cielo.

Emily no pudo quedar más maravillada con las palabras de su amiga ya que esbozó una sonrisa de felicidad y salió junto con sus padres.

Cuando Emily se fue, Doll camino hasta ponerse en frente de la tumba y guardo silencio. El estacionamiento no estaba lejos y si se concentraba podía escuchar a los autos irse. Espero unos minutos hasta escuchar el carro de la familia Alexander encenderse y posteriormente retirarse de ahí dejándola sola por fin.

Sonrió al saber que nadie la podía ver. Saco del bolsillo de su vestido una bolsa llena de caramelos coloridos y los empezó a comer dejando caer la basura sobre la tumba de Victoria.

—¿Qué se siente ver qué puedo comer los caramelos que tú una vez me quitaste, y que ahora tú ya no los puedes comer?—murmuró ella sin parar de comerlos—. ¿Sabes? Alice siempre quiso ser tu amiga, me lo dijo al igual que muchas otras cosas sobre ti. Comentó que le agradabas y quería acercarse a ti pero le daba vergüenza, al final nunca pudo hacerlo debido a que "repentinamente" desapareciste. Descuida, muy pronto ella te lo dirá en persona. Me encargaré de que las dos se reúnan en el otro lado—murmuro con malicia

Sacó otro caramelo poniéndolo encima de la tierra. Decidió que había sido suficiente y camino hasta la salida. Ella planeaba matar a Alice el viernes por la noche, estaba impaciente y decidida, había organizado y planificado todo a detalle, no podía aguantar la espera y nadie le iba a impedir que cometiera aquel pecado.

Lo había pensado mucho tiempo y decidió que era hora de cobrarse a su segunda víctima.

Al caminar pudo visualizar a Alice fuera del cementerio recargada en la pared. No vio ni rosas, ni nada por el estilo así que supo que no fue a visitar a Victoria.

—¿Qué haces aquí?—pregunto Doll confundida acercándose silenciosamente

Alice la volteo a ver un poco asustada ya que no la había escuchado llegar.

—Andaba por aquí, y recordé que día era hoy, pero no traje nada y me dio pena entrar— admitió encogiéndose de hombros.



#13404 en Thriller
#7560 en Misterio
#5488 en Suspenso

En el texto hay: asesinatos, muerte y sangre, jovenes asesinos

Editado: 22.07.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.