Aprendiendo a ser femenina

Capítulo uno

01|  Un plan
 


 


 


 

La forma en la que suenan las agujas del reloj  me desespera, es  como si intentarán meterse en lo más profundo de mis pensamientos. En realidad, no es como si fuera encontrar demasiado ahí dentro. Pero de algo estoy segura: Estoy nerviosa. Hay una incertidumbre que me está comiendo de a poquito por dentro. 

Para poner un contexto de la situación: He terminado mis estudios. O al menos, a cuales estuve obligada toda mi vida. Ahora se supone, que debería estar llenando solicitudes de universidades, corriendo de aquí para allá. Sin embargo, estoy en el sofá del living de la sala, mirando el televisor apagado.  La oscuridad de la pantalla, se acerca a la de mi cerebro a momento de pensar que carrera quiero seguir, pues tengo una respuesta que desconforma: Ninguna. No quiero estudiar ninguna carrera.

Ahora, quisiera tener la misma valentía para pararme frente a mi madre y decirle. “Hey, quiero ser una mantenida toda mi vida.” ¿Qué tal si me postulo de babygirl?”  Posiblemente seria lo último que vieran de mi bello rostro. 

—Clara. Cariño, me preocupa ver que estas todo el día en la misma posición. ¿Por qué no sales un rato, mi vida? Haz algo nuevo, ve con algunos de tus amigos… O por lo menos asómate a ver el sol por la ventana.

Achino mis ojos hacia ella. Luego, como para darle una leve conformidad después de tantos disgustos seguidos. Miro por la ventana y definitivamente ahí se encuentra: El sol, tan alegre como siempre.   Miro la bola de fuego desde el sillón, y luego a mi madre.

—listo, muy bonito. Lo miraría por más tiempo pero no quiero quedarme ciega. —Bromeo. Mamá me da una mirada en blanco, rindiéndose por completo conmigo. 

Mierda, todo sería más fácil si hubiera nacido con alguna especie de talento. Sin embargo, cedo de cualquiera. Soy muy torpe como para tener alguna habilidad a la hora de moverme.  Las cosas se me caen de las manos, no sé tocar ningún instrumento. Pero Hey, soy buena durmiendo. Siempre hay que ver el lado positivo de las cosas ¿No?

—No quiero que te acostumbres tanto a relajarte, Clary. Sé que son vacaciones de verano, pero deberías buscar algo entretenido para hacer. ¿Por qué no llamas  a Cassie? O ¿El chico rubio?

Levanto una ceja hacia a ella. Imposible, soy amiga de Matt desde la primaria y ella todavía no recuerda su nombre.  Cosa, que me hace medio sonreír. 

—He quedado con Cassie, posiblemente aparezca en un rato.

Mi respuesta la deja más conforme. Al menos, lo suficiente como para que ya no me moleste con que sea productiva. Ella se va del living hacia alguna parte dejándome de nuevo sola con el vacío existencial que me está consumiendo de a poquito. Ruego, porque las cosas mejores un poco cuando mi mejor amiga aparezca.   Cassie, tampoco sabe mucho  a que dedicarse, posiblemente estudie algo relacionado con publicidad. Mi hermano Drake, está estudiando relaciones públicas y Matthew quiere ser contador.

Recordar la preparatoria, me hace dar algo de nostalgia. Entonces, las cosas parecían más fáciles. Aunque nunca he destacado por nada en particular, era divertido ver como mis compañeras babeaban por modelos como Scott Lewis, el más codiciado de Florida. O como lloraban de envidia al ver las interminables curvas de Ana Smith, quien era la única que tenía acceso directo a Lewis, Ana había sido una especie de protagonista de Disney, sin embargo cuando consiguió el trabajo de modelo en la empresa Ross logro dar un giro inesperado a su vida. También, cambiando su forma de ser desgraciadamente no hacia un lado positivo.

El dejar de lado a una chica por ser lo que ella llamaría “Poco atractiva” La había convertido en una especie de Regina George pero sin gracia.  Ana despreciaba a cualquier ser humano en pie que no vista algo de marca, aunque sea unos calcetines.  Era una pena, porque en el fondo Ana no era tan mala, pero si superficial.  Y  he aquí uno de mis miedos, otros secretos que no he dicho a nadie que no tenga la suficientemente confianza conmigo.

Mi madre, trabaja para la empresa Ross.  Dedicada, a fabricar personas frívolas y vanidosas como Ana.  Que quieren hacer creer al mundo que eres lo que vistes, y no vales más que un bolso Channel.  Uno de mis miedos, es convertirme algún día en una de esas personas. 

Mi teléfono vibra un par de veces, la pantalla se ilumina proyectando la foto de Cassie. Dándome a entender que estaba afuera, salgo de la casa y me encuentro con la chica de cabello negro que esta parada en frente de su viejo Volkswagen.  Me observa sonriente. 

—Buenos días, amigui. —Saluda, de una forma entretenida. Me rio por el diminutivo y me apoyo en el borde de Su auto tal como ella lo está haciendo. — ¿A qué se debe esa cara?

Toco mi rostro, repetidas veces. Confundida. Cassie sonríe.

— ¿Qué tiene mi cara? —Pregunto, desorientada. —No me digas que Drake me ha dibujado bigotes otra vez ¡Ese chiquillo!

—No, no es eso.  Ahora fue un pene.

Abro mis ojos preocupada,  y cuando estoy  dispuesta a ir a golpear a mi hermano mayor, mi mejor amiga me interrumpe tomándome del brazo. 

—No tienes nada, tonta. Parece que estas triste. —Comenta, pestañeo un par de veces. En realidad,  creo que tiene razón.  Me he sentido de esa forma sin tratar de ocultarlo. 

—No sé qué hare con mi vida, Cassie. Estoy frustrada respecto a eso. —Confieso. Un poco a penada. Cassie ladea una sonrisa y me abraza, dejo que lo haga. A pesar de que no me gustan los abrazos, Cassie tiene acceso a eso. 

—Quizás puedas ser  niñera de gatos…

Me rio por su comentario.

—Definitivamente, sería mejor que cuidar niños. 

Cassie y yo reímos para después entrar a la casa. Mi madre, sonríe hacia mi mejor amiga y ella le responde igual, se que la quiere como a una hija más. Imposible no hacerlo,  parece que nacimos pegadas.

—Buenas tardes señora Black. —La saluda.



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En el texto hay: drama, romance, humor

Editado: 30.12.2021

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