C A P I T U L O 13

C A P I T U L O  13

"Parálisis"

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14 de marzo - 9:40 a.m.

Detective Spencer 

Hay sangre, pero una común. 

Hay sangre espesa y oscura que llega a tornarse de un color negro. 

Una línea de sangre pinta toda la habitación roja. Hay manos marcadas en estas, risas maniáticas y unas puertas extrañas. ¿Estoy en el infierno?

Mi cabeza da vueltas, la habitación da vueltas haciendo que me estrelle contra las paredes y caminé por el techo el cual estaba empezando a arder. El calor que inundó el lugar me sofocaba, empecé a toser por el humo, y luego, un grito...

No. Eran dos... 

Ahora son tres. 

Pero una figura se situó en el centro de la habitación. Una sonrisa siniestra se dibujaba en sus labios. Tenía una capucha y una máscara negra que ocultaba su rostro excepto por sus labios. Estaba parado allí sin importarle que la habitación se encontrara en llamas. Los gritos se vuelven más desgarradores, pude reconocer una de las voces. 

Michelle.

Will.

Gabriela.

Heather. 

Mi cabeza daba vueltas, empezó a palpitar con fuerza, sentí un líquido salir de mis ojos, toque estos y parece que estaba llorando lágrimas de sangre que comenzaron a quemarme. El encapuchado tenía entre sus manos la figura de Michelle, intente irme contra él, pero fue en vano, ya que mis pies no se podían mover. 

Empezó a tocarla, ella lloraba y aclamaba mi nombre. La ato de las muñecas en la pared y luego... la embistió con fuerza y ella gritaba del dolor. Gritaba con desesperación y yo no podía hacer nada para evitarlo. 

Intente gritar, hacer algo, pero todo era inútil porque nada funcionaba y estaba presenciando como violaban a mi exnovia, a la chica con la cual he pasado tres años de mi vida llenos de alegría y felicidad. Con aquella que no puedo sacar de mi cabeza. Cerré los ojos y tapé mis orejas para no seguir escuchando. Agite varias veces la cabeza negándome a que sea real y...

—¡RYAN! 

El Grito de Michelle me hace abrir los ojos asustado. Mi cuerpo está inmóvil, no puedo mover ningún músculo. Miro a mi alrededor, Michelle yace dormida a mi lado sin ningún rastro de ropa, solo tiene sus bragas puestas. Sigo sin poder moverme, estoy siendo muy paranoico. 

¡¿POR QUE NO PUEDO MOVERME?!

La morena se mueve quedando su cabeza sobre mi pecho. No puedo respirar. Mi mente está recreando al hombre con capucha frente a mis ojos. Está cerca con un hacha. Me va a mutilar. Siento que estoy empezando a volverme loco. Mi corazón se acelera con cada paso que da. Quiero gritar, tomar mi arma y dispararle, pero no puedo. Estoy quieto, sigo sin poder moverme, me empieza a faltar el oxígeno y... 

—Ryan —La voz de Michelle me devuelve a la realidad —. ¡Ryan! 

Me sobresalto por su grito haciendo que termine en el suelo por el miedo que sentí al sufrir por esa sensación tan tortuosa. Tomo todo el oxígeno que mis pulmones necesitaban y Michelle me mira con miedo. ¿Qué carajos fue todo eso? 

—E-El q-quería... —Empiezo a tartamudear y me siento patético 

—Ryan, ¿Qué sucedió? —Me pregunta la chica que ahora mismo está hincada frente a mí con sus ojos verdes analizando y escudriñando en los míos para obtener una respuesta 

Recordé que era por esto que siempre peleábamos. Siempre me sentía como si me estuvieran evaluando o analizando todo el tiempo, ella me diagnosticaba a su manera, con sus ojos que mostraban claramente lo que quería encontrar. Mi vida ya era demasiada mierda como para tener aguantar que otra persona me esté analizando sin mi consentimiento. Por eso me he dicho muchas veces a mi mismo que prefiero no tener novias psicólogas porque te sientes observado a cada nada, volviéndote paranoico y crees que estás siendo diagnosticado con algún  trastorno grave. 

Esa fue la razón por la que terminamos. Ahora lo saben. 

Me levanté furioso del piso dejándola a ella hincada y sin haber recibido alguna respuesta de mi parte. Me senté en la orilla de la cama tratando de mantener mi cabeza en orden. Cerré los ojos, no los abrí, solo me sumía en el silencio que inundo la habitación. 

<<Esa pesadilla no se volverá real>>

Me dije a mi mismo. Mi cabeza está hecha un lío, no sé que me pasó en el momento en que abrí los ojos. No podía moverme y eso me asustó. Es la segunda vez que me sentía tan asustado en mis veintiocho años que tengo de vida. 

—Sufriste una parálisis del sueño —Me dice y abro los ojos encontrándola en frente de mí con la misma mirada. Odio esa maldita mirada —. Tuviste una pesadilla, empezaste a sudar frío cuando sufriste la parálisis.

—¿Cuanto tiempo estuve así? 

—Cinco minutos. 

Fueron los cinco minutos más largos y dolorosos de mi vida. Vuelvo a sentir como mi cabeza da vueltas. Miro a Michelle a sus ojos de color esmeralda, me vuelvo a levantar y la tomo del brazo con fuerza. No me gusta su mirada, estoy harto de ella y sus análisis hacia mi persona, solo quiero que me deje tranquilo. De hecho, Que carajos hace aquí?