Aquel amor que casi me llegó a matar (en edición )

24

Las luces de los autos me golpean justo en el rostro, el se encontraba caminando justo a mi lado. Nadie había dicho ni una sola palabra desde que salimos de mi hogar, la noche era fría y la luna brillaba en lo alto del cielo.

—¿Solo caminaremos? —pregunte al fin.

—Ando perdido en mis pensamientos—me respondió sin mirarme—No sé cómo expresar todo lo que tengo por mi cabeza.

Seguimos caminado, solo lo veía como su mirada se perdía en la nada, parecía ser con sus palabras eran verdad, pero lo que me preocupaba era la sensación que tenía en el pecho eran una combinación de emociones, era una tristeza con un tipo de paz o también una nostalgia con un poco de culpa, sinceramente no sabia como describir exactamente como me sentía en ese momento.

Llegamos a un parque, había niños corriendo en el área de juegos, algunas familias conviniendo y otras personas compartiendo un bocadillo en las bancas.

—Creo que nunca te di las gracias por todo lo que hiciste por mi—se dirigió a mi—Y si que fueron muchas cosas.

Simplemente lo mire fijamente y le enseñe la confusión en mi rostro.

—Hiciste cosas por mi que nadie mas hizo, me cuidaste, me enseñaste a ser paciente, a abrir mis emociones, me convertiste en un verdadero hombre, pero sobre todo me amaste, me amaste sin importar nada, simplemente me diste tu amor—su voz sonaba entrecortada y podía ver como algunas lágrimas quería salir de sus ojos.

—No sé a qué viene todo esto—dije mientras daba un suspiro y trataba de controlar el inminente llanto que se aproximaría.

—Y se que no supe cuidar todo ese amor que me disté sin esperar nada a cambio...—lo interrumpí.

—No pedía mucho Jonathan—suspire y algunas lágrimas rodaron por mis mejillas—Solo esperaba que me amaras y me vieras como yo hacía contigo.

—Se que te falle y se que fue de la peor forma—respondió con algunas lágrimas—Lo que hice ese día no tiene perdón y sé que quizás nosotros ya no tengamos un futuro juntos.

Retrocedí algunos pasos y lo miré, sentía un nudo en la garganta.

—Teníamos todo y tu lo cambiaste por nada—repliqué y pude sentir como esas palabras rompieron mi corazón en mil pedazos.

Él se quiso acerca a mí, pero le pedí que no lo hiciera, me respondió con la cabeza y me dijo que lo entendía.

—Me voy a ir, quiero irme a casa—dije con la voz rota.

—Solo quiero saber algo—replico.

—Dime—respondí con algo de curiosidad.

—¿Te puedo volver a ver? —Soltó la pregunta.

—En este momento no lo sé Jonathan—respondí de inmediato.

Lo mire una vez más para luego perder en la oscuridad de la noche.




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