Antonia Me Llevó A La Locura

Capítulo 5

Desde ese día empezamos a vernos esporádicamente, a escondidas claro está, ella no quería levantar sospechas, nadie absolutamente nadie debía enterarse  de lo nuestro, ni dentro ni fuera de la universidad, a mí no me parecía nada del otro mundo, éramos adultos conscientes de nuestros actos y no le hacíamos daño a nadie con nuestra relación, sin embargo fue tan insistente que decidí aceptar sus condiciones, habían pasado 6 meses y ya me estaba cansando de esa situación, quería dejar de esconderme pero ella insistía en mantener nuestro romance en secreto.

Una tarde llegó un hombre muy elegante a la universidad, era una persona muy poderosa en medio oriente, la gente prácticamente se arrodillaba a su paso, era increíble ver como le rendían pleitesía de esa manera. Venia buscando a Antonia, bueno a Sophia, quería que ella hiciera un retrato suyo, le ofreció una cantidad de dinero absurda, la cual ella aceptó. El tipo en cuestión se instaló en uno de los hoteles mas prestigiosos de la ciudad, en una suite presidencial la cual contaba con un helipuerto en la terraza, bastante excéntrico el hombre, su vestimenta a simple vista se veía supremamente costosa y ni decir de las joyas que lucía.

Poco a poco mis encuentros con Antonia eran menos frecuentes, le llamaba y no me contestaba, pasaba a su casa y aparentemente no estaba, cuando le preguntaba que hacia solo decía que trabajando. Desde que aceptó pintar ese retrato las cosas empezaron a salir mal entre nosotros. Estaba totalmente absorbida por ese cuadro… y por ese sujeto.

Un día que tuve que quedarme hasta la noche en la universidad, pasé por su taller y allí estaba, quise aprovechar que no había nadie y cuando iba a entrar me percaté que no estaba sola, el tipo ese estaba ahí con ella, me quedé observando y escuchando discretamente sin que me vieran y pude ver que se trataban con mucha confianza, ella se mostraba en exceso coqueta y sensual y él muy bien que lo disfrutaba, me llené de rabia, quise entrar, golpearlo y gritarle que era solo mía, que no tenia siquiera el derecho de mirarla, no sé como logré contenerme, escuché que el tipo le decía que si esa noche saldrían de nuevo y ella le dijo que no, que tenia asuntos que atender, pero que no se preocupara que cuando tuviera tiempo lo atendería como se merece. ¿Qué demonios significaba eso?.

El sujeto se fue y ella estaba organizándose para salir, la seguí y vi que se dirigía para su apartamento, la llamé y le dije que quería verla, me dijo que pasara a su apartamento y así lo hice, iba dispuesto a enfrentarla.

Me recibió en una bata negra de seda algo transparente, dejaba ver muy bien sus curvas, desbordaba sensualidad, se lanzó sobre mi, me besó, me acarició, me quitó la ropa e hicimos el amor en el sofá, me desarmó totalmente… 
Ya tenía un discurso preparado pero su actitud lo cambió todo, realmente no la entendía, ¿por qué estaba conmigo? ¿Qué pretendía con el tipo ese?

Empezamos a hablar y llegamos al tema del dichoso cuadro, me dijo que pronto lo terminaría y que “Jahir” era muy exigente, que tuvo que reiniciarlo varias veces. “¿Jahir?” Le dije, “Que nivel de confianza bárbara manejas con ese señor, creo que el tiene otro tipo de intenciones contigo, no deberías tratarte con él de esa forma”. 
Me miró con rabia y me dijo: “¿Perdón?, tu no eres nadie para decirme como debo tratar a las personas, ¿si tuviera otras intenciones conmigo que tendría eso de malo? Soy una mujer soltera y sin compromisos, para mi seria muy favorable tener a alguien así a mi lado”. Me molesté bastante por su absurda respuesta y le respondí: “¿Soltera? ¿Qué lo nuestro no cuenta?”

Su respuesta fue aún más desconcertante… “¿lo nuestro?, que ingenuo eres… esto es solo sexo, acaso… ¿Crees que te amo?, los sentimientos hacen débiles a las personas, solo la pasamos bien y ya, además, tu jamás podrás darme lo que me merezco”.

Sus palabras atravesaron mi corazón como un puñal bien afilado, me llené de rabia, levanté mi mano y le di una bofetada, le grité: “Eres una cualquiera, lárgate con el tipo ese y que te de lo que yo no puedo”.

Salí de su apartamento muy dolido por sus palabras, pero sobre todo por haberla golpeado, nada justificaba lo que hice, me sentí tan miserable y poca cosa que no pude dormir, falté casi dos semanas a la universidad, me llamaron varias veces pero no atendí al teléfono, no quería hablar con nadie, quería morirme.

Tuve que salir a la fuerza de mi apartamento a comprar comida, cuando regresé, Antonia estaba en la puerta esperándome, le dije: ”¿Qué diablos haces aquí?” y ella me contestó: “Estoy preocupada por ti, vengo a ver como estas y a pedirte perdón por lo que dije, claro que me importa lo que tenemos, pero por lo mismo no quiero que salga a la luz, la gente es muy envidiosa y chismosa, no permitiré que vengan a dañar nuestro amor”. 
“¿Nuestro amor?” Pensé… si me amaba, lo sabía, la invite a pasar y se quedó conmigo toda la tarde, cenamos y hablamos de todo un poco como hace mucho tiempo no lo hacíamos, le pedí perdón una y otra vez por haberla maltratado, no sé en que momento me dormí, cuando desperté no estaba y había una nota sobre la mesa junto al desayuno preparado que decía:

“Nos vemos en la universidad bella durmiente”. 
-Antonia-



#8382 en Thriller
#4717 en Misterio
#3305 en Suspenso

En el texto hay: asesinato, ambicion, empoderada

Editado: 12.10.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.