Aparentemente Ella

Capítulo 12

— ¡No, Elliot! ¡No sé quién carajos envió el mensaje!

La histeria había ocupado todos mis sentidos, estaba furiosa, en todo el sentido de la palabra. Muy en el fondo de mi ser, el miedo reposaba durmiente; esperando a ser despertado por los acontecimientos irreparables de mi pasado. Como de costumbre.

—Amiguita esto está mal. Está jodidamente mal —muy rara vez escuchaba a mi mejor amigo maldecir, esta ocasión fue una de esas veces, solo podía mirar como mi mundo recientemente "reconstruido" se volvía trizas con un simple mensaje.

—Solo dice 《Sé dónde estás》 ¿Crees que sea...?

—Es imposible. Busqué por internet, Pao. Sigue encarcelado. Además comprobé en los expedientes policiales esta mañana, no es su jurisdicción pero mi tío es comandante en Wyoming, como sabes, y solo tuve que hacer una llamada.

Demonios. Me enternecí al oír aquello, siempre actuaba sin que se lo pidiera.

—Nos estamos quedando sin opciones, amigo mío —suspiré frustrada. Rastrear el número podía lucir enfermizo, no lo haría.

— ¿Alguien más sabe sobre...?

— ¡Por supuesto que no! Eso quedó entre mi madre, tú y yo. Y claro los encargados del caso, la policía y bla-bla-bla —solté abriendo y cerrando mi mano.

Sin lugar a dudas el universo se estaba encargando de enterrar muy lentamente ese cuchillo en mí. Destruyendo mi vida con cada segundo que pasa. De nuevo. Maldije por lo bajo.

—Deberíamos olvidar todo esto. Tal vez ni siquiera es para ti —masculló, sin perder de vista mis movimientos.

Sostuve la idea por unos instantes. Él estaba en la razón.

—Totalmente de acuerdo.

¿Estaba asustada? Rotundamente no. Había vivido algo peor que eso. Solo era un mensaje.

Quizás el número esté equivocado, tenía tantas ganas de convencerme de eso, sin embargo la parte aterrorizada en mí me dijo que esas tres palabras, eran nada más y nada menos que una especie de ultimátum. No bajaría la guardia. Ahora más que nunca.

Grecia apareció de un momento a otro, con tres Coca-Cola Light en una bandeja, agarré la pelota y empecé a driblar y dar unos tiros con una considerable distancia. Sentía mi pecho apretujado contra mí, el sudor como era de esperarse comenzó a empaparme la blusa. Quería golpear a alguien. Así que no pude hacer más nada que arremeter contra la pared. Olvidándome por completo de la presencia de mi rubia amiga. Buscó mi mirada, respiré hondo. Tenía que permanecer en control o ella notaría que me pasaba algo más. La encaré aparentemente inalterable. Tomando un largo sorbo de la gaseosa bebida.

— ¿Paola? ¿Te sientes bien? —buscó mi rostro con sus incansables irises grises.

— ¿Yo? Claro, no te preocupes. Es solo que he estado pensando...

— ¿En qué? Cuéntame, seré tu fiel confidente —cada que tomaba lugar una oportunidad de expresar un relato personal ella personificaba a la alegría en estado puro. Una ternura. Ella me había contado muchas cosas, sus citas con el zoquete de Elliot, sus deseos de colaborar en una editorial o escribir junto a alguien con potencial, lo mucho que amaba a sus padres; era hija única y clase media.

Diablos.

Esta chica no tenía idea de cuan larga sería la sesión si la tomara como confidente.

Reí para disimular. Sentí mi garganta secarse conforme a los segundos pasaban. No supe que más hacer.

— ¿Qué es lo que pasa entre Mason y yo?

¡De nuevo! ¡Otra vez!

Es increíble que sea tan poco creativa como para volver a recurrir al tema de sensiblería. Por primera vez los "sentimientos" comenzaban a salvarme el trasero.

Ella sonrió, se movió con tal gracia que quedé atónita. Palmeó la silla playera a su lado y fui a sentarme junto a ella. Elliot nos dejó a solas, guiñándome un ojo cómplice, articulando con una clara ironía 《 Suerte con eso》. Ese tonto, en lugar de rescatarme permite que mi inocente amiga comience a perturbarme y llenarme la cabeza de idioteces.

—Pues, lo tuyo es un caso extraño, jamás había visto que una estudiante y su profesor se gustaran de tal manera...

—Que no me gusta —interrumpí cortante, rodó sus ojos y se sentó más erguida.

—Shhh, solo calla y escucha.

Obedecí como perro regañado. Río con un tono muy dulce. Jactándose en su aparente persuasión, cosa que no pasaría de nuevo, sobre mí.

—Estoy casi segura, que en ese corazoncito negro tuyo, existe una chica sensible luchando por salir de ahí —esta mujer no podía estar más equivocada, o al menos eso quise pensar—. Solo debes permitir que salga a la luz esa parte de ti, aunque lo niegues, queda muy claro que sientes algo por él ¿Has notado que te tiemblan las piernas cuando se te acerca? ¿O que te ruborizas solo con una de sus miradas? ÉSAS son las cosas en las que debes tomar reflexión, piénsalo bien. Ahora hablemos de él. En mi vida había vislumbrado tal tenacidad, ese hombre en definitiva muere por ti aunque te conozca poco, y si no, está muy encaprichado —sopesó Grecia riéndose ante el pensamiento.

— ¿Recuerdas ese día cuando jugamos a las carreras? Pues él parecía hervir de cólera cuando te vio junto a Blade; tú no lo mirabas y eso pareció encender más la llama. Creo que tan solo el pensamiento, por más estúpido que parezca, de que Blade pudiera tocarte o llamar tu atención lo llevó a enfrentarse a ti de la manera en que lo hizo. No te das cuenta pero... En clases siempre te mira fijamente, sonríe cuando lo hace. He notado que busca excusas para acercarse a ti, como por ejemplo, desde el día en que no desayunaste no para de acercarse a ti y preguntarte por ello. A veces deja que el borrador de la pizarra se caiga a centímetros de tu asiento cuando nos explica un tema, pues te sientas en primera fila, solo para verte mejor. ¿Estás escuchando lo que digo? Si no me crees, pregúntale a cada estudiante que lo haya visto en acción.

Lo que más me enojaba es que, al menos lo que yo había alcanzado a ver, era completamente cierto. No sabía el resto, una parte de mí le creía a Grecia, pero la parte dañada e insensible solo me gritaba que no escuchase nada de eso. Decidí no optar por una o la otra. Me dispuse a preguntarle, cuando lo viera, qué diablos era lo que estaba pasando aquí.



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En el texto hay: humor amistad, suspenso amor dolor, amornotoxico

Editado: 03.12.2021

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