El tiempo pasó rápido , mas de lo que hubiera querido. Recuerdo que mis manos olían a su sangre , la cual ya se había secado , delatando mis huellas dactilares.
Cuando dejé el cuerpo de Steven en nuestra casa , el orfanato , huí.
Los ojos cristalizados de nuestra madre , sus labios temblando en ese momento formó el inicio de su decepción.
Era intensamente asfixiante sentir su mirada , no me habló , ni me gritó , pero fue suficiente el ver sus ojos sin en el mismo brillos que me dedicaba todos los días .
En memoria de aquellos días de amistad sin distinción , consejos sin obligación , sonrisas sin petición dejaba el poco de dinero que conseguía robando o matando. La gente me juzga , me escupe , insulta , golpea , por que ellos ven en lo que he decidido convertirme . Un hombre que es capaz de seguir órdenes sin acatar por el único motivo de tener un techo donde dormir y pasar la noche . Me había unido a una pandilla , lo típico de siempre , robar , beber , y drogarnos hasta ya no saber en qué día estábamos , en total éramos un grupo de 10 , el líder de aquel entonces era un tipo gordo , de barba , al cual apodamos "El padrino". Líder de la zona , nadie se metía con él , por esa misma razón me uni a ellos , simplemente golpee a uno de sus miembros , vieron mi fortaleza y me adoptaron .
Mi debilidad es confiar .
Un día cualquiera , lo digo así por que no sabía si era un jueves o un sábado entraron a la guarida , estaba solo con paquetes a mi alrededor . Quedé como culpable , los kilos de droga que encontraron fueron mi sentencia . Nadie me conocía , ni me apreciaba , mucho menos me amaba . Nadie me defendió , en el día del juzgado estaba rodeado , sin pruebas , sin amigos , sin ayuda .
Pasé 5 años en la cárcel , mientras eso no pude enviar dinero. Me lamentaba no poder ayudarlos , a Roxana , los niños , y a Steven , rompí lo único que me mantenía en pie , la promesa de cuidarlos .
Una mujer me visitó , su aspecto no combinaba con las celdas y las paredes color ladrillo , pero su rostro sin emoción ,sí.
Úrsula Lindley , ya antes la había conocido , cuando era niño , frecuentemente me visitaba hasta la edad de los 10. Una niña estaba a su lado , ojos oscuros , cabello también , pero su piel no era clara , tampoco oscura , intermedio.
Nunca supe por que tanta atención a mi persona , era un simple prisionero y ella una ricachona , pero acepté . Me ofreció libertad , trabajo , y dinero.
Me convertí en su mercenario , su exterminador , hice de todo para ganar su confianza , y dió frutos . Aprendí artes marciales , diferenciar armas y su funcionalidad , diferenciar si una persona me mentía o no , torturar , planear , analizar , y crear planes de escape .
Pensé que su vida era perfecta , sin ningún cabo suelto , pero me equivoqué , su mismo error de ella fue su hija.
"Desde ahora este será tu trabajo"— me dijo ella en Colombia, en medio de mi entrenamiento me pasmó.
Perseguir , amenazar , y matar , ya me había acostumbrado a la vieja rutina , no obstante ... "Cuidar", eso si no entraba a mi cabeza.
Ser niñera no era lo mío , pero me ofreció algo a cambio , un contrato .
Así fue que empecé a unirme a su vida , la vida sin sentido de Leyla Lindley
¡¿Que rayos le pasó?! — fue lo primero que se me vino a la cabeza cuando la ví. Estaba descalza , con bata y el cabello suelto. Estaba totalmente palida , sus piernas temblaban , su mirada hacia el piso me anunció que no quería estar en la mansión, pero ¿Por qué?.
— La dejo en tus manos — se fue Úrsula con celular en mano .
Abandonó el pasillo largo y estresante con una leve señal de mano . De nuevo centre mi atención en la Minion.
— Oye — hablé .
Alzó la mirada , y me perdí en sus ojos. Solo una vez me había pasado , y ello lo volvió a hacer , me transporté a mi niñez , mis saltos , horas de estudio , risas, golpes , y burlas . Sus ojos oscuros , eran los mismos que él.
— Steven — dije sin pensarlo.
En un segundo ella ya me había causado escalofríos , su misma persona da miedo , parece sacada de una peli de terror , como si hubiera escapado de algún psiquiátrico loco. Está cansada, triste , perdida.
Ese día simplemente se fue sin hablarme , se entró a una habitación , y se encerró.
No era su cuarto , había entrado al mío , por muy estúpido que sonara necesitaba cambiarme de ropa , mi maleta estaba adentro , mis pantalones , polos , y bóxers.
Solo aguanté 2 días sin entrar , al no resistir mas golpeé la puerta con fuerza.
— ¡Abre mocosa!,¡Ahora!.
La muy maldita no abría , debería ya haber salido para beber o comer , incluso para respirar aire puro.
— ¡Maldita sea , abre!.
No hay lógica en que la hija de Úrsula sea loca , sorda , y muda . Capaz de soportar el hambre .
Las criadas han dejado la bandeja de su desayuno , y de nuevo no lo ha visto y saboreado.
—¡¿Quién crees que soy, tu estúpido criado o qué?!,¡Hazme caso!.
Tendrá el mismo color de ojos que Steven , pero no es excusa para soportarla. Reteocedi , tomé distancia y me abalance sobre la puerta . De cayó de inmediato , yo también , al recuperar la cordura me levanté . Ya listo para mandarle al infierno , la ví sentada con la misma ropa , a su lado estaba una cobija. Todo estaba en su lugar , mi maleta , los arreglos , las almohadas y las sábanas.
Me acerqué con cuidado , al quedar al frente de ella me agaché a su altura, su respiración era casi un susurro , causó que me preocupara , pero cuando mi dedo índice elevó su barbilla logrando así contemplar sus facciones me dí cuenta que había llorado por días .
Lucía igual de horrible que yo cuando estuve en plena Depre.
Pasó su lengua por sus labios , y me abrazó.
— Anónimo , te extraño — sentí como si una pluma cayera sobre mi cuerpo . Se durmió en mis brazos.
En esos días contemplé su fragilidad , desolación y tristeza. No le pregunté la razón de tanta observación a afueras de la casa , pero debía ser algo que ella apreciara y valgara la pena .
Poco a poco cambió , su evolución fue lenta, pero satisfactoria.