Arcania: La Flor Marchita Y El Protector

CAPÍTULO 24: Confrontación y arrepentimiento

CAPÍTULO 24: confrontación y arrepentimiento

Mientras hablaba con Tsubasa y Alek, Aideen se acercó a mí, estaba completamente feliz de verla, se miraba reluciente (de seguro había retomado los tratamientos de belleza de su madre por obligación), su piel  y labios se miraban suaves y desprendía un agradable aroma, estuve a punto de abrazarla pero ella estiro su mano con una expresión de ira.

- entrégamelo - fue lo que dijo de manera firme mientras seguía estirando su brazo ante mí.

- ¿de que estas hablando?- pregunte pero ella se enfureció más y comenzó a gritarme frente a todos obligándome a que le entregara algo que aun desconocía. El suelo comenzó a derretirse bajo de ella y salió enojada de la habitación dando un fuerte portazo.

- Amigo, ¿qué rayos fue lo que hiciste? – me dijo Alek mientras se acercaba a mi

- No tengo idea

- Fred, será mejor que hables con ella – Tsubasa tenía razón, Salí rápido de la habitación y seguí a Aideen hasta el jardín.

- Aideen, aguarda un poco, de verdad No sé de qué estás hablando, si me dices que es yo…

- ¡Hablo del medallón Fred!- se giró abruptamente atravesándome con su mirada - El día en que encontramos a Brigith encontraste un medallón, el regalo de mi padre. ¿Cierto? ¡¿cierto?!

Estaba asustado, pero no podía seguir ocultándolo. Saque el medallón de mi bolsillo (lo había estado llevando conmigo para sentirme seguro). Ella lo tomo ferozmente y me miro con una cara de increíble decepción. Se dio la vuelta y continúo caminando enojada.

- Aideen espera, habla conmigo por favor, déjame explicarte.

- No quiero verte ahora mismo, Aléjate de mí

- Fue un error lo sé, cometí un error al no mostrártelo pero si tan solo escucharais yo…

- ¡¿Un error?! – volvió a girarse ferozmente - Fred, prácticamente me mentiste, ocultaste algo sumamente importante. ¿Cómo pudiste? Eras mi mejor amigo.

Me sentía terrible, no podía con su expresión, con sus palabras, cada cosa que decía era como una puñalada directa a mi corazón.

- no te lo dije cunado lo encontré por que estabas muy susceptible y temía que te consumieras ahí mismo y cuando el tiempo paso sabía que si te contaba la verdad no volverías a confiar en mí y por eso seguí manteniéndolo oculto… lo siento. No intentaba ocultarlo, solo estaba asustado y pensé que peor era perderte. 

Ella se paró dándome la espalda y después se acercó a mí para tomar mi muñeca en la cual aún tenía el aro de fuego y lo deshizo en un solo movimiento, dejo una marca tenue en nuestras muñecas y la calidez que antes sentía despareció y dio lugar un ardor que, aun que era intenso no se comparaba a lo que por dentro sentía.

- Esto, ya no existe más… - ella se marchó del jardín y no tuve valor para seguirla.- Me quede ahí tumbado

En nuestra primera pelea le había dicho que no tenía que esconder nada de mí y que siempre estaría para ella y ahora era yo quien le ocultaba cosas, me odiaba a mí mismo por no pesar bien sobre ello, pero aun así no estaba seguro si la decisión que había tomado era mala,  no dejaba de darle vueltas a la idea de que si ella se hubiese enterado aquel día, se hubiese consumido ahí mismo. No podía cambiar lo que hice pero no planeaba rendirme, aun si ella no confiaba en mí, aun si ella me odiase, yo estaría para ella en lo que me necesitara, sentía un nudo en la garganta y tenía ganas de llorar.

Seguía tumbado en la nieve, Alek llego y me pregunto por lo que había sucedido, se lo conté todo en busca de un consejo. El sugirió una idea que aunque no desharía lo que ocurrió aligeraría mi carga.



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En el texto hay: diosas, habilidades especiales, aventura y amor

Editado: 06.12.2020

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