Tanner no había dicho ni una sola palabra en todo el desayuno.
— ¡Hijos al fin los veo! Lamento mi ausencia en estos días tuve que cubrir muchas guardias —dijo mama sirviéndose jugo— su hermana se fue unos días con su padre y este fin de semana es el cumpleaños de su abuelo en el campo… así que nada de reuniones o fiestas.
Ninguno dijo nada y seguimos comiendo nuestro desayuno.
— Por cierto averiguare para que pueda regalarte un auto —dijo mamá acercándose a Tanner y depositando un beso en su cabeza— ¡Adios mis niños!
Los dos salimos de la casa rumbo a la escuela Tanner no había dicho nada solo iba sumido en sus pensamientos.
Pasaron las primeras horas hasta que fue la hora del almuerzo Hazel y yo nos acercamos a la mesa donde estaban los chicos.
— ¡Olvide el jugo! —exclame al ver mi bandeja me volví a la fila de la máquina de refrescos.
Hasta que alguien se paró a mi lado mire y trague saliva.
— Te dije que íbamos a volver a vernos —dijo Paul con una sonrisa maliciosa— Necesito que hablemos…
El me tomo del brazo y apretó con fuerza, fruncí mi ceño al ver que tenía la bandeja en mis manos.
— Suéltame que me estas lastimando… ¡Suéltame! —exclame.
Tanner apareció y lo empujo.
— ¿No entiendes? ¡Maldito enfermo! —mi hermano volvió a empujarlo.
— Tu no te metas en mis asuntos con tu hermana… ella será mía —volvió a decir Paul.
Tanner lo tomo del cuello y con su otra mano estrello su puño contra el rostro de Paul.
Paul también sabia defenderse y también lo golpeo.
— ¡Tanner! —exclame al ver que lo había golpeado.
Mire hacia donde estaban Gared y Dustin que corrieron hacia ellos.
— ¡No vuelvas a molestar a mi hermana! —Tanner estaba sobre Paul y lo golpeaba— ¡Ella nunca será tuya! ¡Te matare si vuelves a ponerle una mano encima! ¡¿Oíste?!
Gared agarro a mi hermano apartándolo, una profesora apareció y vio que Paul estaba en el suelo. Se puso de pie y me miro a mi, y con todo su rostro lastimado avanzo hacia mi.
Tanner se libró del agarre de Gared y lo detuvo el puño de Paul choco con mi rostro.
— ¡¿Qué es lo que está pasando aquí?! —exclamo un hombre que era el director.
Lleve mi mano a mi mejilla donde me había golpeado, Tanner no le importó y se volvió a mi.
— ¿Dónde te golpeo? —el me miro y yo tome su rostro al ver que su labio estaba partido y también tenia el pómulo rojizo.
— Tanner mírate —dije al ver que estaba golpeado.
Los tres terminamos en la oficina del director.
— Mmm considerando que todos pertenecen al equipo no puedo suspenderlos —dijo el director un tipo con una gran barriga y de baja estatura— hermanos Harrison y señor Stone tendré que sancionarlos tendrán que venir a cumplir horas en detención de lo que queda de esta semana.
— ¿Qué? —dije al recordar mi mala experiencia.
— ¡Este imbécil tiene la culpa! —exclamo Tanner.
— Dame un motivo para entender porque lo agarraste a golpes —volvió a decir el señor Barcholl.
— ¡El estuvo acosando a mi hermana! —dijo con enojo mirando a Paul que estaba en modo victima cubriendo sus heridas.
El director me miro a mi y luego a Paul.
— Eso no es excusa para agredir al señor Stone —dijo el tipo minimizando el hecho.
Mi hermano se puso de pie y yo lo tome del brazo.
— No Tanner no vale la pena… —dije al ver el rostro lleno de furia.
Los tres salimos de la oficina del director y afuera nos esperaba nuestra madre que nos miraba seriamente.
Mire a Paul que su padre lo había ido a buscar y observaba sus heridas.
— Ese imbécil no se va a salvar… —murmuro mi hermano.
Me pare en frente de el impidiendo que siguiera su paso directo a Paul.
— No puedo creerlo ¡Es la primera vez que me llaman porque uno de mis hijos hace algo malo! —decía mi madre mientras manejaba a casa— Tengo que volver al trabajo.
Y así era como mama poco y nada nos mostraba su interés por saber lo que de verdad había ocurrido.
Tanner se apoyó sobre el lavabo y yo tome las gasas del baño.
— Mamá minimiza todo —dijo el que estaba de brazos cruzados.
— Es algo de lo que ya me acostumbré por eso me acostumbro a estar sola —apoye la gasa sobre su pómulo.
— ¡Auch! —el se quejo y luego me miro— no estas sola.
Tome la otra gasita con desinfectante y la pase por su labio, el apoyo sus manos sobre mi cintura haciendo presión.
— Ahora me tienes a mi Ris —los dos nos miramos a los ojos.
No había centímetro que nos separara nuestras respiraciones se mezclaban de lo cerca que estábamos el uno del otro.
¿Qué era lo que estaba pasando? ¿Cómo habíamos llegado a eso?
Al darme cuenta me hice hacia atrás separándome de el y saliendo del baño. Una mezcla de emociones y sensaciones sentía esparcirse por todo mi cuerpo.
Tome aire y luego exhale, entrando a mi habitación.
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Editado: 16.08.2022