De viaje hacia el aeropuerto, mi madre me hace compañía así como Every y August que está demasiado sumergido en sus pensamientos como para darse cuenta de lo que pasa a su alrededor. Mamá me mira como si no pudiera creer que esté haciendo esto, en parte ni siquiera yo me lo creo y es que… hasta hace una semana mis planes eran completamente distintos, nada de esto debería estar pasando.
Es bastante increíble, fue una sola palabra la que hizo al parecer cambiar la película entera, quería preguntarme ¿Qué pasaría conmigo en el caso de que hubiese rechazado la propuesta? Si no aceptara, si a último momento cambiara de opinión y de pronto pidiera que paren el auto y regresamos a casa. Se que hay tanto poder en mi, que me da miedo.
Pero esta bien, solo debo aprender a manejarlo. Es decir, aprendí demasiado durante este tiempo y se que eso seguirá toda mi vida. Aún así, estoy segura de que no quiero que el auto pare, de que quiero verme observando por la ventanilla de un avión mientras me dirijo a un futuro incierto. Pero aquí o allá, en cualquier parte seguiría siendo de esta forma, una página en blanco.
—Sé que no he sido muy buena madre, por un momento pensé que hacía todo porque según yo era lo mejor para ti.
Las palabras de mi mamá me toman de sorpresa, Every se ha quedado dormida y Gus tiene los auriculares a todo volumen.
—No fuiste una mala madre, trataste de ayudarme en una etapa mala que estaba pasando. Creo que cualquier padre que tuviera la oportunidad que tú tienes haría lo mismo.
Me costó un poco entenderlo, pero aquella era la verdad. Mi madre quería lo mejor para mi y afortunadamente tenía las herramientas para darme ese futuro, yo solo tenía que decidir si lo quería o no. Dicen que no pierdes nada con intentarlo.
—Eres una chica increíble, siempre lo fuiste y lo único que te pido es que nunca cambies para satisfacer a nadie, ni siquiera a mi.
—Gracias, mamá. Pero cambie y el cambio me vino bastante bien, me siento mejor conmigo misma ahora estoy más segura con mi cuerpo, mi autoestima ha mejorado y ni siquiera sabía que tenía problemas sobre ello.
—Siento haber causado que no confíes en mí, de verdad. Pero ¿Sabes? Yo sí confío en ti, y confío en lo que decidas de aquí a un mes. Tendrás siempre mi apoyo, al menos que hagas algo estúpido ahi si deberé regañarte.
Esboce una sonrisa, otra cosa en la que había cambiado al parecer era en la confianza hacia mi madre. Ahora si la tenía cuando antes me daba vergüenza contarle ciertas cosas por miedo a su reacción o su desaprobación, había tomado la decisión de no esconderme nada nunca más.
—¿Qué ha pasado entre Liam y tú? —Ok, otra pregunta que me toma desprevenida. La miró sorprendida y no se muy bien que debo responder al respecto. Pues la verdad, no había llegado a pasar nada solo porque Liam no lo permitió.
—No sé, me gustaba pero quizás no...No era el momento. Supongo que él tiene cosas que resolver, como todo el mundo.
—Es un buen chico, quizás algún día puedan arreglar sus diferencias y quien sabe. Kate y yo los shippeabamos en secreto.
Me reí, pero me tape la boca para no despertar a Every. Me aseguré de que Gus siguiera en su mundo, mientras cuidaba de su madre sin darnos importancia a nosotras.
—¿Shippeabamos?
—Becky.
—Oh, enloqueció cuando vio a Scott. — me reí. —Nunca se lo habías presentado antes ¿Por qué?
—Por el bien del propio chico, que va. Tu hermana estaba un poquito obsesionada.
Es cierto, chasqueo mi lengua dándole la razón. Siendo consciente de que he desviado a propósito el asunto de Liam. Sin embargo, parece que mi madre sigue leyendo mis pensamientos.
—Antes de conocer el verdadero final, pasamos por muchas personas que nos guían a él. Así que, no te sientas mal por lo que no ha sucedido. quizás, era lo mejor para ambos.
—Con todo el cambio, lo de Liam es lo que menos me preocupa al fin y al cabo.
—Me parece muy bien.
Bueno, estaba lista. Todavía quedaban quince minutos para llegar al aeropuerto, cambie la estación de radio y se me escapó una sonrisa cuando escuche a BTS cantando "Life goes on" parecía una broma, una broma perfecta.
Si, afirme que estaba lista. Porque había cerrado una etapa de mi vida que siempre recordaría, como la más loca de todas cómo la causante de todas las cosas que ocurrieron después, era como un prólogo que solo me estaba conduciendo al verdadero final.
Pero allí, en ese auto con esas voces sonando de fondo lo único que tenía, eran los últimos renglones de un cuaderno apunto de llenarse.
—Hey, mamá. —Llamó su atención. — ¿Y si te cuento sobre como Matt y yo, pasamos una noche durmiendo en una celda?
FIN.