C A P Í T U L O 7

C A P I T U L O  7

"Demencias"

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6 de Marzo de 2020

Detective Spencer 

Central de la policia de Egon - 8:30 a.m. 

Mi cabeza duele como una maldita mierda. Mis ojeras se ven demasiado horribles como para mostrarme ante el mundo. Mi cabello esta desordenado, todo en mi escritorio es un verdadero caos. Hay papeles importantes tirados en el suelo, carpetas con los expedientes de todos pacientes, e incluso la fotografia de esa hermosa trigueña de ojos verdes que fue mi pareja hace un año reposa en el suelo. 

Miro la foto y la levanto detallando la fotografia. Michelle fue una de las mujeres que mas ame durante mis primeros años en la policia. Me acompaño en mis momentos mas dificiles y dolorosos. Siempre estuvo pendiente de mi y de mi familia. Nunca olvidare la noche que nos topamos por accidente en la central...

Estaba caminando por los pasillos de la central revisando unos papeles que me habian asignado para llevar a cabo mi primera investigacion. Estaba nervioso por cometer algun error. Estaba tan cncentrado en lo que decia el archivo que ni siquiera me di cuenta de que habia chocado contra otra persona. 

—Oh, perdon —Dijo aquella voz femenina que transmitia sensualidad. 

Levante la mirada para detallar el rostro de la portadora de aquella voz y me lleve una gran sorpresa. Era una mujer de cabello azabache, ojos de un color verdoso penetrantes, piel acaramelada y cuerpo abundante. Toda una preciosura de mujer, en mi opinion.

—Disculpa, no te vi —Me dice dedicandome una sonrisa 

—Descuida —Me quede mirandola como un perro babeando por una taza de comida 

—¿Tengo algo en la cara? —Inquiere con las mejillas rosadas 

—Lo siento, no quise incomodarte —Respondi apenado por lo que sucedio.

—No te preocupes —Me dice pasando a mi lado

Se inclina en el piso para recoger algo que no pude detallar muy bien, Que era ese objeto que oculto dentro de su chaqueta con tanta rapidez? Sacudi mi cabeza ante mi lado curioso y decidi no entrometerme. Se incorporo y me miro con una sonrisa que me dio la impresion era forzada para poder desviar mi atencion. 

—¿Como te llamas? —Me pregunta 

—Ryan... Spencer —Digo nervioso. Mis manos empezaron a sudar como si hubiera corrido una maraton, aunque no lo hice fisicamente pero mi corazon empezo a palpitar a mil por hora. La chica extendio su mano sonriendome con dulcura

—Michelle Dixon —Me dice su nombre. Dudo en tomar su mano ya que las mias estan sudorosas. 

Debate si entre hacerlo o no y...

Unos golpes en la puerta me hacen volver a mi exhaustiva realidad. La voz de Mcoy entra por la puerta sobresaltandome al darme cuenta de como estaba. Tenia la camisa abierta, los pantalones abajo y el miembro erecto en mi mano. Ahora que me doy cuenta, me estaba masturbando pensando en la unica chica que ame alguna vez. 

—Si fuera Hicks. ya te hubiera lanzado una silla, Spencer —Se burla y trato de acomodar mi miembro dentro de mis pantalones. Dejo la fotografia en el escritorio y Mcoy husmea para ver de quien se trataba —. Con que estabas irrespetando a la pobre Dixon. 

Sus burlan siempre me han dado dolor de cabeza desde que lo conoci. 

—No estaba irrespetandola, solo estaba admirandola 

—Excusas, Excusas —Me contradice y le dedico una mirada asesina 

—¿No deberias estar trabajando? 

—¿Tu no deberias estar investigando? 

—A veces tengo ganas de estrangularte 

—El sentimiento es mutuo, amigo —Me dice con sarcasmo —. Por cierto, parece que Joe Pearlford desaparecio repentinamente. 

No me gusta como suena esa declaracion. 

—¿A que te refieres con que desapareció repentinamente? —Inquiero preocupado 

—Los empleados del bar aseguraron que Joe no ha llegado para inspeccionar el bar ya que se dice que se esta llevando a cabo una distribucion de drogas —Me explica —. En fin, aseguraron que hoy el iria por que estaba en el itinerario pero no ha aparecido y estan preocupados. 

—Vamos, no quiero perder ningun detalle de su desaparicion —Me levanto y tomo mi chaqueta de cuero —. No sabemos si el asesino lo tiene o si ya esta muerto. 

—Entendido, ire por Hicks 

—No, iremos nosotros, no quiero perder ni un minuto 

—Esta bien 

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Llegamos al bar luego de unos minutos, divise la puerta abierta de esta con varias personas afuera pasando las resacas. Entramos al lugar y pude ver varias personas aun borrachas o incluso dormidas. Habian meseros limpiando las mesas, el cantinero limpiando la barra, asistentes organizando el escenario. Un buen lugar que puede pasar desapercibido ante los ojos de las personas.