Los valores de una persona deben estar presentes a pesar de cualquier dificultad.
A pesar de todos los problemas que teníamos logramos superarlos, más la enfermedad que atacaba tu cuerpo estaba invadiendo y una situación económica muy desfavorable hacia la situación aún peor. En un afán de ayudar a tu familia, decidiste empezar a trabajar, una oportunidad te salió de imprevisto y sin dudarlo lo aceptaste, un trabajo honrado como cualquier otro pero con un ambiente un poco pesado, aun así te apoye en todo.
Las dificultades de tu trabajo eran constantes, peleas entre personas ebrias, discusiones por un sueldo mal pagado, compromisos tóxicos e intensas horas de trabajo hacen que tu salud física y mental se deteriore, la única razón para continuar era la ilusión de sacar adelante a tu familia, así que sin tomar en cuenta las problemáticas, continuaste.
Nunca me importo la posición económica que tengas, pero te gusta consentir mucho así que parte de tus ganancias las compartías conmigo, regalos imprevistos y salidas. Las disfrutamos mucho, más nunca pensé de dónde provenía ese dinero, y apenas ahora me di cuenta y la conciencia interrumpe mi paz, aunque yo no hubiese tenido nada que ver en eso.
Todo iba tan bien entre nosotros, pero algo en mi conciencia y mi corazón me daba pequeños signos del final cercano.