Another Universe And a Unknown World : Outside

Capítulo 22 | El tramo codiciado

 

Capítulo 22 | El tramo codiciado

 

1

 

Es posible llegar al otro borde de un tablero de ajedrez minado. Cada movimiento concede otro paso más cerca al final, con el riesgo de exponer la pieza incorrecta a una casilla detonante sin la medición previa. Activarla haría que el resto de piezas colapsaran por la explosión, sucumbiendo al fin de la partida.

La victoria reñida o el fracaso rotundo. Solo existen dos posibilidades.

Suponiendo lograr el primer resultado, el peón se haría con la corona, volviéndose invencible una vez completo su recorrido. Miraría hacia atrás contemplando su arduo trabajo lleno de riesgos y sorpresas.

¿Pero y si aquel peón se le revela su nula independencia? El verdadero propósito dentro del tablero.

Toda ruta fue moldeada para así conseguir el mejor resultado posible. Un resultado compuesto por fuerzas externas que mitigaron todo daño irreversible.

¿Sentiría fortuna o una gran decepción?

La dura realidad son sus hazañas pintando el verdadero engaño. Una ilusión para mantenerlo firme, sano hasta la coronación.

Por fin había salido de la ciudad. Ballery me dejó ir solo cuando borró todo propósito a largo plazo que tenía en mi. En cambio, Gark se volvió su nuevo centro de atención.

¿Qué querrá exactamente de él?

¿Qué hice para terminar con sus expectativas? ¿Cuales... eran sus expectativas?

Mi pieza del tablero dio 5 pasos sin que supiera, uno más y estaría cerca de la corona. El siguiente movimiento podría completar mi objetivo, o mandarme nuevamente hacia el principio.

El bosque parecía rodear la ciudad de manera extensa, pasando varios minutos desde nuestra partida con el aire sonando a nuestras espaldas. La niebla aumentó hasta el punto de solo distinguir las luces colgantes.

Reflexionaba sobre aquello que afrontaría tarde o temprano, en medio de un ruidoso grupo de amigos dispuestos a colaborar.

—Oi. Estás muy callado. ¿No tendrás algo que quieras contarnos como parte de tu presentación?

East rompió el hielo. Mientras escuchaba sus testimonios no dejé escapar ningún comentario. Cada pieza de la historia era difícil de asimilar tratándose de mi como el hilo conector de los hechos. Prefería mantenerme invisible en vez de unirme a su charla.

Agradecí la intervención de North sujetándola de los hombros pr segunda vez.

—Vamos... Déjalo. Apenas nos conocimos y ya estás hostigándolo.

Sin embargo... No parecía parar a pesar de una pobre persuasión.

—Discutiremos cualquier asunto una vez lleguemos a la fortaleza. Hasta entonces les pido, por favor, no hacer tanto alboroto.

—¿Ves? No más ruido East. Siéntate y duerme... o algo. Yo qué se.

La líder tenía razón. Una carpa muy delgada no sería suficiente para ahogar nuestras voces. Sería una tontería hablar de ello en un lugar tan abierto.

—Suéltame. —Regresó a su sitio con enfado acumulado—. Bien... Entonces me iré a dormir. ¡No molesten!

Arrebató la manta que traía su compañero dormilón para arroparse con ella, una brisa helada hizo temblar al pobre chico que en paz descansaba en su rincón.

Hitome también estaba agotada. Tambalea de un lado a otro con posibilidades de caer a mi costado. Afortunadamente su equilibrio colapsó hacia el lado contrario, reposando sobre East en su siesta abrupta.

—Flor roja esponjosa...

—... ¿Apártenla si? No soy su almohada.

Frotaba su mejilla sobre el imaginario cojín cómodo. A pesar de sus quejas, ninguna de las dos se movió.

—Parecen llevarse bien.

—Cállate. Eso a ti no te importa.

Hay: Se enoja. Hablan: Se enoja. No podría entenderla.

Centré mi atención en las dos personas al frente. Quizás era el momento de una conversación normal.

—Sigo confundido. ¿Qué vieron para considerarme su aliado?

Hitome fue la intermediaria y logró reunirnos aquí. A partir de ahora era nuestra responsabilidad manejar la situación. Su voto de confianza parecía tener valor.

—Amigo, eres muy precavido. Pero lo respeto, después de todo aún puede ser muy repentino. Nosotros tampoco pensamos reunirnos en estas condiciones. Lo esperaba... más emocionante.

Es una manera de decir que fue aburrido. No es mentira, hubiera sido mejor establecer contacto mucho antes de esta reunión forzosa.

—No espero que lo entiendan, pero debo mencionar una cosa. Mis recuerdos antes de llegar a la ciudad son nulos. No puedo servirles como fuente de información.

Intercambiaron miradas. Parecían más que confundidos, sentían no merecer plena confianza.

—Es algo... ¿Imposible, no?

—No lo es. Al principio pensé en un simple golpe de cabeza como resultado del impacto. Pero al pasar los días mi mente seguía en blanco. Mi identidad, mi hogar, mi familia, mi vida entera; no recuerdo nada.

Sin embargo, manifiesto ciertos conocimientos sospechosos para el resto. Resulta inquietante desconocer la proveniencia de una cualidad otorgada. Es gracias a convivir en la ciudad que pude aliviar esta incertidumbre, de lo contrario entraría en una demencia incontrolable.

Ahora que retomo este problema, vuelvo a sentir esta oscura sensación de un cascarón vacío.

¿Qué soy en realidad?

—Pero eso solo les pasa a los viejos. ¿Entonces es así? Entonces podría estar enfermo.

—Enfermedad o no. Debo seguir adelante. Intentaré buscar alguna respuesta cuando saque a mi amigo de allí.

No puedo detenerme por un conflicto mental. Tengo la esperanza de que toda explicación llegará en su momento. Espero su ayuda en eso.

Por supuesto, más allá de preguntas incongruentes, existen las que sí tienen significado.

—Hitome dice conocerme desde el principio. Supongo que ustedes también comparten su postura.



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En el texto hay: thriller, horror cosmico, ficcion

Editado: 05.09.2024

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