Cierro mis ojos y tomó un minuto de mi vida.
Recuerdo mi niñes, cómo vivía en paz emocional, pureza al nacer y ajeno a la vida en que se rodea mi niñes. Solo recuerdo que mi vida era básica y simple, donde despertar no existiría temores, tristezas o algún asunto que opacara mi luz. Mi vida me sumergía a un mundo que hoy día sería nuevamente mi refugio, un entorno donde la soledad de mis pensamientos era mi protección. Mientras crecía intenté ser parte de algo, entre deportes, artes o lo que fuera que sea entre compañeros de la misma edad. Cada acto me empujaba a ser una persona solitaria.
Mi luz, mi alma, mi ser y mi realidad fueron tomando forma. Mientras perdía mi luz en medio de la encrucijada de la vida, todo se volvía oscuro. La escuela me agobiaba, mi entorno se volvía hostian y el deseó más grande de un niño, se transformó en una gran pesadilla. Antes de que se cumpliera ese deseo, me volvía rebelde, tenebroso en el alma que fue quebrantada por humanos que rodeaban el entorno.
Entre la adolescencia y la adultez, la oscuridad me rodeó de personas oscuras; personas que en ese momento no veía cómo utilizaban de mí, con mentiras, con promesas falsas y utilizando lo que fuera por sus veneficios. Actos que me fueron opacando la luz emocional.
La vida fue transcurriendo y en ese aprendizaje de vida, pensando que me ayudaría, fui parte de ese dolor que con decisiones tontas e ignorantes fueron creando en mí una persona no deseada por mí. Cuando ya el deseo se cumplo, ese de ser adulto, se volvió una maldición hasta el día de hoy.
Hoy mi vida se sumerge en las tinieblas. Como ser una persona solitaria, desconfiada, sin ilusión a amar, sin deseo de tener personas en mi entorno que no son familia, se va volviendo mi deseó. Mi luz se a opacado en la ilusión de tener una vida perfecta; amar, casarme, tener hijo y la rutina de todo ser humano, no fue cumplida.
No por eso, al tener la luz tenue, no significa que hoy si me sienta plenamente feliz. Logre crear mi propia luz, poder tener mis ilusiones y retos que cumplir. Hoy tengo deseo que nazca de mí y no implantados por otros en lo que dictan como devén de vivir todos. Aprendí que, para tener luz, puedo crearla, vivirla y disfrutarla. Así este solo o acompañado por un amor.
Mi luz, es mi estabilidad mental y emocional, sin importar cuantas veces la vida me tire al fondo, así como una comilla cae, se levanta con su grandeza.
Mi luz, simplemente, soy yo...
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Editado: 27.03.2024