Capítulo 36

Elisse

En cuanto Nicholas me dejó en casa, subí a mi habitación sin dar ninguna explicación a mis padres. Apenas entré, boté los tacones y me recosté en la cama para llorar, algo que quería hacer desde hace un rato.

—¿Todo bien?

Mi mamá está del otro lado de la puerta intentando abrirla, pero le he puesto el cerrojo y no tengo intenciones de abrirle a nadie.

—Sí yo… —Respondí desde adentro, intentando guardar la calma—. Quiero dormir, lo siento mamá.

—De acuerdo, descansa.

Dormir no está incluido en mis planes próximos. Tomé mi celular para llamarle a Blaine pero era inútil, me mandaba al buzón de inmediato. Dejé el teléfono sobre la cama y me puse de pie para quitarme el vestido, no servía de nada que siguiera vestida de esta manera si no voy a pasar la noche con él. ¡Y es que Nick me ha arruinado los planes! Hoy pasaríamos la noche juntos en el mismo hotel en el que me desvirgó, se suponía que viviría la fantasía del prom como la cultura popular me la ha pintado y definitivamente estar llorando en mi habitación no es lo que esperaba hoy.

Daba vueltas por la cama, cambiaba de posición varias veces, miraba la pantalla del teléfono. Desde hace rato que estoy viendo el perfil en Facebook de Blaine, no ha borrado nuestras fotos y vernos tan felices era lo que más triste me ponía. Además, el último mensaje que me dejó en iMessage me recordaba que se suponía que esta noche iba a ser especial. Leerlo otra vez ya no me servía de nada.

Necesito hablar con él. Sé que debo explicarle que no me fui con Nick por mero gusto, como de seguro piensa. Blaine debe saber que lo quiero más que a nada en el mundo, que necesito de él. Quizás ahora entiendo un poco a Nicholas cuando se sentía moribundo por Amanda y si esto es tener el corazón roto, es el peor sentimiento que he experimentado hasta ahora.

El sonido de mi celular logró acelerarme el corazón. Blaine me envió un vídeo por iMessage, un vídeo que tal vez no debí haber abierto. No entiendo cuál es la necedad que tiene por restregarme en la cara que así como me fui con Nick, él se fue con otra. No era necesario que me enviara un vídeo de unos cuantos segundos mientras se la cogía, ¿quería lastimarme? Bien, lo logró. 

—¿A dónde vas?

Mi papá intentó detenerme, me paré de la mesa y apenas si toqué el desayuno. No dormí, se dieron cuenta por mis ojeras, por lo que no dejaron de preguntarme qué es lo que está sucediendo conmigo. Pero, ¿cómo contarle a tus papás que tu novio se cogió a otra anoche después de que tu mejor amigo te secuestró para llevarte a una estúpida fiesta organizada por el tipo más nefasto que he conocido?

—Voy a salir con Blaine, vuelvo más tarde.

—¿Todo bien?

—Sí mamá. Te hablo más tarde.

Sé que lo único que me va a hacer sentir bien es verlo. Se hacía tarde, sentía que si no le decía a Blaine ahora que lo de anoche no fue mi culpa entonces él jamás me va a perdonar, tengo que verlo. Salí de la casa cerrando la puerta detrás de mí, caminando por la acera hasta llegar a la parada del autobús. Blaine no ha querido contestar mis llamadas ni mensajes. Tenía que verlo, era lo único que tenía en mente.

[…]

—Hola Emma, ¿está Blaine?

—Sí, ahmm está arriba. No sabía que…

Entré a la casa sin dejar a Emma terminar la oración, conozco el camino. Subí por la escalera y caminé hasta la habitación del fondo, abrí la puerta sin permiso alguno y encontré a Blaine en la cama recostado mandando mensajes de texto. Apenas me vio se puso de pie de inmediato, dejado el teléfono a un lado solo para tomarme del brazo con fuerza, dirigiéndome hacia la puerta de su habitación para que saliera.

—¿Qué haces aquí? No te quiero ver, vete.

—¡No! Me vas a escuchar.

Logré zafarme de su agarre para cerrar la puerta con cerrojo. Blaine nunca me había mirado de esa forma, tan fría, tan hostil, como si de repente todo el amor que sentía por mi hubiese desaparecido y eso me rompió aún más el corazón. Me dolía mucho más su forma de tratarme que el apretón en el brazo del que me zafé.

—No quiero escucharte. Vete con Nicholas… Yo ya no te quiero.

—Blaine, Nicholas me secuestró, fue en contra de mi voluntad.