CAPÍTULO FINAL
LUKE HOWLAND
Cuando crees que ya no hay salidas y te encuentras en el borde de tu vida, aparece eso que todos
llaman "esperanza". Te puedes quedar de pie a que ella te tome o unir tus fuerzas para luchar,
porque en la vida, solo hay dos opciones: haces algo o no haces nada.
Y es que quizás la vida solo te da limitadas oportunidades, oportunidades que pueden ser cortas o
pueden ser largas, oportunidades que valen la pena u oportunidades que simplemente te hacen
querer estar muerto.
Respiras y duele.
Gritas y arde.
Asfixias y caes.
Entonces, ¿haber llegado hasta aquí habrá valido la pena? ¿Habrá servido luchar? ¿Estás feliz con
ello?
Te diré. Quiero sonreír, sonreír sin que duela, reír sin que llore y llorar sin temor.
Jamás me detuve a pensar en como podría haber acabado mi vida, de qué forma y qué
circunstancias, pero tampoco supe que fue lo que al final hice, si dejé escapar mi último aliento o
siquiera podía aún sentir o mover alguna articulación. ¿Me fui como un héroe o me fui como un
completo estúpido? Quizás ambas o tal vez ninguna de las dos.
He repetido muchas veces en mi mente como me habría gustado que mi vida terminase, no de una
forma dramática, muy lejos de lo que alguna vez quise cuando mi vida se volvió un infierno, sin
pastillas, ni una soga o un balazo en la cabeza, ¿sobredosis? Lo llegué a pensar, pero la droga fue la
única cosa que nunca me traicionó.
Después de ella, mis motivos fueron otros. Irme con dignidad, irme con orgullo y por enfermedad
que fuese ocasionada por la edad, ser anciano, ver a mis hijos y nietos, y posiblemente a los
bisnietos.
Joder, les hubiese contado muchas cosas a ellos, los habría llenado de tantos consejos y decirle que
un simple problema pronto se resolvería, algunas cosas llegaban tarde, pero llegaban y habría valido
la pena, porque yo era el ejemplo más claro de todo el mundo, que el dolor se volvería sonrisas, que
un infierno se convertiría en cielo y que los polos regresarían a un clima normal.
Pero ahora, ahora todo eso sería parte de un sueño, uno que nunca se cumplió ni cumplirá.
NARRADOR OMNISCIENTE
5/DICIEMBRE/2015
15 : 08 HORAS
El chico de cabello ruloso, se encontraba en una esquina de la habitación mientras mordía la uña de
sus dedo pulgar, en el sillón marrón estaba sentado Neisan Collingwood quien escribía mensajes a
André Evans. La madre de la chiquilla solo la miraba a lado de la camilla mientras acariciaba su
brazo desde arriba hacia abajo.
Todo en completo silencio.
—¿Cómo está? — Zev preguntó obteniendo ambas miradas.
—El doctor dijo que pronto despertará, solo ha tenido una fractura en el brazo izquierdo, tal vez al
inicio esté perdida, es normal, pero recuperará toda la consciencia — la señora Bonnie respondió
con la voz baja.
—¿Y Luke? — volvió a inquirir.
La mujer se quedó en silencio y regresó a su hija quien seguía sedada, se separó de la camilla y se
cruzó de brazos, frunció sus labios sin saber como dar la respuesta y seguido soltó un suspiro algo
cansada.
—Está grave —confesó, Neisan la miró con desolación y se dejó caer de espaldas al sillón —. Se
golpeó la cabeza, posiblemente dañó nervios y varias estructuras, su respiración es muy inestable
así como su ritmo cardíaco, todo el golpe lo recibió él... ¿qué fue lo que pasó?
Bonnie Weigel se atrevió a preguntar, ambos muchachos se voltearon a ver y Neisan enarcó una
ceja hacia su amigo, Zev tragó saliva por lo alto y rascó su mandíbula tratando de retomarla voz y
responder a la madre de su -ex- mejor amiga. Se sintió nervioso y con ganas de que en ese momento
un ratón le comiera la lengua, al ver la mirada intensa de la señora, entreabrió sus labios y habló.
Tenía que hacerlo en algún momento.
—Estaba peleando con Michael, el ex novio de Hasley, estaban cerca de la calle, alguno de ellos la
empujó y cayó en el carril, Luke se dio cuenta y corrió hacia ella — se talló el rostro y bufó —.
Sabía que era muy tarde, le grité e intentó empujarla, pero Hasley se aferró a él — relamió sus
labios y negó —. No quiso dejarlo.
—La abrazó — Neisan habló —. Fue lo único que vi.
La señora talló sus sienes y negó, sus mejillas se pusieron coloradas e intentó procesar todo, ¿qué
pasaba por la cabeza de la chica? Intentaba ponerse en su lugar, quería comprender que el amor que
tenían ambos era muy fuerte, pero simplemente el hecho de que le hubiese ocurrido algo, le
aterraba. Después de todo, era su hija y el mayor temor de su vida, sería perder a la única persona
que tenía a su lado.
—¿Y qué pasó con el conductor? — el pelinegro volvió a hablar.
—Está detenido, es lo único que sé — respondió la mujer mientras se encogía de hombros.
Todo se volvió a quedar en silencio y el sonido de un celular hizo presencia, Neisan tecleó sobre la
pantalla táctil de este, al término, lo guardó en el bolsillo de su chaqueta y se puse de pie.
—Me voy a retirar, vendré más tarde — avisó él y miró a su amigo —. Iré por André, cualquier
cosa me pueden avisar, si es que ayudo en algo.
—Gracias, Neisan — Bonnie alegó.
El ruloso miraba con detenimiento a su amigo quien se acercaba a la madre de la chica y se
despedía, cuando salió de la habitación, Zev le hizo una seña a la señora Weigel y salió en busca de
su amigo. Lo vio dirigirse hacia el elevador, así que tuvo la necesidad de trotar para poder
alcanzarlo.
El chico notó su presencia y se giró para poder verlo de frente a frente. Él no quería una escena en
este momento, no ahora sobretodo por lo que estaba sucediendo, lo que menos quería era una
pequeña pelea entre ellos, solo alcanzaría a André que se encontraba preocupado, pues no sabía
nada sobre lo del accidente.
—¿Qué lo que está ocurriendo? — Zev demandó confundido.
—Nada está ocurriendo — se encogió de hombros —. Luke es mi amigo, lamento no habértelo
dicho antes, pero todo se veía mejor así, la verdad es que no quería escucharte decirme lo mal
amigo que era o cualquier otra mierda que pienses acerca de uno relacionara con él.
—Ya — detuvo —, ¿sabes porqué pelearon no es así?
Asintió.
—André le contó a Luke que Michael engañó a Hasley con su prima, Jane — contó, el ceño
fruncido del castaño se hizo notable y se sintió más confundido que antes —. Sí, Zev, el mismo tipo
al que le dijiste lo que ella te hizo, fue el mismo que se metió con tu ex novia y humilló a tu ex
mejor amiga. Te usó más de lo que pensabas — el chico no dijo nada, miró hacia otro lado y mordió
sus labios para contener su enojo —. Felicidades, campeón.
Collingwood finalizó y se adentró al elevador una vez que las puertas de este se abrieron.
Mientras Nguyen se quedó de pie con la vista hacia la nada, pensando lo estúpido que había sido y
sentido todo el remordimiento sobre él, ¿cómo es que ahora todas las cosas tenían sentido? ¿Cómo
es que pudo dejar de lado lo que una vez lo hizo feliz por una simple amistad que le daba de todo
por conveniencia? Se sintió asqueado de él.
Caminó hacia las sillas anaranjadas y se sentó mientras apoyaba sus codos sobre sus piernas y
sujetaba su cabeza con ambas manos, sus ojos ardieron para después comenzar a llenarse de
lágrimas. De algo estaba seguro, y es que la mierda a veces podía estar envuelta en el mejor papel
brilloso que cubriera su asquerosa realidad.
Michael era la mierda, el papel brilloso era su falsa personalidad con aquella sonrisa de cero
problemas y él era el niño mongol que se dejó llevar por lo que veía.